Il Piccolino Della Farfalla

Este restaurante italiano-​argentino destaca por sus bajos precios y su oferta de calidad aceptable. En plena calle Huertas, el menú de mediodía cuesta unos 10 euros y es bastante copioso. Yo diría que en exceso. Cuando no es ésta la opción, también es un lugar asequible que se adapta bien a todos los gustos: pizza, pasta, carne y opciones vegetarianas.
Si bien todo me parece algo pesado-​grasiento, la comida no está mala. El personal es agradable y la decoración también: estilo casa de tu abuela con acuarelas de notable en las paredes, luminoso y en tonos cálidos. Todo esto atrae a muchos clientes, que hacen del restaurante un lugar concurrido casi todas las veces que lo he visitado.
El otro día quería espagueti con tomate y el camarero me convenció para pedir un menú, ya que el precio iba a ser el mismo pero con derecho a postre, pan, bebida y un segundo plato. Cedí dando la razón a tan lógico argumento, pero acabé bastante llena y me decepcioné un poco con esta naturaleza glotona que a veces me domina: un plato puede ser suficiente a veces. No dejó de ser una anécdota que probablemente hayan sufrido más mis caderas que mi bolsillo, ya que el precio era el mismo.
No conozco el otro local que hay en el mismo barrio, pero tengo la impresión de que es algo similar. Es una opción asequible que puede tenerse en cuenta a la hora de comer algo por el centro.

Este restaurante ha tenido la mala fortuna de ser elegido para una quedada justo cuando vuelvo de un viaje a la Toscana, pues la inevitable comparación le hace salir perdiendo.
El nombre del local va acorde al mismo, pequeño (y estrecho, además) con una carta de variedad aceptable, la cual se viene arriba en los postres y los vinos (para lo que cabría esperar del sitio).
Los platos están bien de precio y con una calidad en la media de un italiano económico (buena si no te pones exquisito); pero para mi gusto la mayoría de los que vi pedir se quedan cortos en la cantidad, sobre todo si vas con hambre.
Me dio la impresión de que quizá lo mejor en este sitio sea apostar por la carne.
El tamaño y la afluencia hacen recomendable reservar si quieres asegurar sitio en fin de semana o días señalados (más aún si es para un grupo).

Lo que son las cosas, estaba convencido de que este local era un restaurante italiano y, cuando entramos a cenar hace un par de días, me llevé la grata sorpresa de encontrarme un italoargentino.
La única pega que le puedo poner al sitio es que no tiene demasiado espacio, así que conviene llegar a una hora razonable (o tener paciencia y esperar un poco, que tampoco hay que andar con prisa a todas partes) porque lo demás, la comida, el ambiente y la atención, son excelentes.
Las pizzas son medianas, el tamaño ideal para una cena, y muy crijientes. Los canelones vegetarianos todo un hallazgo, los postres (struddel de manzana y tarta de chocolate) una delicia peeeeeeeeeeroooooooo… lo mejor fue, de lejos, en los entrantes, la empanadilla argentina. LA MEJOR QUE HE PROBADO EN MUCHOS AÑOS
Precios muy razonables, por cierto. Un sitio al que vovleremos a menudo. Le pondría ya las cinco estrellas, pero voy a esperar a probar las carnes, en otra ocasión.

Vine con unos amigos que me dijeron que la comida argentino-​italiana estaba muy rica y a buena relación calidad precio. Me contaron que las carnes estaban de muerte y como carnívoro que soy me pareció estupendo. Lamentablemente, al pedir la camarera nos contó que no tenían la brasa y que la carne debía ser a la plancha. Yo ya me había hecho a la idea de probar el vacío (ojalá la carta tuviera tildes), y decidí tirar adelante. Fue una equivocación porque la carne estaba más o menos correcta pero no era ni mucho menos lo que esperaba en un argentino. El punto de la misma tampoco estaba bien conseguido y era realmente complicado cortarla, además, por estar servido en una fuente que dificultaba la maniobrabilidad con los cubiertos. Mis amigos salieron satisfechos a secas y yo también. Supongo que habrá que esperar a probar a que la brasa funcione pero tampoco creo que pase nada si no vuelvo a venir.

En una antigua vida en la que viví en el Barrio de Las Letras (no es que me haya reencarnado, es que me reinvento, como Madonna), no había mes del año en el que no comiera al menos una vez en La Farfalla. Por aquel entonces solía pedir alguna de sus pizzas o la lasaña de verduras, que estaba rica pero hecha con menestra de la que tú y yo compramos en el supermercado. El otro día regresé tras muchos años sin pasar por allí (no soy sexagenario pese a lo que pueda parecer) y vi cómo indicaban en la carta que las verduras de su lasaña eran frescas, de lo cual me alegro. Aún así opté por la lasaña de carne, que siempre es más atractiva para un depredador y, pese a que estaba buena, tampoco me supo a nada del otro mundo. A la gente con la que iba le pasó exactamente lo mismo: les gustaron sus platos pero podrían prescindir de ellos. Y ahora yo no sé si me he vuelto muy sibarita tras varias reinvenciones personales o es que La Farfalla ha bajado un pelín el listón en una de las suyas. El caso es que podría repetir pero tampoco lloraría si un juez (vete tú a saber por qué, quizá un juez amante de la comida española) me prohibiese volver allí. Pues eso, lo que vienen siendo tres estrellas de manual.

Hace mucho que no veníamos aquí, y nunca defrauda. El menú del día es hasta las 16:30. El precio 10,5 €, para la zona esta bien. La comida es casera, no esperes que te pongan una presentación elaborada.
Los camareros siempre muy amables, pero algo lentos.
El lado negativo que estás casi comiendo en grupo… De lo pegadas que están las mesas.
Siempre suelen tener un menu vegetariano. Hoy era sapguettis al pesto y de segundo un plato combinado de Moussaka con champiñones y arroz, pimientos rellenos de ciruela y alubias blancas.
Por mi parte he pedido arepa con queso y mero.
En cuanto a postres hay dos imprescindibles si vas a la farfalle: el tiramisu y el strudel de manzana con helado. Buenisisisisississisimos

Nice and affordable restaurant in madrid. Ask for the lunch menu. less than 10 € and it comes with 3 courses, and guess what? They do offer a separate vegetarian menu! During my visit I had their palm salad, quinoa quiche and apple pie with ice cream and a soda. We were totally stuffed but happy. The food is fresh, tasty and the portions are quite generous. Our waiter was a total delight.

I guess I’m just not cut out for tapas because I started looking for Italian restaurants my second day in Spain.
Il Piccolino Della Farfalla was a cute little Argentine/​Italian restaurant. We stopped there for lunch on our way to the Prado Museum from the Royal Palace on Saturday, March 14, 2015.
All I needed to see was pizza on the menu and that’s what I ordered. It was delicious and I would recommend it.
It seems to be very popular with the locals because everyone was speaking Spanish. That’s always a good sign too.

Pedimos de entrantes una ensalada, una empanadilla chilena y una papa de queso. La papa estaba muy buena y el sabor de la empanadilla nos recordó a una morcilla de Burgos, exquisita.
De plato principal pedimos una pizza de 4 quesos, que tiene un tamaño algo pequeño para lo que estamos acostumbrados. Pero estaba muy muy buena.
Con bebida nos ha salido 25 euros entre los dos, bastante bien.

Buen restaurante a muy buen precio. Especialidad en pizzas (no son de gran tamaño) y en postres. La atención y el espacio deja mucho que desear, pero es muy recomendable. Ahora han puesto un menú por algo más de € 9 con platos de calidad y sabrosos, aunque pocos para elegir. Hay que llamar para reservar porque es muy pequeño y se llena muy fácilmente.

Este sitio es el típico lugar que sabes que sí quieres invitar a alguien y quedar bien no vas a fallar.
Su menú de 9.75 € con platos que pasan por las cocina italiana y argentina, es perfecto para comer bien y salir contento. Con opción a menú vegetariano para quién no le guste la carne.
Buen ambiente, buen servicio, buena comida a muy buen precio en el corazón de Huertas.

Es un sitio al que voy varias veces al mes, me gusta porque la relación calidad-​precio de los productos está bastante bien.
Es un local no muy grande, comes pegado literalmente a la mesa de al lado y normalmente (no sé por qué) es un sitio bastante bastante ruidoso. Si vas en momento de poca afluencia bien, pero como vayas con un par de mesas que armen jaleo… todo el mundo empieza a hablar muy alto hasta resultar molesto.
La comida que tienen sin gluten, mucha variedad por cierto, está muy rica. La masa de las pizzas es buena y la pasta también. De postre solo tienen una tarta sin gluten de chocolate que está bastante rica.
El servicio es correcto, son amables. Es cierto que a menudo hay que advertir que te cambien un vaso o un cubierto no muy limpio.
Normalmente está bastante lleno, y el sistema de reservas es peculiar, solo puedes reservar a las 21:30 y a las 23:30, si quieres ir entre medias… imposible.

Típico restaurante por cuya puerta pasas miles de veces y nunca te da por entrar. Ayer nos apetecía italiano por la zona y fue el primero que se me ocurrió para algo rápido para salir del paso.
La verdad es que me sorprendió gratamente: la masa de las pizzas era casera y no se cortan con el queso; pero realmente lo que me alucinó fueron las berenjenas gratinadas. La ración era colosal, tenía queso mozzarella a espuertas y la salsa sabía a tomate de verdad. Cabe destacar también que tenían brownies caseros en la barra. Sin duda, repetiremos.

Lo primero es que no sabía si poner un 2 o un 3 al sitio… y me he decantado por el 2, pero estaríamos en el 2,5 o así.
Este domingo mi chica y yo fuimos al CaixaForum y después decidimos comer por la zona. Este loca acepta tickets restaurante y estaba abierto a las 4 de la tarde (más o menos) así que era una opción lógica.
Lo primero, el sitio es chiquitito, como un pasillo con mesas a ambos lados, y estaba muy lleno. Es verdad que llegamos con muchísima hambre, y el hecho de que tardasen 35 minutos en traernos los entrantes y otros 15 o así en traernos la pizza puede ser comprensible, pero en ese momento quería comerme la mesa. Quizás cuando está menos lleno son más rápido.
Los precios no están mal, las camareras son amables y todo está bastante rico. La patata rellena de queso está correcta, y el pastel de puerros y setas muy bueno.
Ahora viene lo chungo: comiéndome el pastel, muerdo algo durísimo que me astilla levemente una muela. Lo saco de la boca y es una piedra (estamos hablando de una piedrecita del tamaño de media uña del meñique… muy pequeña, salvo que esté dentro de un pastel, en cuyo caso pasa a ser preocupantemente grande).
El caso es que estoy con la piedra que he roto de un mordisco, la aparto, y se lo comento educadamente a la camarera. He de decir que se preocupó y fue extremadamente amable, y nos dijo un montón de veces que no sabía qué había podido pasar.
A la tercera vez que pasó por la mesa comentó: «Ya sé lo que ha podido ser. Que como compramos las espinacas ya cortadas Y AQUÍ NO LAS LAVAMOS, podían tener una piedra». Me lo dijo en serio y muy amablemente, mientras yo ponía una cara de WTF extremo ante la peor explicación que me podían dar, y mi chica se quedaba con el pastel en la boca mirándome no muy convencida.
Las pizzas estaban muy ricas aunque eran pequeñitas.
En definitiva, si no fuese por el incidente de la piedra el sitio se llevaría 3 o 4 estrellas, porque solo tendría de queja los tiempos, pero coño, que me astillé un diente comiendo espinacas sucias, eso tiene que restar algo.

Sin ninguna duda mi restaurante favorito de Madrid. Si vais a este acogedor establecimiento de la calle Huertas volveréis seguro.
Se trata de un restaurante italiano-​argentino (aunque yo me quedo con la parte italiana jeje) donde podréis probar unas pizzas deliciosas o un risotto exquisito.
El sitio es pequeño así que es mejor reservar o ir a horas fuera de la afluencia de gente, por ejemplo si vas a cenar y no tienes reserva intenta llegar a las 21.30 o si no pues a las 23.00 ;D
El servicio es muy amable y los postres también me parecen deliciosos.
Además tienen menú del día entre semana.
Pero he de confesar que la comida aunque muy buena no es lo que me conquista de este sitio, sino que es su sangría. Esta bebida tan española que algunos entendidos del vino tachan como herejía no siempre nos convence dependiendo del sitio al que vayamos. Todos hemos probado sangrías que mejor nunca se hubieran preparado, sin embargo en el Picolino la preparan de una manera deliciosa y que te achispa que da gusto.
Si acabáis borrachos antes de salir del local no podréis culparme jeje.

Freundliche Bedienung! angenehme Atmosphäre, schaut von außen kleiner aus, als es Plätze drin beherbergt. Preise sehr fair, gute Abwechslung zum Tapas-​Einerlei.
Gibt in der Calle Santa de Maria einen kleinen Ableger davon.
Kann sowohl Fleisch, wie Reis, Nudeln oder Pizza empfehlen.

Siempre he sentido atracción por los sitios «cuquis» y al pasar por delante de este lugar me quedé prendada de su fachada.
Se lo dije a mi chico y decidimos ir después de ver los comentarios aquí.
El local no es grande, pero te sorprende que continúe hasta el fondo y tenga ese aspecto alargado. Lo cual me gusta porque, dividido en tres espacios, tienes la sensación de estar en un lugar acogedor.
La carta no es extensa, pero tienes lo necesario para poner en duda qué es lo que vas a tomar.
Nosotros pedimos 4 bebidas, una ensalada de la casa (buenísima la mezcla de manzana con la salsa), dos pizzas (deliciosas) y dos postres. Todo por 38 euros. Esto sumado a la buena atención de su personal, lo hace un lugar al que volveré siempre que pueda.

Il Piccolino de la Farfalla es un restaurante ítalo-​argentino sencillamente encantador. Es súper agradable entrar a cenar o comer en este sitio, con sus pequeñas mesas, sus vigas de madera y su personal simpatiquísimo y siempre atento. Un lugar pequeño y de aspecto familiar, sin grandes pretensiones. He de advertir, para quien le incomoden estas cosas, que las mesas se encuentran casi pegadas unas a otras, por lo que casi parece que estés cenando con el vecino.
Me da mucha pena que la comida aquí sea tan normalilla. El otro día fui a cenar con una amiga, y tomamos unos ravioli carbonara que pasaron sin pena ni gloria. Después, pedimos de postre un dulce típico argentino, no recuerdo su nombre, que tenían preparado de antes y estaba bastante duro. Pero bueno, lo reclamamos, lo retiraron y fueron muy amables, así que no lo tuvimos del todo en cuenta.
El precio es relativamente moderado, así que es posible que vuelva un día que quiera hacer una cena tranquilita y agradable si estoy por la zona. Aunque con la competencia que hay por estos lares… con todo el dolor de mi corazón, no puedo prometer nada!

He venido a este sitio como 2000 veces, todas ellas con menú del día a la hora de comer. Hacía bastante que no venía hasta hace un par de días, y me sorprendió que el menú no ha cambiado en absoluto. EN ABSOLUTO. No entiendo que mantengan cosas tan asquerosas como la «ensalada blanca», con una tonelada de una salsa roquefort bastante chunga. Y que sigan dándote el pan duro.
Por lo demás, la pasta, la lasaña y las pizzas están buenas. Y el menú cuesta 9 euros, viendo cómo están los precios últimamente eso es todo un logro. Además los camareros son muy majetes.
Si no tuvieran esos detalles cutres como esa ensalada o el pan duro (bueno, y los platos un pelín fríos) sería un italiano estupendo a buen precio. Pero con las cutreces se convierte en un italiano normalucho.

Recuerdo que cené hace algún tiempo en este entrañable restaurante y lo cierto es que pese a lo tarde que era nos atendieron correctamente y con mucho gusto. La carta es curiosa y la verdad es que es un lugar muy acogedor para ir a cenar tranquilamente con alguien. Reocmendaría reservar porqeu suele estar abarrotado de gente.

Tuvimos suerte porque fuimos entre semana y estuvimos prácticamente solos.
Teníamos curiosidad por este sitio, nos había hablado de él un buen amigo y a mi que me encanta este tipo de comida quería ir, pero siempre había cola para entrar, por lo que fuimos un miércoles que era el cumpleaños de un compañero.
El sitio me gustó porque es muy tranquilo y acogedor, la comida también porque no es el típico italiano, sino que tiene un toque como más casero, las pizzas estaban deliciosas, es como si las haces en casa por la calidad de los ingredientes, pero con un toque de horno profesional.

Está bastante bien este restaurante, aunque en ocasiones está tan hasta arriba que te toca esperar un buen rato, como es habitual en los bares de esta zona. Además, al no ser un sitio demasiado grande y como se pretende aprovechar todo el local, es posible que te toque renunciar a la intimidad, en una mesa que casi compartirías con los de al lado.
Por lo demás, buena relación calidad-​precio, buen servicio, y carnes, pizzas, pastas y demás para disfrutar.

Este restaurante italo-​argentino especializado en pizzas y empanadas argentinas (aunque en España las llamaríamos más bien «empanadillas») se encuentra en la concurrida calle de las Huertas, prácticamente al principio.
Tenía pendiente una cena con un par de amigos y la verdad es que ninguno nos decidíamos por un sitio, así que tomé las riendas de la situación y decidí buscar un lugar nuevo. Di con este restaurante y las críticas favorables hicieron que me decantase por él. El sitio en sí no es muy grande, pero me encantó su ambiente familiar y casero, nada ostentoso, pero a la vez muy acogedor. Pedimos un par de pizzas y probamos las empandas, y no nos equivocamos en nuestra elección. También es verdad que me pierden las pizzas, ese olor a horno de leña… ¡Mmmmm!
Curiosamente descubrí hace poco que tienen otro restaurante muy cerca, pero no he tenido el placer de visitarlo todavía. Así que, si tenéis ocasión, pasaros a degustar las pizzas y empanadas de Il Piccolino Della Farfalla, no os defraudarán, ¡y son aptas para todos los bolsillos! Eso sí, no olvidéis reservar si tenéis pensado ir en fin de semana, porque se pone hasta arriba. Buon appetito!

Das Restaurant ist gemütlich, hat eine gute Lage (mitten in der Stadt) und hat ein gutes Preis-​Leistungsverhältnis. Wir haben ziemlich lange nach einem Lokal suchen müssen, das nicht die typischen spanischen Tapas anbietet. Wer lieber auch mal ein Steack oder ein paar Nudeln essen möchte, ist in diesem Restaurant gut aufgehoben. Es geht schnell und die Bedienung ist freundlich :)

Este es un pequeño restaurante italiano al principio de Huertas donde hacen unas pizzas a un precio muy aceptable y donde además se esmeran en no ofrecerte lo de siempre.
Es decir, aunque podemos encontrarnos con Margaritas, Napolitanas y Cuatro Quesos de toda la vida, también ofertan cosas menos típicas como la Erótica (con nueces, riquísima) o la Exquisita.
El local no es muy grande y es algo estrecho, pero los camareros son simpáticos y la comida deliciosa, así que creo que merece la pena acercarse.