Museo del Romanticismo

Una de esas visitas que vas dejando y dejando y cuando por fin lo visitas llevas casi 8 años en Madrid… Imperdonable en mi caso porque encima vengo muchísimo a tribunal.
Un pequeño museo situado en pleno tribunal que tiene cierto encanto. Especialmente me gustaron las partes donde se veíà la Madrid antigua incluyendo la época en que en el lago del retiro se representaban obras de teatro.
Viajando por esta zona reconozco que para esas cosas culturales si que echo de menos los tiempos de antaño (que básicamente es lo único bueno que tenían ya que la vida de la clase común como que no era buena…)
Los domingos es gratuito (no sé si el resto de días lo es y que precios tiene en caso de no serlo). Lo que si que es una lástima es verlo prácticamente vacío a eso de las 17:30 de un domingo… imagino que porque la gente intenta apurar los días de buen tiempo que nos quedan. en invierno quizás esté más lleno

El museo revelación de Madrid, muy pequeño y con muchísimo encanto. Fui hace un par de semanas y fue una sorpresa muy agradable. El museo es pequeñito pero muy cookie. Seguro que volveré para disfrutare del café en el jardín que es una joya, muy cuidado y recomendable para una cita especial.

Great for a visit to the middle of the 19^th Century in Madrid.

Conocí este museo muchos años antes de su remodelación. Íbamos allí, como tantos, atraídos por las pistolas de Mariano José de Larra. El museo era el recuerdo de Larra. Después el museo cerró y durante un largo periodo pasábamos por la callle de San Mateo esperando que acabaran aquellas obras que se estaban haciendo eternas. Reencontrarse con él fue una maravilla y no pierdo ocasión para recomendarlo.
En este último viaje hemos disfrutado sobre todo de su pequeño jardín, fresco y delicado, con unas pocas mesas en donde sus visitantes se sientan a charlar sin estridencias, a pensar, a leer e incluso a escribir.

Uno de los más desconocidos e inesperados museos de la ciudad. Un elegante viaje a una época mágica. Te sumerges en la vida diaria del momento a través de un recorrido por una casa palacio. Altamente recomendable.
Imprescindible no perderse un café en el jardín de la cafetería.

Siempre he deseado ir a este museo, porque desde pequeñita la palabra «Romántico», me sonaba a otras cosas que nada tenían que ver con el movimiento cultural. Cuando lo visité ya más mayor, aunque evidentemente no era lo que yo imaginaba, me encantó. Es muy agradable y tranquilo, perfecto. Tengo ganas de volver para ver el pequeño jardín de nuevo. La única pega (y ventaja a la vez) es que vas pasando en grupos muy pequeños, por lo que te espera un buen rato de hacer cola aunque no haya mucha gente, pero se agradece mucho una vez que estás dentro.

Tenía muchas ganas de visitar este museo y el otro día cumplí mi sueño. Además, lo cumplí por todo lo alto, pues mi madre me dijo que iban a hacer una visita guiada por un experto y, aprovechando que tenía tiempo, me apunté. Así, acompañado de cinco mujeres mayores pude enterarme de los entresijos de este precioso museo, antes llamado Museo Romántico. Hace unos años cerró para restaurarse y adaptarse a su nuevo nombre y status como Museo Nacional del Romanticismo. Se trata de un bello palacio que guarda en sus entrañas lo más típico del siglo XIX español, la época conocida hoy como Romanticismo, que se dio bajo el reinado de Isabel II. Podemos disfrutar de las estancias del palacio, con sus muebles y objetos decorativos de la época, muchos pianos y otros instrumentos. También multitud de cuadros y esculturas, todo tipo de obras de arte y recuerdos históricos que nos trasladan a aquella época. Un museo poco conocido que todos deberíamos conocer, un precioso paseo que nos traslada a otra época.

Lo conocí hace bien poco, por que había estado cerrado. Tiene una maravillosa colección, herramientas digitales didácticas al final del museo, en las cuales, se puede aprender muchísimo sobre la dinastía borbónica.
Hay dos cosas que me harían volver al museo: las colecciones de miniaturas que tienen en los muebles antiguos, son de todos los tipos. Es lo bueno de este museo, que las salas no tienen un sólo detalle que perderse.
Por otro lado, las ricas fotografías que tiene.
Es un museo al que hay que ir con idea de verlo en dos veces o con tiempo, por que el tiempo se va pasando en cada sala, disfrutando de cada pieza de la colección. No puedes pasar por allí sin pararte en cada detalle. Es un museo que merece la pena verse con paciencia y tiempo, por que es muy rico y heterogéneo.

Este museazo inceíble que tenemos en Madrid, que estuvo años cerrado, y que resurge ahora como se merece. Anda que no hicieron ruido los tíos.suicidándose cada tres por dos muertos de amor, por algún abismo… un gusto oiga. Cómo deberíamos hacer todos.
Este museo, cuyo edificio está recién restaurado e inaugurado, alberga grandes maestros de la pintura española, obviamente centrados en las costumbres, y la corriente del Romanticismo, S.XVIII.
Tienen curiosos objetos de aquel rey tonto que teníamos Fernando VII (Jorl) y con una impresionante colección de abanicos.

Llamadme friki y posiblemente no lo negaré, pero a mí los museos que más me gustan son en los que me puedo imaginar viviendo. Dame el Palacio de Aranjuezz y soy tuya, dame el Museo Romántico y te diré «ni Prado ni Prada» (ojo, el juego de palabras no estaba previsto, quizá un PRada no lo rechazaría).
El caso es que este palacete rehabilitado es como una casita de muñecas, preciosa, llena de pequeñas estancias que descubrir, como las habitaciones donde se preparaban los habitantes de la casa, y que resulta toda una sorpresa descubrir en pleno centro de Madrid.
Planeo visitarlo con guía en un futuro no muy lejano, ya que fui una mañana (me hicieron descuento de estudiante) en la que no había mucha gente y, aunque lo disfruté mucho, me gustaría descubrir alguno de sus secretos.

Situado en tribunal, alberga más de lo que parece
Tras pasar por varias salas de este museo discreto por fuera, pero exquisito por dentro, llegaremos a la que alberga textos del puño y letra de Mariano José de Larra, dos pistolas del suicida escritor y el inventario que se hiciera de los objetos encontrados en la habitación del difunto. Goya también tiene un espacio, en el oratorio, en el que plasmó a San Gregorio Magno. En la visita, siempre iremos acompañados de unos guardianes que vigilarán con gran celo los tesoros allí encerrados. Por desgracias cierra en Agosto y los lunes.