Los Ángeles

Necesitaba un sitio donde cupiese una mesa grande para cenar con la familia, que no tuviese excesivas florituras ni fuese caro, pero donde tampoco tuviese que salir rasgándome las vestiduras porque habíamos comido bazofia. La mente colectiva acudió a mi rescate y me aconsejó este sitio que yo no conocía porque La Latina no es precisamente mi zona favorita para salir (ni salir de esa manera mi actividad favorita). Confieso que tuve miedo porque la última vez que fui a un sitio por este método salimos escaldados, ¡pero ayer fue un triunfo!
Aunque para triunfo el que tienen los dueños de este local: dos salones enormes y una barra pequeña con mesas larguísimas llenas de gente bebiendo y comiendo como animales, y con las mesas quedándose vacías solo el tiempo justo para limpiarlas y que se vuelvan a llenar. Cuando nos íbamos era casi la 1 de la mañana y seguía entrando gente. Flipante.
Pero es normal: el género es bueno, los precios son bajos (no para La Latina, para Madrid entero), el servicio es diligente aunque la situación les sobrepasa, y la experiencia total es muy buena.
Siendo siete personas, pedimos las siguientes raciones: bravas (quizá la más floja porque no picaban apenas), oreja a la plancha (espectacular), morcilla de Burgos (de las mejores que he comido), champiñón a la plancha (muy bien hecho), boquerones en vinagre (que no probé pero tenían una pintaza y decían que estaban muy ricos), croquetas de jamón (excepcionales) y alitas de pollo (que incluían el muslito y estaban mucho mejores que las de sitios consagrados). Tras no poder terminar con todo esto, pedimos un combinado de cuatro tartas (chocolate, galleta y caramelo, orujo y una que no recuerdo) y cafés para todos, que vinieron acompañados de chupitos de crema de orujo por cortesía de la casa. Para regar, se pidieron 12 cervezas, una botella de Rioja Crianza y una botella de agua grande. La receta total fueron 111,30 €, es decir, menos de 16 € por persona, ¡inaudito!
Si acaso, por ponerles alguna pega, la distribución del local es laberíntica y la densidad de las mesas es elevada, con lo que los movimientos de las personas que atienden se ven limitados y esto hace que algunas cosas tarden más de lo deseado, ¡pero siempre llegan! ¡Y están riquísimas!
No es el sitio más fino de la ciudad, pero no lo necesitamos. Yo estoy convencido de que voy a volver, particularmente cuando tengamos grandes grupos, que se les dan muy bien. ¡Pensé que no quedaban sitios así en esta ciudad!

¿Hay algo más castizo que tomarse un bocata de calamares en la verbena de la Paloma?
NO.
Así que el domingo, ese día tontorrón de las fiestas de la Paloma, en el que estás triste porque la cosa se acaba (snifff) y con más hambre que el perro de un ciego, me dirigí con mis amigos a Los Ángeles para comerme un buen bocadillo de calamares. Este es uno de los bares con más solera de la zona de La Latina, y la verdad es que esta especialidad castiza la clavan, a diferencia de muchos de sus competidores en la Plaza Mayor.
Llegamos, pedimos cerveza, pedimos un bocadillo de calamares cada uno y lo devoramos con tantas ganas que pedimos uno más para compartir entre cada dos. Así somos de tragones, y así de rico nos supo, la verdad. El pan reciente, el calamar fritito al momento, su poquito de limón y si eres capaz de dejar de comer, te mereces un premio.
Encima se puede pagar con tarjeta, que es la típica cosa con la que los bares más tradicionales suelen tener problema. ¡Pues aquí ninguno! Volveré mil veces encantado.

My family and I stopped in to eat, and quickly found that they did not have an English menu. My American family not knowing Spanish could not decipher the menu.
The waiter was helpful trying to describe the menu in broken English. But he only told us «Chicken, Beef, Fish» and could not tell us more.
It did not appear to be bad, atmosphere and quality of food wise from what I could discern. But if you do not know Spanish like my family didn’t, you may have a hard time.

Restaurante para dos o grupos numerosos. Comida casera barata en medio de la Latina. Los camareros muy amables y las raciones abundantes. Eso sí, el volumen de las conversaciones en el salón de hace bastante desagradable. No lo iba a tener todo!

The 3 of us girls came here after seeing the lively atmosphere inside on our 1^st night in Madrid. We were looking for dinner but not at another taverna.
The waiter was very sweet and tried his best to communicate in English. He did a great job with his recommendations as well. I think his name was Rolando.
We got the mussels, half and half versions of Batatas bravas, pulpo and gambas. It was portioned well and washed it all down with a bottle of red wine. The complimentary shot of milk and liquor was yummy.
We may come back before we head to the next city

A mi este sitio me gusta.
Solo voy una o dos veces al año y si algo destaco es: el gran salón y los menús de grupo. No iría nunca con una cita romántica pero sí con mis amigos para cenar.
Los menús de grupo son baratos, tienen opciones (desde con chuletón hasta solo de entrantes), tienen barras libres de sangría y cerveza y suelen incluir una copa. La comida es buena, casera. El salón es muuuuy grande, así que es apto para grupos grandes.
Lo mismo es porque me lo he pasado ahí muy bien con mi gente, pero le tengo un cariño especial.

Para mi y mi grupo de amigos un sitio de referencia, donde comer unas tapas baratas, donde beber hasta perder el sentido, donde celebrar un cumpleaños a buen precio.
Tiene un comedor con mesas y sillas de madera, q nosotros no solemos itilizar ya que somos mas de codo en barra.
La cosa suele comenzar con umas cañas y las tapas que ellos te ponen con la bebida, normalmente despues cawn tres raciones para 4 o 5 personas, entre ellas suele haber una de oreja una o dos de lacon una de pulpo… y termina como termina: pidiendo licor café o crema de orujo que te sirven en vaso de tubo lleno a bastante mas de la mitad y seguido de copazos, con los que normalmente nos vuelven a poner tapa para qie el asunto no se desmande.
Pocas veces salimos a mas de 15 eiros por persona.
No es lugar para exquisiteces, pero para beber y comer bien da.

Sin duda mi sitio favorito de La Latina! A todos nos gusta comer barato y bien y el que diga lo contrario miente!
Y este sitio os encantará por sus raciones, el tamaño de ellas y por sus precios.
Sin duda la definición de ración debería medirse en base a la cantidad de comida que ponen en los platos de este restaurante ya que es inmensa. Como consejo yo os recomiendo que pidáis una ración por persona que vayáis.
En este restaurante se viene a disfrutar de buenas raciones, de comida tradicional, nada sofisticado pero todo muy rico y bien cocinado: patatas bravas, patatas al cabrales, pulpo, croquetas, calamares, chopitos… Lo que nos gusta a todos vamos jeje.
Y todo a precios súper razonables, y ya no solo por la cantidad de comida, si no también por el barrio en el que se encuentra… Poniéndote hasta las orejas de comer y beber, no te gastarás más de 10 o 15 € por persona garantizado.
Como anécdota contaros que un año lleve a mis amigos de la Universidad allí a celebrar la cena de Navidad, si oíd bien tienen menús de Navidad a unos precios increíbles, y les gustó tanto a todos que desde entonces todos los años celebramos allí nuestras cenas!!!
Si vais a La Latina (que se que todos vais alguna vez) pasad por allí y disfrutad! :)

De vez en cuando el cuerpo te pide comida casera (además de marcha) y ahí siempre está el Restaurante Los Ángeles, un superviviente al pijerío moderno que se ha impuesto en La Latina en los últimos años.
Aunque algunos familiares me habían advertido de que sus platos habían perdido calidad en los últimos años, en mi última visita no me lo pareció ni mucho menos. El salmorejo que pedimos, la ensaladilla rusa y la sepia a la plancha estaban para morirse de ricos.
Por si alguna vez te dejas caer por ahí, los fines de semana conviene reservar o armarte de paciencia para esperar las largas esperas que se suelen formar. Y es que Los Ángeles es todo un clásico en La Latina.

Ideal para comer de raciones y no dejarte la vida en ello. Lacón, croquetas, pulpo, alitas… Vamos, todo tradicional. Pero a buen precio.
Las copas para después de la cena (o la comida) también a buen precio, aunque su calidad puede ser cuestionada por muchos… Cada vez que voy pierdo la noción del tiempo ahi dentro.
Es un lugar recomendable si huyes del divinismo latinil y te pierdes en los bares de azulejo y palillo.

Esta taberna no te ofrecerá nada especial. No encontrarás los mejores cócteles ni son especialistas en sashimi. Esté bar no te sorprenderá. Lo que ves es lo que hay.
Este bar es un restaurante de comida española, tiene una zona estrecha de barra en la que poder tomarte unos chismes o esperar a que quede una mesa libre y también tiene un amplio comedor en el que dar buena cuenta a su gran variedad de raciones.
No es un lugar exótico ni especialmente singular, pero es efectivo. Vas a comer una ración de croquetas y de sepia y, efectivamente, lo que te ponen es tu ración de croquetas y de sepia. Rico, rápido, barato y efectivo. Además los camareros están dotados de una «santa» paciencia digna de mención.
Un sitio fenomenal para, si estás por el barrio, cenar de raciones antes de salir de copas o desayunar tempranito si vuelves de ellas.