Nuevas Croissanteries

Mañometro: Ayyyy que curasán redios colorao !!!
Pues coincido complemente con los comentarios anteriores, es un lugar donde si no llega a ser por Unilocal no habría entrado en la vida, es lugubre, tapado por andamios y un poco dejado, pero como si de la Bella y la Bestia se tratara lo importante esta en el interior … 2,10 un curasan y una napolitana que casi se me saltan los empastes.
Repetiré I promise !!!
PD. No tome relaxing cup of café con leche … eso lo dejo para la plaza mayor !!

Es difícil desayunar en Madrid algo distinto de churros y porras, tostadas y croissant a la plancha acompañados del rutinario café. Pues bien, he aquí la combinación perfecta de negocio y satisfacción.
Negocio porque es pequeño, sin lujos, sin wifi para evitar los apalancamientos, con despacho de pan y gente muy competente detrás del mostrador.
Satisfacción porque los zumos son zumos, el café está (a mi entender) perfecto sin necesidad de usar 2 azucarillos, y el croissant caliente de jamón York recién cortado y queso combinan a la perfección.
Ideal para reconducir la «puta» mañana…

Un sitio decente. Ni muy bueno, ni tampoco malo. Hay mejores sitios por la zona. Servicio rápido en barra. El pan está bueno pero tampoco para tirar cohetes. Tienen gran variedad de bollería salada. La decoración destaca por la ausencia de ella.
En mi proyecto personal de encontrar la mejor palmera de chocolate de Madrid (es mi debilidad), del 1 al 5, le doy a la palmera de chocolate de esta panadería un 3,8.

Ay, esa barra de color naranja y esa decoración ochentera pasada de moda… Para mí este sitio tiene su particular encanto.
Recomiendo las mini-​empanadillas y el zumo de naranja, manzana y zanahoria. Vitaminas a tope!

La verdad es que el lugar no es nada bonito, de hecho es absolutamente terrorífico. Una panadería en medio de Malasaña. Que desde fuera, además, parece una panadería cualquiera, y su interior es tirando a muy feo. No esperes por tanto el típico sitio cuco y coqueto típico del barrio porque de eso nada. A cambio, tienes varios refrigeradores, sillas y mesas como de los ’90, unos murales HÓRRIDOS… Vamos, que fácilmente pueden rodar ahí la octava parte de Saw.
Claro, que cuando te decides a entrar, probablemente porque, como en los dibujos animados, vienes desde hace tres calles persiguiendo un olor peculiar a cruasán recién horneado, eso es otra cosa. La atención es parca en palabras y en sonrisas, pero muy diligente (algo que se agradece cuando, a las once de la mañana de un sábado, el sitio está de bote en bote).
Lo mejor es, sin lugar a dudas, que tienen una bollería maravillosa. No soy gran conocedor, pero he de decir que allí me comí el otro día un cruasán que prácticamente se me saltaban las lágrimas. Uno de esos en los que se nota perfectamente que la textura y el sabor son perfectos. ¡Y nada caro! Pedí también una palmera de chocolate, pero desde que una vez, en una pastelería cerca del Palacio de los Deportes (ni siquiera me acuerdo de cómo se llama, es un drama absoluto) comí una cuyo chocolate era D-​E-​L-​I-​C-​I-​O-​S-​O no he vuelto a encontrar ninguna que le llegue ni a la suela de los zapatos.

Bueno bueno bueno, se me había pasado este templo de mis desayunos en Malasaña.jo. Es que viví allí muchos años y ahora no, el caso es que todo el mundo en el barrio sabe que desayunar allí es garantía de un buen día. Zumos recién exprimidos de naranja, manzana y zanahoria, tostadas de todo tipo de pan con jamón serrano o de York, queso o salmón y demás embutidos, recién cortados, recién cortaditos. Las camareras son las mismas desde hace años, conocen a los clientes y son majísimas. Me encanta, a todo el mundo del barrio le encanta, a los extranjeros les encanta, anda ¿qué más necesitas para desayunar?

No es el típico sitio que destaca por su belleza ni decoración, ya que una vez dentro tiene ese aire de panadería impersonal con 3 mesas bajas, simples, y unos vendedores igual de impersonales.
Es más el olor lo que te atrae irresistiblemente. Un olor a croissant de jamón y queso que podría hasta despertar a la famosa estatua de la niña que se encuentra a pocos metros. Y ese olor se estimula aún más con su entero surtido de panes, empanadas de espinaca, queso fresco, pisto, atún, etc… Unas delicias para el paladar a un precio muy asequible, acorde con el barrio

Dulce o salado, ¿qué prefieres? pues sea cual sea la respuesta fijo que en esta panadería-​pastelería lo encontrarás.
Su empanadilla de espinacas con queso genial para ir comiendo por la calle si vas con prisa. Los criossants y los donuts muy buenos para llevártelos a la merienda. Trato muy agradable y ubicación perfecta.

Local perfecto para hacer un alto en el camino y zamparte algo, ya sea dulce o salado.
Lo más llamativo es su selección de empanadas a más o menos 2 euros, que pueden ser de bacon y queso, de espinacas, de jamón york y queso… y por cierto, están de la hostia.

Si estás por tribunal y a media mañana te entra el gusanillo, tienes que ir a probar las delicias que hacen en este lugar.
Personalmente acudo aquí, porque con las empanadillas de pisto, voy a tiro fijo, deliciosas hasta el extremo! también tienen otra de espinacas que está un poco más seca. Por supuesto tienen un montón de ellas rellenas con cadáveres de animalitos inocentes, pero a mi esas no me interesan lo más mínimo.
Nunca me he quedado a tomar nada allí, aunque tienen una zona de cafetería y tetería. Yo siempre compro mi empanadilla y me salgo a comerla a la placita.

Siempre tiene gente. Entrando y saliendo o quedándose. Es igual. Las dos veces que he estado me ha encantado tanto el trato como lo que he comido, Porque este sitio es, a la vez, una panadería (con panes riquísimos y una variedad de empanadas que me vuelve loca, me las llevaría todas… pero no son baratas) y cafetería donde, además de lo que podemos ver en la parte de tienda (que es la misma) podemos comer tostadas, croissant a la plancha (obvio, con ese nombre), zumo de naranja natural e incluso un tiramisú delicioso.
Sencillo, sin una decoración cuidada pero con calidad. ¿Para qué quiero más? (Bueno, sí lo quiero, pediría unas sillas un poco más cómodas, pero entonces sería más bien un Starbucks y… ¡eso sí que no!)

Es de las pocas pastelerías del barrio, puede que la única, que abre tan temprano y por eso es el lugar ideal de desayuno para los más madrugadores.
Recomiendo encarecidamente el zumo multivitamina: naranja-​zanahoria-​manzana, ¡excelente! y las barritas de pan multicereales con tomate. De la pastelería recomiendo la tarta de manzana, aunque casi toda la bollería es industrial.
No hay muchas mesas por lo que tendrás que ser rápido/​a si está muy lleno. Pero en cambio tienes dos barras para ocupar.