Me encanta esta cafetería, aunque solo sea por lo bueno que me sabe el café!!. Ya he pisado este local dos veces y ambas, siguiendo el mismo ritual… domingo por la mañana, para desayunar de forma completa, antes de ir al Rastro, con una buena dosis de energía, pues de verdad que las multitudes consumen jeje. El sitio tiene una decoración muy chula con toques coloniales. La iluminacion interior está también muy lograda, porque aunque no es un local muy amplio, han sabido explotar el blanco y el negro, y resulta un sitio muy confortable y minimalista al mismo tiempo. Luego además se suma que esta situado en un sitio excelente. El local tiene una planta inferior, con un bonito comedor. El personal es además muy agradable. Y eso que las dos veces que he estado en la cafetería no nos ha atendido el mismo camarero. La cafetería esta muy dirigida al turismo y los precios nos son precisamente baratos, pero tampoco caros de la muerte!!. Sirven menús y platos combinados. Pero no estoy segura si los cambian o es una carta fija. Tal vez algún día decida, en vez de desayunar, ir a comer o tal vez, merendar.