Kabuki Wellington

Fantastic fresh sushi in central Madrid. Hostess made sure we understood that she dwelled on the plateau above us. We accepted this. Chefs at bar avoided eye contact until the end, but eventually were friendly. Cocktails exceptional. All the food was extremely Oishīdesu.

I loved everything about this place! From the décor to the food to the service, everything was impeccable. However, it is on the pricer side. I wouldn’t say the food was mind-​blowing but it was very good considering the fact that there aren’t many great Japanese restaurants in Madrid.

Kabuki Wellington es una experiencia gastronómica espectacular.
Eso sí, no vayáis siendo puristas y buscando comida japonesa, porque aquí encontraréis comida fusión, basada en sabores e ingredientes y técnicas japonesas, sí, pero… libre. Es fusión y… ¡qué fusión! Grandes técnicas, mimo al producto y sabores sorprendentes que te hacen disfrutar sin duda alguna. Recuerdo con especial cariño los mini-​rodaballos en tempura y el archi-​conocido toro con pan con tomate, que a mí personalmente me encantó.
Mi recomendación es intentar reservar en la barra, te acerca más la experiencia y es una gozada verles trabajar, y como con cualquier restaurante de este tipo, yo prefiero «dejarme hacer» y que me sirvan lo que ellos consideren. Sí, es una pasta, pero no voy al Kabuki Wellington todas las semanas (ni todos los meses ^^) así que ya que voy, mejor aprovecharlo al máximo.
Hay opción de hacer maridaje de sake y aunque lo disfruté muchísimo, al día siguiente tenía una resaca importante (soy muy sincera ^^;), así que no volvería a repetirlo. Pero si queréis y podéis permitiros una experiencia total, merece la pena dejarse hacer en todos los aspectos.

Un restaurante japo-​cañí, como diría Ricardo Sanz, chef y dueño. No tiene una estrella Michelín porque sí, porque la calidad del producto es espectacular, pero también la preparación y la bodega.
Se puede pedir a la carta aunque yo recomiendo reservar sitio en la barra, para verles cocinar y ponerse en las manos de ellos, y que te hagan un menú degustación. Es mucho más caro pero es espectacular.
Además, tienen un sumiller especializado en sake y ofrecen maridaje de sake con la cena, en el que pruebas algunos realmente espectaculares y poco frecuentes en la carta de otros restaurantes japoneses.
Los mini-​rodaballos en tempura son una delicia, los nigiris clásicos de pez mantequilla (escolar, en realidad) con trufa, el toro o ventresca de atún con pan y tomate que parece un pan con tomate español, o las papas con huevo y atún, otra de esas mezclas japoespañolas que resultan brillantes.
Y ahora, cuentan con carne de wagyu japonés que simplemente hacen vuelta y vuelta en plancha con un poco de escamas de sal. Pero un filete no excesivamente grande de esta carne cuesta la friolera de 90 euros, con lo que si le sumas el precio del menú degustación y el maridaje (que fue lo que yo tomé) la broma se dispara un poco. Eso sí, lo disfrutaréis como nadie.

Kabuki Wellington pertenece al Hotel Wellington, que ganó fama, según me contaban, por los toreros que se hospedaban en el. Y es que lo primero que te llama la atención al entrar en el hall del restaurante, son las fotos en blanco y negro de lo ya comentado.
Pedimos menú degustación con la posibilidad de personalizarlo, y acordamos con unos de los chef, como el nos sugirió, que se compondría de sashimi, sushi y algo de tartar, y todo del mismo día (fresco).
Al comienzo me decepcionó un poco con los distintos sashimis que nos fueron poniendo, hasta que llegamos al ‘Usuzukuri de toro’ (sashimi de ventresca de atún con tomate y pan rallado), que tampoco fue nada del otro mundo, pero desde este, cada plato parecía que iba a mejor. Que pícaro, lo hizo a posta (haha que chiste maás malo, lo sé [sí, más con dos ‘a’ a posta, e intentando ser redundante repitiendo ‘a posta’ tres veces]).
De lo que siguió, destaco lo siguiente, ya que me hizo recordar esa inexplicable gula que me entra comiendo comida japonesa; ‘Usuzukimi de chorizo’ (sashimi de viera con sal de chorizo y sal negra), nigiri sushi de pescado blanco, atún picante con huevo de codorniz frito y patatas (tartar creo, no estoy seguro), nigiri sushi de pez de mantequilla (escolar negro) con caviar de beluga (este fue impresionante OMG!), nigiri sushi de hamburguesa de wagyu con cebolla? y tomate, nigiri sushi de huevo de codorniz con paté de trufa blanca.
En general, el servicio perfecto, y el precio total, todo incluido fue 100 €/​p aprox.
Si lo que quieres es comer sushi bueno, puedes encontrar sitios más baratos, aunque posiblemente la calidad sea algo inferior, pero si que tendrán mejor relación calidad/​precio. Recomiendo este sitio si lo que quieres es probar comida de diseño.

Diners encounter Tokyo themes through a Spanish tapas at this superb Wellington Hotel, where Ricardo Sanz, the chef, understands 100% the links between Japan’s and Spain’s seafood cultures, making the right fusion that is hard to find these days.
Spectacular wine list, sober wood and dark décor, the toro usuzukuri in olive oil, tomato and bread, is highly recommended, the service was not correct, but the brothers Murata Sakamoto at the sushibar gave us an amazing friendly-​personal attention to add a upper-​class vibe to our experience.
If you are looking for a spanish fusion, this is the place!

We had the tasting menu here– it was very high quality fish yet poor service for a 93 euro pp menu. Very overrated and English is somewhat limited. Spend your money elsewhere!

La experiencia del Kabuki fue algo realmente estimulante, tal vez porque llegamos con el ánimo perfecto para disfrutar de lo que íbamos a comer, pero la expectación alargada en el tiempo nos podía haber hecho que resultara un tanto decepcionante y todo lo contrario, cada bocado que probamos nos sorprendió y lo disfrutamos muchísimo.
El sitio es normal, sin especial encanto ni falta de él. El día que fuimos estaba lleno pero tampoco tuvimos que reservar con mucho tiempo, aunque era agosto y supongo que en otras épocas del año estará más solicitado. El trato de los camareros, como es de esperar en un sitio así, es perfecto, muy atento pero sin excederse en unas atenciones que resulten pesadas.
Como era la primera vez, pedimos cosas diferentes para probar. No sabíamos muy bien las cantidades, así que pedimos consejo y la cena resultó perfecta en cantidad. El tartar de toro estaba delicioso, picante en su justa medida, el pez mantequilla con trufa fue casi orgásmico para el paladar con esa mezcla de un sabor buenísimo y una textura aterciopelada, el sashimi tenía el corte perfecto y la selección de carnes del mundo era sorprendente y equilibradísima, pero tal vez lo que más nos gustó, por lo diferente, fueron los makis de anguila frita.
Como postre tomanos un pastel de chocolate de Paco Roncero muy rico, nada que ver con el mundo japonés, pero el toque nipón lo pusieron unos tés deliciosos.
El precio fue caro, como es de imaginar, pero no tanto como esperábamos.
Creo que lo que más puede ilustrar este comentario es que llevo salivando todo el rato que lo he estado escribiendo.

Para mi perfecto, gran servicio, gran chef y gran comida

La comida al mismo nivel o mejor que en el Kabuki Carmona, aunque le doy menos puntuación porque el local y el ambiente me gustan menos. Siempre que he venido a este ha sido porque en el otro no había sitio. En este, al ser más grande, no es tan dificil conseguir mesa.

Tan bueno como el Kabuki de Presidente Carmona. El local es mas chulo, aunque no tiene terraza.

En él desembarqué hace un par de días por el cumpleaños de una buena amiga, o más bien encallé, por el palo de la cuenta.
El caso es que todo estaba buenísimo pero no entiendo que para dos vasos de agua usen dos botellas de agua (a 5 € la botella) y que cada copa de vino de Albariño costara 7,5 € (bueno esto último podría ser…)
Buenas calidades: probé el tartar de atún, que estaba bastante bueno, la sopa de pescado muy rica y los niguiris también. Aunque ésta misma calidad ya la he encontrado en otros japoneses menos famosos y sofisticados. El postre de chocolate de Oriol Balaguer estaba delicioso y el precio, supongo que por la fama, será el adecuado.
En fin, que un día es un día, pero la próxima vez pruebo otro. Será por japoneses… !

Es su nombre.conocido. Y su calidad estupenda. Sí, es así.
A mí me gustan más los sitios escondidos, que tienen algo muy bueno, de una cosa, y te lo ponen con mimo, y está casi escondido. Aquí, ciertamente todo te lo ponen con mimo, y todo es demasiado perfecto. Para mí :)
Está delicioso, pero es caromainstream. Me gustan mucho el atún en tataki con purés de manzana y oliva negra, las carnes del mundo, el pollo macerado, rebozado y frito, los niguiri (santo de mi devoción) de huevo de codorniz, de gamba blanca de Huelva y por supuestísimo, el de pez mantequilla. Y el sashimi de toro, aunque me parece un poco tontería lo de con pan con tomate, me pongo purista y no me aguanto. Es que la fusión culinaria a veces…
Yo no tomo postre, tomo sake o sochu, pero el resto de comensales alucíno con unas cosicas de vainilla de Tahití, toffee y chocolate.

Este restaurante de cocina japonesa ahora lleva una estrella michelin. La comida si esta extemadamente fresca y exquisitamente elaborada. De lo que tomamos mejor nos gustó: la ensalada de algas y pulpo, viera, pescado… porque era todo fresquisimo, el sushi nigiri ikura (huevos de salmon) porque tenia muchos huevos y menos arroz y las costillas porque se las podia comer con pallilos tan tierno estaban!!!
El sitio parece un poco frio aunque todo esta diseñado con materiales de alta calidad.
Lo unico que es de mejorar es el servicio. Aunque no puedo decir que sea de todo malo, para un restaurante de esta categoria no esta a la altura. No podimos entrar quinze minutos antes de la hora de la reserva, el camarero era amable pero desinteresado ni servia el vino del lado correcto y sin gotear.
Nos pasamos muy bien por la calidad de la comida y la falta de un servicio excellente no lo fastidió. Pagamos 180 € para dos personas con dos copas de champan, vino y café/​té incluido. Nos pareció una relacion calidad precio equilibrada.
Dicho todo esto preferimos al Kabuki en Av. Presidente Carmona por ser mas acogedor y la comida es igual de bueno.

Un lugar ideal para llebar a tu pareja y sorprenderla. Restaurane de cocina fusion entre la mediterrania y la japonesa sus platos son deliciosos.