Por algún motivo que no acierto a descifrar, la zona de Huertas — Cortes atrae a diario a ingentes cantidades de turistas, dispuestos a salir por los bares de alrededor. Es algo que no termino de entender, porque en lo que a bares se refiere, esta es una de las zonas que –para mí– menos interés tiene de Madrid. De hecho, juraría que solo he salido por allí unas pocas veces, generalmente con algunos amigos de la facultad, pero siempre habíamos sido más del triángulo Malasaña — Alonso, para qué negarlo. Aun así, he de decir que no soy ajeno a las tácticas de los relaciones públicas que pueblan esta zona de la ciudad: a mí también me han ofrecido chupitos gratis, copas a mitad de precio, segundas consumiciones gratis, las chicas no pagan(¿ein?) y demás lindezas a cualquier hora de la noche. Este en concreto lo venden como un lugar en el que«se puede fumar en la planta de arriba». No sé si es que tiene una terraza o qué, pero ante la duda de terminar oliendo como un cenicero, no subí ni a comprobarlo. Copas baratas pero no muy bien preparadas(no es a eso a lo que uno va, ni de lejos) y música proveniente de una especie de video DJ(mientras pincha se ven algunos vídeos) que se dedicó a poner lo peor que encontraba en su maleta(Juan Magán, ‘Pajaritos en el aire’ y semejantes). Eso sí, no se podía ni bailar porque aquello estaba a punto de reventar.