Platos Rotos

Como bar de tapas es nulo y mas teniendo justo al lado uno en el que no solo te ponen una sino dos por ronda

Hamburguesa de Kobe! Increíble, con jamón… De las mejores o la mejor de Madrid. Visita obligada
Aunque pierde una estrella porque últimamente está decayendo, a ver si mejor

Mu rico todo. Comimos hasta reventar por un precio bastante razonable!

Ya había oído en boca de algunos Unilocalers las maravillas que se contaban de este sitio, así que tras un sobrevuelo movidito en el Teleférico de Madrid, nos decidimos a darnos a la carnaza en este sitio que sí, es bien pequeño. Así que más te vale llegar con un poquito de anticipación, porque media hora después, el sitio estaba hasta arriba.
El bar es el típico bar de tapas que, desde fuera, da un poco de reparillo, porque hay veces que en estos sitios no sabes si te vas a encontrar la quintaesencia del tapeo o un auténtico drama de proporiciones bíblicas.
Por suerte, lo de Platos Rotos, es la quintaesencia del tapeo. Del hamburgueseo. Del comer bien. Empezaré diciendo que, aunque sus croquetas desmerecían un poco, me dio exactamente lo mismo, porque lo siguiente, los huevos rotos, estaban de vicio. Y con unas patatas fritas hechas a mano, que así DA GUSTO.
Luego llegó el momento de la hamburguesa. Hay varias diferentes, y de muchísimos tipos para elegir. Como desde que la última vez que comí «un animal mono» me cayó un broncón del tres pares de narices en Facebook (era una hamburguesa de canguro) decidí pedir una de angus, que también es mono pero menos. La hamburguesa estaba perfecta y, en lugar de traer patatas fritas, traía una selección de verduras a la plancha, ideal para esta cruzada anti-​triglicéridos con la que mi médico me está castigando a muerte.

Este bar de la calle Ferraz podría pasar desapercibido, y seguramente lo haga para mucha gente, pero que sepan que se están perdiendo un sitio realmente peculiar y acogedor.
Los huevos rotos con jamón (recién cortado) y patatas fritas «de verdad» (calientes y no congeladas, bien fritas con buen aceite de oliva) son ESPECTACULARES. En cantidad y en calidad (nosotros ayer eramos nueve y cogimos un plato para compartir, y todos los comimos). La carta de carnes exóticas es sorprendentemente buena. El buey de Kobe o la gacela, entre otras, con guarniciones abundantes. Y todo con una relación calidad-​precio excelente.
Sitio muy, muy recomendable.

Me encanta que siga habiendo algunas islas (locales) en lugares donde solo hay sitios inhospitos!
Es el platos rotos, bar a lo clásico, que igual que está en la calle Ferraz podría estar en la avenida del Mediterraneo.
La cerveza es enorme, Estrella Galicia, y la tapa es cojonuda, por fín me ponen un pincho de morcilla que realmente se parece a la de mi pueblo. Tomamos unos croquetas, que quizá fueron las que menos me gustaron, y unos huevos rotos, con jamón y patatas (las raciones son ciertamente para compartir). Pedí una hamburguesa de KOBE que me supo a gloria.
Aunque el camarero estaba solo y llevaba el la sala y la terraza, no tardaron mucho en servir los platos.
Precio popular aunque parezca increible por donde esta. Ciertamente un motivo más para tomar unas cañas por Argüelles.

¡ALUCINANTE! Lo único que puedo echarle en cara a este sitio es que el nivel de ruido es un poco más alto del que me gusta, pero sospecho que en parte el ruido ha sido culpa nuestra, porque estábamos tan a gusto que no parábamos de hablar y reirnos.
Las croquetas solo llegan al notable raspadito pero los huevos rotos que hemos tomado de entrante eran deliciosos¿cuando entenderán en los restaurantes que las patatas fritas no pueden ser congeladas? ¡Hay que hacerlas a mano, como aquí! Estas estaban de chuparse los dedos, y si no lo he hecho es porque los tenía muy ocupados con la hamburguesa de buey de Kobe, que me ha parecido simplemente PERFECTA. Y mi hijo D opina que la hamburguesa de gacela es la mejor del mundo mundial.
No he podido probar los postres porque estaba más que satisfecho, pero la próxima vez que visite el lugar (y no tardaré) atacaré las brochetas y luego me centraré en los postres. Si son la mitad de buenos que las carnes, serán una maravilla.
Ah, y el precio me ha parecido razonable y ajustado. Este sitio ha sido un acierto para la cena, sin duda

Fronterizo del bar el Lagar –un clásico madrileño del tapeo de la calle Ferraz– y cerca de la sede del partido político Socialista Obrero y Español se encuentra este pequeño bar en dura competencia.
La primera vía de pugna es que uno puede ir a tapear tan bien o incluso mejor que en el anterior y además, no suele estar tan lleno. La cerveza que riega la tapa es mucho mejor, la deliciosa Estrella Galicia y las tapas igual de abundantes con un punto superior de calidad. Eso sí, la originalidad por bandera. En nuestra primera visita nos obsequió con unas patatas ali oli de primera ronda y unos macarrones con tomate y carne de segunda. La siguiente visita, nos pusieron de primera una ensaladilla con salsa rosa de esparragos, pimientos, jamón y lechuga sabrosisima. Aquí he de introducir la matización. Las patatas ali oli eran frescas, recientes y estaban muy ricas. La patata estaba bien cocida y la salsa ali oli estaba en su punto ni extra fuerte ni bañada en una mayonesa reseca y macilenta. No eran las tipicas ali olis que llevan macerando y viendo pasar el tiempo en el expositor de aperitivos. La tapa de macarrones, aún estando en el top 3 de las tapas más sorprendentes que me han colocado, vi como personalmente salía de la cocina la bandeja de macarrones humeante y recién hecha. Por tanto, no se trataba de una tapa puesta de las reservas y excedentes que sobraron de la comida que había que sacar porque se ponían añejos y estaban para tirar. Siendo un bar de tapas, tiene una amplia rotación de producto que garantiza lozanía y frescura desde su elaboración a tu estomago.
La configuración del local es una especie de embudo causado por la barra siendo la zona de barra y tapeo un pasillo estrechito y que se ensancha ligeramente en la zona de mesas para cenar. Y llegamos al otro punto fuerte del negocio: su especialización en carnes exoticas. Puedes probar a un precio más que económico carnes del mundo desde hamburguesa de canguro, de kobe o de avestruz, o un carpaccio de ñu. Por si vais de raciones, memorables son los huevos rotos que darían de comer a un poblado en Africa. Una bandeja alargada de huevos rotos cubiertos de rodajas de jamón recién cortado a 7,50 más que generosa. La hamburguesa de avestruz que me jale estaba acompañada de lonchas de mozarella y higos con mermelada. Absolutamente indescriptible el sabor de la carne. Entre carne de caza y textura suave de buey. Aún estoy masticándolo y saboreandolo. La de mi acompañante, una hamburguesa de kobe (de buey wagyu) con lonchas de jamón, lechuga y guarnición de patatas asadas, también muy rica, aunque creo que el jamón mataba un poco el sabor del kobe. La sensación final fue de hartazgo, entre la tapa abundante, la caña y la hamburguesa. Total de la minuta: 24 €, 12 € por cabeza y una sensación de satisfacción.
Si con las dos anteriores características le daría de 3 a 4 estrellas, el ascenso a mi paraíso, y para mi, uno de los aspectos más destacados del bar es el trato. A partir de la segunda visita, el dueño ya te reconocerá y te tratará mejor que en tu casa, sin reproches, de que sucias tienes las zapatillas ni que flaco estas. La cordialidad y amabilidad del señor es tan gratificante en estos tiempos de camaretas estirados y mustios que te dan ganas de repetir. En todo momento, y pese a que atendía tanto la barra como las mesas, intento ir rápido, y no era facil, se intereso por nosotros y preguntaba que tal todo, bromeaba cuando había ocasión. En definitiva, la sensación de sentirse bien tratado y bien recibido. Un plus que no se paga con dinero y que realmente se agradece encontrar.
Un sitio que pasa directamente a mis favoritos. Para todo, desde comer a un animal exótico y para tapear desde luego, estableciendo una nueva e interesante ruta: Platos Rotos, Lagar, El Prado y cerquita de las tortillas de Casa Paco y de los bajos de Arguelles/​Moncloa, todo ello, acompañado de un camaradería y familiaridad encomiable.

He de confesar que la vez que fuí, no estaba muy seguro de la zona, acostumbrado a Tribunal, Sol, Moncloa…
Nos centramo en lo que viene siendo cerveza con su tapa de rigor. Y acertamos.
El muchacho/​hombre que lo lleva dijo que el pone de tapa lo que los demás no, y así es. Macarrones a las 22 de la noche. Un plato consistente de unos deliciosos macarrones con tomate. Ahí queda eso.
Eso, su precio ajustado y la calle dónde está (hay otras opciones extremadamente cercanas para que no te canses de estar en el mismo sitio), lo hacen un sitio a visitar por todo gambitero

Aquí son super amables, la comida es casera, sabrosa y super barata! Si tomas algo de beber te pondrán tapas enormes!
Además de los platos típicos tienen una sección de comida exótica, muy original! Buenísimo el huevo de oca con patatas, jamón serrano y pimientos del padrón! Super recomendado! ;)

Ayer descubrí este lugar porque el sitio al que íbamos, que está en el local de al lado, estaba de bote en bote y no cabía ni un alma más. Así que entramos aquí y descubrí algo que, para mí, es maravilloso: sirven carne de camello, de alce, de cebra, de kobe, de canguro… Yo elegí la hamburguesa de avestruz con frutos rojos, parmesano y paté ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡y estaba güeniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima! ¡¡Y sólo me costó 6 euros!
¡Un descubrimiento al que volveré hasta que coma todas y cada una de las carnes raras que allí tienen!