Genial Un bacalao espectacular, y los caracoles??? De miedo, nunca los había comido y tuvieron la gentileza de darme a probar, espectaculares. Muy recomendable.
Rocío M.
Tu valoración: 4 Madrid
Este bar es de ruta de cañas del rastro total. Aunque los caracoles no es una de mis delicias favoritas, hay que reconocer que la receta es deliciosa, así un guisito con su gusto a chorizo y tal. Con las cañas siempre ponen tapita, de caracoles no, pero ya os digo que a mi no me importa Es un clásico del Rastro de Madrid, comer allí puede costarte unos 15e y ya te puedes imaginar que si vas en domingo, está petao… pero eso no es una desventaja, ni mucho menos. Hay alguna mesita y en fin… a disfrutar el sabor regional.
Irina P.
Tu valoración: 3 Madrid
Estooo… si vais a este sitio, mítico en el Rastro(y digo mítico porque mis padres ya lo frecuentaban allá por sus tiempos mozos) ya sabéis lo que vais a comer. No, los tenéis que probar, me da igual que os den asco. Les han quitado todas las babas, y cocido con pimentón, ajo y guindilla. En serio, los caracoles saben a pollo. Os vais a encontrar un sitio pequeño, pero acogedor, a no ser que seáis muy escrupulosos y no os guste encontraros algunos restos en el suelo. La camarera es muy agradable, y suele salir a recoger las cazuelas, pero hay gente para todo, y a veces tiran las conchas al suelo. Eso sí, suele estar algo lleno, avisamos. Pero merece la pena.
Jose Vicente T.
Tu valoración: 4 Madrid
Bar tan castizo como El Rastro, del que es colindante. Por eso, no se recomienda que te acerques por aquí en domingo, ya que se pone a reventar. El nombre lo dice todo, aquí se viene a comer caracoles, que bullen en una gran marmita en el centro de la barra y que una mano experta mueve y remueve como si se tratara de Panoramix preparando la poción mágica para Asterix y compañía. Están picantitos y, al decir de muchos, son los mejores caracoles de la capital. Ponen otras cosas, como mojama y las navajas(bueniiiisimas). A mí me encanta por que tengo la sensación de viajar al Madrid de los años 50.
Ana L.
Tu valoración: 5 Madrid
Creo que este bar estará en todas las guías de Madrid como visita obligatoria y, siento repetirme, pero es así. No me gustan especialmente los caracoles, pero si mojar el pan en la salsa con la que lo cocinan. No obstante, para los que no pueden ni imaginar comerse esos bichitos que se arrastran por el suelo y con los que jugaban cuando eran pequeños, deben saber que hay otros pinchos que pueden pedirse, como la tortilla y el queso, que están buenísimos. Los camareros tienen el perfil típico de camarero castizo, serio y a su bola, pero se crea un ambiente muy gracioso entre los parroquianos de toda la vida, los curiosos y los que vamos de vez en cuando porque sabemos lo que nos vamos a encontrar. Un consejo, hay que tratar de no ir en domingo, porque se pone hasta la bandera y es un poco incómodo estar porque… no hay banquetas. Tampoco intentes ir un lunes, porque es su día de merecido descanso y te encontrarás los cierres echados.