Intercambiador de Príncipe Pio

El intercambiados de Príncipe Pío, ¡ayyy que ratitos de espera de buses que me he echado y me echo!
Bueno, para quien no lo conozca, reseñita (cof! cof! Me aclaro la voz que el catarro me la ha dejado para choped…):
Este intercambiador, junto con el de Moncloa (que queda algo cerca), fue remodelado para que los viajeros no llegaran a casa con los pulmones como si acabaran de salir de la mina. ¿Y eso? Pues porque como la mayoría recordareis, antes estos nodos de comunicaciones no tenían aislada la zona de autobuses de la de espera, así que el horror llegaba cuando lo habías perdido y te tocaba esperar a la dulce fragancia del olor de los escapes. Mola que las zonas de espera estén delimitadas por dársenas, aunque se agradecería algún banquito más en ellas, porque al final la gente se sienta en el recrecido del suelo que imagino que será para instalaciones.
En la propia zona de los viajeros que esperan, hay algún pequeño local de estos que parecen temporales pero que se tiran toda la vida ahí, como quioscos con chuches o un mini Rodilla.
También hay aseos, que están bastante bien para lo que podría ser esto. Hay bastantes cabinas y aún no me he cogido ninguna enfermedad gorda.
Las dos plantas del intercambiador están pensadas para las personas con dificultades de movilidad, con ascensores para su acceso.
Personalmente (y bajo el ojo crítico del arquitecto) pienso que aunque está bastante bien, en las horas punta esto debe ser caos: la conexión con la zona de metro o tren es un embudo total, así que me alegro profundamente de no coger el bus a esas horitas porque no lo quiero ni pensar. Pero bueno, un espacio mejorado, que no es poco…
¿Volveré? Sólo si me quitan el coche

No es que use muchos intercambiadores porque siempre muevo cielo y tierra para coincidir con algún conocido que me lleve a mi destino (la comodidad es mi punto fuerte) así que no soy experto en ellos. Sin embargo este es el que más uso porque es el que me lleva a mi dulce y entrañable hogar.
La verdad es que todo lo que rodea al intercambiador es perfecto, comunicación a dos minutos de los andenes del metro (diferenciar de la entrada a la estación), un centro comercial al lado para entretenerte, Madrid Río a 5 minutos por si quieres estar en un ambiente más natural… y el intercambiador en sí funciona genial.
Pero desde hace 2 años su administración es completamente lamentable. Prácticamente ya no hay personas físicas que te vendan billetes, sólo están un par de horas al día, y en su lugar hay, en el caso de Talavera de la Reina y Segovia con sus respectivas comarcas, un par de máquinas autómaticas con las que tienes que tratar para conseguir tu ticket sin ningún tipo de instrucciones sobre como usarlas. Que sinceramente a mi no me importa ya que al haber nacido en esta maravillosa era tecnológica en 1 minuto he entendido como funciona la máquina, pero he llegado a estar muchísimo tiempo esperando porque alguien anciano no sabía como usarla, y hasta que no he ido a asistirle no podía sacar el billete. Pero imaginate que no hay nadie y no tiene a ningún encargado que le ayude, lamentable.

Principe Pío me parece un sitio divertido, y me llama mucho la atención la mezcla de estructuras. Luego a veces, cuando paso por ahí y voy con tiempo, me doy una vuelta por las tiendas, y me tomo un café en el Starbucks.

Este intercambiador ocupa un puesto intermedio entre el Kit Atocha y la infame e insalubre Avenida de America.
Me resulta un poco laberíntico sobre todo el acceso metro Cercanias o la unión con la parte de los autobuses, que es la que realmente es más moderna y está un poco mejor pensada (igual pienso esto porque es más actual y cuando esté llena de mierda cambio de opinion, no lo se).
Lo mejor sin duda es el ramal a Opera, es lo que me resulta más útil, te planta en nada en el centro, eso y la circular claro.

A mí los intercambiadores siempre me han dado un poco de grima, la verdad; aún recuerdo cuando vivía en Getafe y los autobuses dejaron de salir de la Plaza del Emperador Carlos V para salir del agujero en el suelo que habían hecho en la Plaza Elíptica; ni que decir tiene que empecé a ir en tren.
Este no me produce una sensación mucho mejor, la verdad; quizá los colores de las dársenas estén mejor pensados y parezcan más para el uso de humanos que de los mutantes que viven en las alcantarillas, pero no deja de ser impersonal, con un nefasto olor a gasolina… Además tengo la sensación de que la parte de los autobuses la usa poca gente, aunque también puede ser porque solo voy un par de veces al año y en horarios intempestivos.
Sea como sea, entiendo la funcionalidad pero no estoy seguro de que esté diseñado como yo quisiera que lo estuviera, es todo demasiado cyberpunk y anacrónico a la vez.

Me gusta este intercambiador porque, en mi transbordo habitual, sólo tengo que dar dos pasos para coger la línea que necesito.
Además, tienes centro comercial (con cines); cercanías y líneas de autobuses interurbanos y a Segovia y Sepúlveda.
La pega que le veo siempre (en invierno) es que hay demasiada corriente y te acabas helando.

Es un intercambiador un poco de andar por casa, al menos en lo que a trenes se refiere: tiene poquitas líneas, y realmente solo cuenta con dos vías útiles (el resto son cabeceras con trenes que se tiran ahí las horas muertas porque en realidad, Príncipe Pío apenas ejerce como cabecera de ninguna línea).
Hace unos años, por fin renovaron la parte de los autobuses, que antes aparcaban en la calle y solía montarse la de Dios es Cristo en la Glorieta y la Cuesta de San Vicente. Ahora todos aparcan bajo tierra y es todo infinitamente más ordenado, pero la realidad es que le pasa como al de Moncloa, o a este incluso más porque a él llegan más autobuses procedentes de otras comunidades autónomas: les falta un indicador con la hora de llegadas, al menos para autobuses de media distancia. Porque todo lo que te vas a encontrar es un panel con dársenas y, con un poco de suerte, con las horas de salida. Pero si el autobús está en mitad de un atasco y tú estás esperando a alguien que viene en él, más te vale contar con un teléfono móvil con batería, tal y como dice César C.

Siempre que voy a Madrid acabo en Príncipe Pío, el centro comercial, y la zona en sí. Una vez estando con una amiga fuimos a recoger a una chica que venía en bus desde Talavera. Fuimos a la parte donde están los andenes de los buses, todo muy bonito y tal pero las indicaciones de las próximas llegadas de buses… inexistentes. Muchas pantallas con publicidad, y horarios de salida, pero NI UNA donde pusiera cuales eran los andenes de llegadas. Osea, si pretendes esperar la llegada de un bus donde venga alguien, si no conoces la estación, por llamarlo así, tendrás que llamar a tu amigo/​familiar, por que no había forma de saber donde llegaba el autocar.
Admiro el transporte en Madrid, me parece que está 20 años por delante a Valencia, pero me quedé muy rayado con el intercambiador este. Muy sencillo pasar de metro a tren, y tal, pero saber donde para un bus, oye que entre 2 no supimos encontrarlo, menos mal que nuestra amiga nos llamó al móvil…