A todos se nos ponen la piel de gallina cuando escuchamos ese característico ruido demoniaco de la consulta del dentista, ¿o no?. Pero cuando vamos, es que hace falta. No hay«tu-tía». Este centro lo descubrí por casualidad, ya que era el que por teléfono tenía menos lista de espera de los de Sanitas(con la póliza general te cubre la limpieza anual). Allí que fui. Me encantó la clínica, me encantaron las chicas del mostrador de la entrada y l@s dentistas. Me he dado de alta en sanitas dental y aquí me están llevando la boca, o «bocaza» según mi marido.