Oomuombo

A fun 3.5 stars, pretty well has all your basic sweets. Close to what we have back home called Sweet Factory, where it has a bit more of the non-​sweets gimmicks, like Pez, lollipops, etc.
Lost the half star because no caramel-​like Turtles or cherry coke bottles.
As you can see, still got the right goodies for my flight back home, nothing else better than to kick back in business class, watching a movie, working on the laptop & washing it down with milk. Then wait a few hours later to sip on champagne/​wine as it’s not good to mix alcohol and dairy at once, but I digress.
The way to get your candy’s a bit tricky, which loses its 4 star. When you zoom in on what you want, you have to awkwardly shift up the whole plastic lid which covers 4 – 6 different bins. At first my paranoia is that while you’re scooping the good stuff into your paper bag (bonus, as we unfortunately still use plastic), that this big lid will come crashing down on you.
From a marketers’ perspective, Oomuombo does a great job with its display & choice of colours.
Their motto of «Good Sweets for Big Children», that’s what attracted me ;)

Chuches y más chuches, aquí sólo vas a encontrar eso, eso sí, de una calidad innegable y es que esta marca (que vaya tela con el nombre también) se ha extendido por nuestras calles de una forma muy exitosa y no es para menos, ya que ofrece dulces de fabricación propia y no demasiado caros.
Me gusta de esta tienda la situación, ya que la Calle Fuencarral es uno de mis rincones favoritos para pasear y ver tiendas (bueno, mío y de miles de personas). Del interior no se puede decir mucho, ya que, como buena franquicia que es, tiene los mismos elementos que cualquiera de sus «hermanas».
Eso sí, ahora tienen una línea de caramelos con la marca de Lego que son súper curiosos, o como dice alguien que yo me sé, muy cuqui.

Nunca antes había visto una dulcería para adultos o como dice el cartel de Oomuombo «Good Sweets for Big Children».
Esta tienda esta ubicada en calle Fuencarral, en medio de un montón de boutiques de ropa.
El local es pequeño, una solo salón alargado, por fuera perfectamente podría ser una tienda de diseño o de zapatos japoneses. La fachada es toda blanca, con el letrero del nombre y el slogan. La escritura del Oomuombo se pasa de moderna porque dificulta su lectura y se malentiende junto al logo en forma de X, seguramente mucha gente cree que el nombre incluye esa letra.
Por dentro tiene ambas paredes repletas de golosinas, la mayoría para llevar según el peso, a granel, aunque también hay algunos como las barras de chocolate que vienen envueltas por unidad.
Tengo que decir que si hubiera conocido esta tienda hace un par de décadas, me hubiera vuelto loco y gastaría las pocas monedas de mi bolsillo ahí. Ahora no me llama nada la atención, a pesar de que los productos muestran calidad y siempre hay clientes comprándolos.
Aunque el letrero lo indique diferente, recomiendo esta tienda para los menores de 15 años.

«Good sweets for big children» es el lema de las tiendas Oomuombo. No me extraña que sean gominolas para niños grandres y mayores, porque con ese precio… Desde luego que con lo que me daba mi abuela para comprarme chucherías poco iba a rascar aquí.
Primero fue Abba, luego Ikea y ahora llega Oomuombo para mostrarnos las bondades de Suecia, ese país lleno de personas rubias que nos trajo el Mamma Mía, los muebles y por fin sus tiendas de gominolas y otros dulces.
He estado en dos de sus locales, el de Fuencarral y el de Alcalá, y la verdad es que los dos están muy bien decorados, con sus gominolas y sus letreros explicándote qué es lo que vas a comer. Más tranquilo el de Alcalá, hay menos gente y se puede comprar más a gusto.
Su principal valor añadido es la innovación, pues son gominolas que no estamos acostumbrados a ver aquí y que te cautivan con sus colores y formas. Por supuesto que la novedad se refleja en el precio.

Tienda de glutamato y E-​loquesea en forma de dulce.
El local es muy bonito, con todas las chucherias colocaditas en cajas de metacrilato trasparente que dejan ver su colorido (conseguido a golpe de químico, por supuesto).
No soy yo de muchas chucherias, más que nada por eso de que soy vegana y la mayoría de las gominolas están hechas con gelatina de cerdo.
Una de las pocas cosas que puedo comer es el regaliz, pero no suelo hacerlo ya que intento comer sano, y no incluir en mi alimentación productos prefabricados cargados de conservantes, colorantes, aromatizantes, mejorantes y nosecuantosmilmás-​antes.
Pero incluso aúnque seas de los que todo esto de la alimentación saludable y lo maligno de los aditivos químicos le suena a chino, desaconsejo al 100% comprar aquí.
Las cajas de chucherías están destapadas, y por lo cual las gominolas permanentemente duras.
Suele estar tan llena que cosas aparentemente tan sencillas como servirte y pagar pueden convertirse en una odisea de empujones, codazos y pisotones.
Y por si ésto fuera poco: los precios son de infarto!