Hao Zai Lai

Poco recomendable, no repetiría. Fuimos el pasado sábado y es el restaurante más extraño en el que estado.
Entramos con la idea de coger comida para llevar y fueron todo sorpresas: una carta muy limitada –no llega a 20 platos-​, rollitos de primavera agotados -¿en serio, un chino sin rollitos?-, precios normales –ración de pollo 4,50– pero, sobre todo, 3 problemas gordos:
Falta de espacio agobiante, un personal poco amable y que no habla castellano y, lo peor, una falta de higiene que nos hizo pensarnos un par de veces si darnos media vuelta.
Al final comimos lo que a ellos les dio la gana porque no hubo forma de que entendieran bien el pedido. Comida corriente.
En definitiva: buscaré una opción mejor cerca de casa.

Es muy pequeño y a veces no sabes a qué hora abre. Pero las empanadillas a la plancha y los panes chinos muy ricos, sobre todo el de carne. No suelen tener mucha variedad y la carta es muy límitada pero me encanta.

¿Un chino nuevo en el barrio? ¿Comida tradicional? ¿Barato? ¿Ambiente rancio del que me gusta a mi? Estupendo.- pensé. Propuse a unos amigos probarlo albergando la esperanza en mi corazón de que fuera el chino definitivo, el mejor que jamás hubiéramos probado, pero no.
Resultó que los fideos estaban secos, el tofu insípido y el arroz normalillo. Lo que nos encantó fueron las empanadas chinas y los raviolis chinos (así los llaman ellos, ¿eh? no me lo estoy inventando?
El caso es que ni de lejos es el chino de nuestra vida, pero bueno, está bien para un apaño, para coger la comida y comerla en algún parque o para comerla en el propio local. Es muy barato y la gente es superhiperamable, así que no es para descartarlo del todo, pero no formará parte de mis top ten.