Salón des Fleurs

Tenía muchas ganas de visitar este salón que ya solo por su impecable decoración merece la pena ir
Una decoración cuidada, rodeada de flores y boniteces que te hacen sentirte dentro de un cuento
Si no le doy todas las estrellas es porque veo una carta escasa y la tarta que probé no me convenció y menos si elevado precio para un minitrozo
Pero de verdad que recomiendo ir porque merece la pena sentarse un rato en este lugar y dejarte seducir por su decoración

La floristería tiene muy buenos precios y te traen las flores por encargo sin coste adicional. El envío a domicilio tiene un extra de 5 €.
La parte de té/​café aunque no es nada mi estilo decorativo, está muy muy muy agradable. Los precios también son normales y el trato muy agradable.
Pro: el baño tiene una pared de musgo natural chulísima

Estuve con mi chica en esta floristería con salón de té incluido un miércoles por la tarde y la experiencia cue bastante buena. Lo primero al llegar te recibe un olor a floristería que piensas por un momento que te has equivocado, pero no, porque al entrar ves el mostrador con la caja y la máquina del café con un muestrario de tartas y bizcochos que se te van los ojos.
El salón de té está inspirado en los cafés de París con su floristería, todo muy bonito y agradable para la vista.
Al llegar nos encontramos con el salón lleno, también hay que decir que dicho salón es pequeñito con sólo unas 7 mesas, por lo que nos tocó esperar, aunque viendo los estantes llenos de cosas de decoración, el tiempo se pasa volando. En la parte de abajo se encuentra la floristería en sí, y con precios asequibles, por lo que aparte de saborear la carta de tés que tiene puedes llevarte una flor de recuerdo o una macetilla.
Una vez sentados, nos trajo la encargada la carta, que tengo que decir que es un poco escasa, pero lo que tiene llena el espacio que falta.
Yo me pedí un bizcocho con semillas de amapola y ricota y mi chica uno de zanahorias y dos capuccinos. La verdad es que los bizcochos son caseros y están muy ricos.
Las mesas y sillas son vintage y muy bonitas.
En definitiva, la experiencia fue buena, y repetiremos.
Lo mejor: la decoraciòn (te sie tes transportado a París), el olor a flores y la calidad de los bizcochos.
Lo peor: el poco espacio para el salón de té, tener que esperar para poder sentarte y el grupo roba mesas y sillas que acaparaba medio salón y que cada vez era más numeroso, quedándose con sitio que debería ser ocupado por la gente de la cola y no por los amigos que llegaron después.