Gorila

Fuimos brevemente después de comer a Gorila en plan de probar al menos algo del Coctelsaña 2015.
Como todo en Malasaña a eso de las 00h estaba bastante lleno, el lugar es pequeño así que no hay mucho que hacer con respecto a eso. Será cosa de ir más temprano.
La barra está al final y es muy pero muy incómoda para pedir, sobretodo cuando hay gente instalada ahí en plana conversación tomándose algo. Me acerqué a la barra por un hueco entre la gente y pedí el gin tonic del evento, con romero y frambuesas. El trago en sí estaba rico pero a mi gusto le faltaba un poco más de gin, no se sentía el alcohol para nada. Ami me gustan los tragos fuertes, así que me decepcionó un poco.
La carta es bastante pobre, hay cervezas y después medidas de diferentes tipos de alcohol (vodkas, rons, etc) en una pequeña sección tienen tragos. Pero según el barman nada de coctelería esa noche, a qué se dedican entonces? Para eso me compro yo una botella y me preparo algo en casa.
Difícil mantener una conversación, y demasiado congestionada la zona de la barra donde nos pudimos ubicar, siendo que después el salón se vació un poco y hasta había mesas disponibles, pero no todos agazapados contra la barra.
Creo que en mi ruta coctelera obviaría este lugar salvo que no haya otra opción.

Sitio muy agradable, bien ubicado y muy bonito por dentro. Ambiente muy guay, se puede hablar y estar sentado cómodo, tiene happy hour a 3 euros la pinta, pero aun así me parece caro si vas a beber antes de salir.
Siempre ponen frutos secos, aunque muy poquitos.

A veces está demasiado lleno y cuesta mantener una conversación.
La zona de la barra es demasiado pequeña y para pedir estás un poco apretujado.
Por lo demás, buenos precios en general y muy guay la decoración.

Cinco estrellazas para el Gorila y su happy hour (¿o quizá debería decir happy four hours?) que tiene lugar de Lunes a Jueves de 18:00 a 22:00 y en la que las pintas de cerveza cuestan únicamente tres euros y las copas de determinadas marcas a cinco euros, lo que le convierten en el lugar perfecto para tomarse unas cervezas antes de cenar por Malasaña.
Con decoración típica malasañera, con alguna bici antigua que otra, cuadros bastante naïf y demás artículos vintage, lo que me terminó por conquistar del Gorila, aparte de su happy hour, claro está, fue la música de fondo, en la que se podían escuchar canciones de los Strokes o de M83, mi grupo favorito.
La última vez que fui, a eso de las 21:30, me pedí una copa de Capitán Morgan con Coca Cola (sí, soy de los que se piden copas antes de cenar si se calientan) que me supo a gloria, mientras que mi acompañante pidió una pinta de cerveza, todo ello acompañado de un suculento plato de aceitunas que hacían más agradable el trago. Pagar 8 euros por las dos consumiciones tras venir de pagar casi 10 euros por dos tercios en el local anterior es algo que el bolsillo agradece y te hace tener en estima este tipo de locales que te dan de beber barato sin disminuir la calidad.
El servicio fue, además, la mar de agradable, ya que estuvo hablando un rato con nosotros de muy buen rollo.
Y, para terminar de justificar mis cinco estrellazas al Gorila, es un local Unilocal-​friendly en el que te hacen ofertas si realizas el check-​in.
En definitiva, sitio para tener muy en cuenta estos días de diario en los que no sabes a dónde ir ya que es un sitio idóneo para tomarte unas pintas o incluso calentarte y pedir unas copas pre-​cena por un módico precio, aprovechando la happy hour.

Pasé a tomar un té por la tarde, por lo que el local estaba casi vacío. Es por eso que no puedo hablar sobre el ambiente y sobre la carta. Sin embargo lo que si noté desde el primer momento es que el servicio es malo de narices. Quizá sea por que los que atendian eran muy chavales y le ponían menos ganas que la Botella hablando inglés. La verdad es que sin entrar en más detalles creo que no es manera de llevar un local… Señor@s propietarios con esos chavales mal va la cosa… Por lo demás un poquito más de limpieza no estaría de más en el local y enlas tazas.

A tipical Malasana hipster location. You can find Fixies on the wall, a bit bored staff and free Wi-​Fi — good location to work on your Laptop (or MacBook, as you maybe don’t want to be an outsider ;-)) and have a drink. I had the Fruit (strawberry) Squishee on Ice, which was freshmade and very very good!
Interior design is lovely and on afternoons it is very quite so that you can really go and do some work!

#juevesdereseña
Aunque tenía buenas referencias con respecto al lugar, la verdad es que no terminaba yo de acercarme. Quizá porque se ubica en el espacio donde antes estaba The Wall, y no me habían terminado de gustar los derroteros que había tomado su predecesor.
Pero oye, nada más lejos de la realidad: me encantó el lugar. Primero, porque tiene una decoración industrial que tampoco llega a estar demasiado forzada. Segundo, porque la idea de las sillas diferentes me parece muy buena, y tercero porque el personal es bastante simpático, algo que siempre es un punto a favor y que cada día es más raro en muchos establecimientos.
Lo más importante, sin embargo, es que los precios están bastante contenidos. Quizá no en la cerveza, pero sí en las tostas que preparan para comer o en los gintonics. Eso sí, prepara tu atuendo hipster, que el lugar bien lo merece.

Qué pionera me siento con esta reseña… Es que el sitio es muy nuevecito, fui el viernes pasado y llevaba una semana abierto. Está en el local donde antes se ubicaba The Wall, que lo han traspasado a unos chicos que le han dado un giro a la decoración (es muy chula, con piezas vintage como sillas de colegio, fotos muy cachondas, una bici en el baño sujetando el lavabo…) y lo han convertido en bar de copas-​con-​algo-​de-​comer. Aunque cuando yo fui todavía estaban acabando de ‘instalar’ el tema de la comida, ya debe estar activo.
Tiene música bajita pero audible con lo cual es ideal como lugar de primera copa para tomarla en la barra o sentado en una de las múltiples mesas (todas diferentes). Para picotear tienen cosas como nachos y cositas sencillas para una merienda-​cena ligera.
Recomendación: el dueño, encantador, nos aconsejó probar una ginebra ASTURIANA llamada Bones. ¡QUÉ MARAVILLA!!! Si eres fan del gin tonic tienes que darle una oportunidad. En esa misma noche también probé un daikiri granizado buenísimo y una especie de mojito también granizado con kiwi. Deliciosos pero no excesivamente alcohólicos.
De los precios no puedo hablar porque yo creo que se olvidaron de cobrarnos algo, aquello no podía ser tan barato…
Un sitio muy mono y con encanto, aunque tardan bastantillo en servir, para empezar la noche o tomar algo de tarde.