Bienvenidos a la casa de muñecas. No hace falta ser Todd Solondz para disfrutar de este lugar que es un monumento a los micromundos en los que habitan las muñecas y con los que algunos, fuera de temporada, juegan bizarramente. No es imposible que admiremos el trabajo artesanal de sus piezas y que al mismo tiempo estas nos produzcan un poco de pavor. Visitad la tienda en Argüelles, escuchad su intrigante hilo musical y prestad especial atención a las muñecas en las vitrinas, antiguas piezas autómatas que te helarán la sangre con la mirada. Sólo para niños, valientes o ingenuos, que son la misma cosa.