Siroco

La Siroco es mi refugio. Lo cierto es que su programación mensual tiene para todos los gustos, yo soy de las que acuden por los conciertos de pop independiente pero también hay otras propuestas relacionadas con el reggae o el rock.
Es una sala pequeña, no ponen garrafón y tiene dos plantas. Me encantan las fiestas Flor de Pasión y las sesiones de Dj´s en la planta de arriba.
Están celebrando sus 25 años y por ello hay programados 25 saraos musicales de todo tipo: tocan LA Bien Querida, La Monja Enana, DePedro o Arizona Baby entre otros.

Este comentario lo hago como asistente a la sala Siroco y no como músico, porque mi comentario cambiaría radicalmente si lo hiciera desde mi experiencia desde bambalinas.
Lo que más me gusta es la agenda de conciertos y sesiones de djs. Desde la reforma en 2011 da gusto ver conciertos tanto en la sala principal (planta sótano) como los acústicos en el «lounge». Hay que mirar bien la programación porque se tocan todos los estilos, rock, reggae, electrónica, indie-​pop… Y sería una decepción llegar una noche esperando algo de electrónica (por poner un ejemplo) y encontrarte una sesión de pop nacional de los 60 (¡sí, a veces las hacen!). Lo mejor es suscribirse a su lista de distribución para estar al día de la agenda.
respecto al «lounge» no entiendo que tengan esa increíble carta de cócteles y que no te sirvan un vino, porque no tienen vino. Cada vez que voy lo digo. Espero que me empiecen a conocer como «la pesada que siempre pide vino y como no hay se queja». Y que sirvan vino de una vez. Les estaré eternamente agradecida.

Este local lleva abierto unos 3.400 años y qué casualidad que no he empezado a ir hasta hace como un año. Concretamente, a mis propias actuaciones con motivo de unas Fiestas Playback qeu a veces organizan allí.
En realidad se trata del clásico local de copas y conciertos de Malasaña salvo por algunas ventajas: el alcohol no parece garrafón (al menos, a mí no me ha dolido todo el cuerpo al día siguiente de haber estado allí), aceptan tarjeta y en la planta de arriba se molestan en prepararte un poquito el gin tonic con su vaso de sidra y tal.
Tiene dos plantas, en la de abajo hay un pequeño escenario para conciertos y arriba suele haber djs. Es una sala clásica del indie patrio, aunque la música que pinchan normalmente es tirando a un poco electrónica. El ambiente es bastante hetero, pero joven y modernillo.

La sala no es la típica a la que iría de normal, ya que la música no es muy de mi estilo (es un poco house machacón) pero montan fiestas temáticas y esta vez tocaba la segunda Gran Fiesta Playback, que están fenomenal y deberíais venir a verlas!
En cuanto a estética, es una sala muy chula, la verdad, y está decorada muy agradable.
Un punto negativo que le ha quitado estrellas es que el gin tonic te lo ponen con la tónica del tiempo, lo que hace que al echarla en la copa se te vaya todo el gas y quede asquerosa. TÓNICAS FRÍAS, POR FAVOR!

Una vez más he de reconocer que es la alternativa necesaria a la aburrida noche madrileña. Desde k hicieron la reforma suena mejor y sobre todo los viernes sus sesiones pueden sorprenderte, la única pega lo reducido de su espacio. Aconsejable, aconsejable, muy aconsejable. Hoy he estado escuchando a DJ Rolando el creador de the Knight of the jaguar!!! Pedazooooo de temaaaa

No me gusta. Me hago viejo. Es el típico sitio que me hubiera gustado hace 10 años, tal vez.
Cuando voy, voy a conciertos, que se hacen en la parte de abajo, y como soy muy de ponerme cerca de la barra, no me entero de nada, porque la barra está enfrentada al escenario, en la otra punta de la sala, como debe ser por otra parte (aunque yo he venido aquí a quejarme y no a contradecirme). Total, que la sala es estrecha y alargada. Atrás no se oye. Cerca del escenario no es que se oiga mucho mejor. Lo comprobé. Me acerqué. Pisé sin querer a un tipo en mi avance. Me disculpé. Como estaba con su novia, se hinchó un poco, pero nada, los popis no son violentos.
De todas maneras, aquí he ido a un par de buenos conciertos. Recuerdo sobre todo el de Pegasvs.
Lo que de verdad no me gusta es la parte de arriba, al menos abajo la camarera es amable. El otro día comprobé que la de arriba no (la que estaba ese día al menos). Intenté ser guay en su momento, hace años, pero no lo conseguí (creo que hace falta un talento natural para ello y una cierta dosis de estupidez, y yo sólo tengo de lo segundo), y ahora me da pereza, y más para conseguir bebida. Total, que aquella camarera era como la abeja reina y los parroquianos su zanganismo ilustrado. Me tuvo 10 minutos esperando para pedir, supongo que porque no me consideró lo suficientemente moderno para atenderme rápido. No había nadie alrededor, pero dio igual. Será porque no llevo gafas de pasta, ni sombrero de hongo, ni chacheta marcial con botones dorados. Me di cuenta en seguida de que ella no era ciega, como pensé en un primer momento, porque cuando al poco se acercó el enésimo remedo de Bunbury le preguntó a ver qué quería. Tal vez lo que realmente pasa es que yo soy invisible y ella no me veía debido a mi invisiblidad, como no me ve ahora el crío que está a mi lado jugando al Call of Duty en el cyber en el que me encuentro: está viendo las teclas hundirse con un chasquido en mi teclado amarillento y está escuchando los golpes de mis dedos invisibles sobre ellas y está viendo aparecer las palabras en la pantalla sin que nadie parezca escribirlas.
¡Buh, mocoso! ¡BUH!

Hubo un tiempo en el que no iba casi nada, por no decir nada, pero ahora casualmente todos los conciertos a los que quiero ir se realizan allí. Tras la remodelación se han dado una limpieza de estética y han querido darle un rollo lounge a la parte de arriba y un uso más diario para tomar cócteles.
La acústica arriba es mejor que la de abajo sobre todo cuando los grupos son muy guitarreros. Pero es perfecto para ver a los pequeños grupos que están empezando. Lo único que no me gusta es su puerta y la señora del tercero que vive en frente que siempre nos tira cubos de agua.

Siempre me ha gustado mucho el Siroco, con todos sus peros, así que desde que entré hace un par de días y vi la impresionante reforma que han hecho en el local, me quedé atónito. Ha quedado absolutamente precioso, olía a nuevo y creo que han ampliado las posibilidades del lugar muchísimo.
La planta baja queda como zona para conciertos de más entidad, con la barra al fondo y el escenario en frente, es una zona totalmente diáfana, lo que se traduce en que el concierto se ve fenomenal desde todos los ángulos. No tiene gran aforo, pero suena bien y es cómoda, que es algo muy importante.
La planta de arriba, un pelín más pequeña, queda para conciertos acústicos y de menor envergadura, con el escenario en uno de los frontales y la barra en el otro. Lo que destaca es la decoración, fundamentalmente, que les ha quedado preciosa. Un lavado de cara y arreglo de chapa y pintura que, sin duda, se traducirá en muchísimos beneficios para un local que sigue siendo punta de lanza en la noche madrileña, con sesiones que, según el día, se adaptan a todos los gustos y estilos musicales.

Sala mítica entre las salas de concierto madrileñas, muy asociada al rock (allí dieron sus primeros pasos bandas como Pereza o Los Rodríguez), y que por más de dos décadas ha sido cobijo de grupos que trataban de hacerse un hueco en la escena musical madrileña. Dividida en dos plantas su handicap es que, claro, en la de arriba uno no puede ver los conciertos aunque ese espacio cuente como parte de su capacidad. De las mejores en cuanto a relación calidad-​precio para los grupos o promotores está situada en la zona de Noviciado, por lo tanto muy céntrica. Tras los conciertos y de jueves a sábado hay sesiones hasta las seis de la mañana algunas electrónicas y otras más orientadas a públicos específicos seguidores de música funk o de reggae. Un sitio absolutamente recomendable y en el que al cabo del mes siempre hay algún concierto apetecible de su abultada agenda. En Septiembre de 2011 se abrirá remodelada para aumentar el espacio disponible para que el público esté cómodo y se vea mejor en toda la sala, y también mejorar el equipo de sonido de la sala (que, como ya dije, personalmente me parece de los mejores de Madrid en el tamaño de sala menor de 300 de aforo).

Si no te quieres ir a casa, ni cuando te encienden las luces en la cara, porque tu cuerpo pide bailoteo, no cabe duda de que la oferta de esta sala es de las más atractivas del centro de la ciudad, sobre todo musicalmente. Además de funcionar como refugio para quienes darlo todo hasta las seis de la mañana, el local es un club en el circuito de música independiente de la ciudad. El funk, el hip hop, el house o el acid jazz tiene uno de sus templos en Siroco, pero manteneos atentos a su programación pues, siendo este local uno de los más vivos en cuanto a iniciativas plurales, no dejan de suceder allí atractivos ciclos de músicas del mundo mundial.
Los precios de sus copas son los habituales en locales que sirven en horas cercanas al desayuno, alrededor de los 8 euros. Es muy probable que te cobren la entrada en las noches de los viernes y los sábados.

Salir por Madrid para mi significa, indefectiblemente, pasar por el Siroco. Especialmente los jueves, día dedicado exclusivamente al Reggae.
Suele haber sesiones con selektahs nacionales e internacionales, fiestas temáticas o conciertos. Es habitual que la noche esté dedicada a grupos madrileños, intentando potenciar la cultura Reggae de la ciudad.
En la planta de abajo suele haber más jaleo y la música más alta, mientras que en la de arriba puede mantenerse una conversación sin tener que gritar ¡¿QUÉ?! a cada segundo.
Acaban de decirme que lo cierran en verano para hacer remodelación, pues cambia de dueño. Espero que siga manteniendo su esencia y que guarde espacio para las distintas culturas urbanas como hasta ahora.

Siroco es uno de los imprescindibles en la noche madrileña. He tenido la suerte de compartir entrevistas y pruebas de sonido con algunos grupos de música en este local algo que, evidentemente, dista mucho del ambiente que hay una vez está abierto al público.
La entrada es mucho más tranquilita que si te arriesgas a bajar a la planta de abajo, donde se vive la noche madrileña hasta el extremo. Si tienes ganas de fiesta, rock y canalleo, pasa por el siroco.

Uno de los locales más canallas que conozco. La parte de arriba es más tranquila, con sillones al fondo; en la parte de abajo es de esos sitios en los que puede pasar de todo. Mucho baile y mucho desfase.
La mayoría de la gente no supera los treinta años, pero tampoco es, ni de lejos, el típico parque de atracciones para adolescentes, sino todo lo contrario. Tiene un punto oscuro que lo hace muy londinense, las copas están bien de precio. Suelen dar buenos conciertos, en la línea del Café La Palma.
Hasta las dos la entrada es libre; más allá son diez euros, consumición incluida, y casi nunca suele haber cola para entrar.

Ir a un concierto de la sala Siroco es todo un riesgo si no eres muy abierto, ya que puedes encontarte con cualquier subgenero del rock-​pop, electronica o lo que esa noche se tercie en SIROCO.

musica pop
Es un local donde se celebran conciertos de musica pop los fines de semana, esta musica sobre todo española hace que el local se llene y despues sesiones de dj´s que se quieren dar a conocer. Se esta poniendo de moda, asi que ve a visitarlo cuanto antes

Ese siroco de moda
Mola es te sitio, salvo cuando programan homenajes a led zeppelin o tocan grupos de rock setentero. Por lo demás, si ese popeye tiene algún problema conmigo, que lo diga. Si publican mis comentarios es porque soy el que más manda. Y el más mejor, ‘a que sí?