Periquitos Park

Un espacio pensado para grandes y pequeños muy cerca de Torres Arias. Puedes llevar a tus hijos o sobrinos a que pasen un rato divertido jugando con los demás niños mientras te tomas algo. En la parte alta disponen de una barra y sofás donde podrás estar pendiente en todo momento de las aventuras de tus hijos gracias a la cristalera de la que disponen.
Seguro que tienes envidia de los niños que se tiran por el tobogán a la piscina de bolas y empiezan una batalla de bolas. Aquí puedes rememorar viejos tiempos celebrando algún evento para adultos de una forma divertida.
Si tienes cierto temor por meterte dentro ya te digo que yo con 1.93cm me he podido meter y tirar por los toboganes disfrutando como un pequeñajo.

Descubrí Periquitos Park en un evento Élite de Unilocal,donde pasamos un rato divertidísimo gracias a la piscina de bolas. Este parque infantil ha terminado siendo más popular entre los propios padres, nos aseguraron sus propietarios. Supongo que lo de olvidarse de corbatas y volver a nuestra despreocupada infancia es una terapia inmejorable…
Las medidas siguen siendo infantiles, aún así, por si alguien viene buscando una piscina de bolas tamaño olímpico. Parte de la gracia reside en temer quedar atascado al bajar por alguno de sus toboganes.
La planta superior alberga una barra donde continuar la fiesta. Porque Periquitos es uno de los lugares más originales donde celebrar un cumpleaños. Se agradecería un espacio chill-​out más amplio, aún así.
La ubicación no es el punto fuerte, pero al menos se encuentra junto a una boca de metro.

Conocí este sitio gracias a un evento Élite de Unilocal,lo cual está muy bien. :)
Se trata de un parque de bolas –más que piscina– para niños (caben hasta 45), pero con el aliciente de que tiene una zona reservada a los padres, la cual tiene cristaleras para ver a la descendencia en todo momento –que no se esté entretenido comiendo, bebiendo o bailando – .
El local es grandecito, y, aunque yo eché en falta más superficie en el parque en sí (desde mi perspectiva de persona crecida; supongo que los niños no lo verán así), en altura está muy bien, porque tiene tres niveles: en el primero es donde está la piscina de bolas propiamente dicha; desde ahí puedes subir de dos formas diferentes a los otros niveles, en cuyo tercero hay dos toboganes. En ese mismo nivel hay unos paneles de luz que hacen que parezca que estás en pleno día; de hecho, lo simula tan bien que hasta hace caloraco, aunque este también puede deberse al «ejercicio», porque… ¡cómo cansa! ¡Ni en los test de Cooper del instituto, oigan! x) Yo no sé cómo los niños aguantan horas y horas…
Pero… ¿qué puede atraer a un adulto para ir a Periquitos? Pues dos cosas: 1) si tienes hijos, el reservado acondicionado para padres, que realmente está acondicionado para tales, pues es como un garito, así que celebrar un cumple infantil se convierte en un evento donde ellos también echan un rato divertido; y 2), si no los tienes, el hecho de que se pueden celebrar cumpleaños para adultos. ¡Anda que no serías el más fardón celebrando el tuyo en un sitio así, dejando a tus colegas ojiabiertos y boquipláticos! ;)
Solo una «pega»: si quieres venir, tendrás que salir de tu círculo de confort –limitado posiblemente al interior de la M30 – , pero hay metro cerca y aparcar es fácil. Además, en los alrededores hay bares/​terrazas para tomarse algo, que siempre viene bien. ¡Ah! Y se me olvidaba, pero el trato es muy bueno.
Periquitos es un «sí», ¡y lo sabes!

Que levanten la mano aquellos que, en algún momento, no se les ha pasado por la cabeza que sería divertido mamarse en un sitio de bolas pa niños como este. Los que estáis pensando que ni de coña, iros corriendo al asilo.
¿Y por qué esta reflexión previa? Porque, a pesar de que en un principio, periquitos park está pensado para niños y niñas, también cierran el local para eventos en grupo de adultos, y como tienen una pequeña barra en el piso de arriba (de bar, no de streeptease) pues puedes alternar el bebercio con las bolas.
Pero bueno, que su función principal es la de albergar niños, que si eres padre de uno de esos monstruitos hiperactivos puedes meterlo en este sitio y esperar a que se canse. Tú, a su vez, te puedes tomar un vino tranquilamente mientras, por el inmenso ventanal que preside la zona de espera, ves cómo se agota la batería del susodicho monstruito. Luego no tienes más que recogerlo con pala y a dormir.
Así que nada, que el local es un win win se mire por donde se mire.

Fuimos a celebrar un cuádruple cumpleaños de adultos a este local –que nos cerraron 3 horas sólo para nosotros-​. Algunos iban con reticencias, pero resultó ser un absoluto acierto!
A las 13.30 ya corrían la cerveza y el vino en el lounge bar, acompañados de un sabroso catering y amenizados por la música que nosotros elegíamos en un portátil al que nos dieron completo acceso. Los dueños, que personalmente nos atendieron ese día, fueron diligentes, atentos y encantadores. Íbamos con una niña de 7 años y para que no se aburriera entre tanta conversación adulta le hicieron un pintacaras, y sobre todo nos vigilaron a los bebés un rato mientras los mayores nos zambullíamos en los 3 pisos de parque de bolas!!!
Doce personas declarándose la guerra a bolazo de goma limpio, reptando por túneles gusano y gritando jerónimo en toboganes de caracol: D Acabamos llenos de cardenales y sin aliento, pero lo pasamos como enanos.
Es el sitio perfecto para ir con niños. El bar es muy cómodo y desde sus cristaleras puedes observar a los pequeños jugando mientras te tomas un copazo y degustas un delicioso sanwich de jamón y trufa (Mmm). También tienen karaōke y si cierras el sitio para tu grupo puedes montar un eventazo!
Con o sin churumbeles no os perdáis este local!