En Busca del Tiempo

Great place! Great food! Great sangria! Come on the happy hour time, I think it’s 6 – 8

Come during happy hour 6 – 8. Mojito’s are good and strong. We would love a smile at the end of our service but that is ok :)

This place was so delicious! We sat outside and enjoyed the Madrid afternoon. We of course got some beers and ordered s couple of tosta tapas. We got the steak and Brie which was so delicious and the steak was thin and cooked to perfection. We also had just a cheese tosta which was also yummy. They gave us some free spicy potatoes to start with. Overall, it was an excellent experience

Este bar se situa justo en frente de mi piso, y la verdad es que solo he ido para la Happy Hour. Dos bebidas para el precio de una, una maravilla. He también podido probar las tostas. Muy buenas para un precio correcto. Parecen tostas «gourmet» comparadas con las de bares menos pijillos de la zona que te proponen casi el doble de pan y guarnición para el mismo precio. El servicio es de buena calidad, los camareros muy amables.
Solo he echado un vistazo al menu, no lo he probado. Me parece bastante bien y refinado, aunque se puede comer/​cenar para mucho menos en la misma zona. Calle Barcelona esta rellena de bares y restaurantes que se orientan mucho a los turistas, por eso los precios pueden parecer a veces elevados. Hombre, tampoco esta mal, pero no cenaría allí todas las noches.
Aunque, eso si, durante la happy hour, esta relleno de estudiantes, la mayoría extranjeros.
Segun mi experiencia de happy hour y tostas, lo recomiendo ! Tendré que investigar más con respecto al resto de la carta.

A En Busca del Tiempo he ido más de cañas que a comer, que se le va a hacer… Pero para ambas opciones es una gran opción.
Para cañas: jarras de medio litro por menos de 4 € y dobles por 3 €, aproximádamente. Y su tapilla de algo, normalmente la primera es jamón, la segunda carne con patatas. Lo mejor, la Happy Hour que hay por las tardes, me parece que de 19 – 20. Cuidado que te sirven la consumición junto con la primera, a ver si vas a pedir un barril de cerveza y te encuentras ahí cual perro San Bernardo.
Cierto ofrece la mismo que muchos bares de la zona y la misma calle, ¿será que comparten dueño? Pero bueno, a este le tengo más «cariño» si se le puede tener cariño a un bar, porque es el primero al que fui.
Para comer: las tostas son grandes y están muy sabrosas, tanto las frías como las calientes. Y comer en plan serio… el chuletón está…es chuletón, no va a estar malo. Y el arroz con carabineros (creo que ya no está en carta) está para salir corriendo con la paellera para relamerlma. Ahora tienen arroz con bogavante que me parece que aun no he probado.
Punto negativo? La terraza, no dejan juntar mesas. Y, o entras dentro si eres un grupo medianemente grande o te aprietas en una mesa para 4. También, si tienes mala suerte te puedes encontrar con borderías y chorradas de los camareros que resultan inexplicables. Por ejemplo: no poder sentarte en mesas porque no vas a cenar. Que vale, no voy a cenar, pero entre copas y cervezas posiblemente me gaste más que una pareja cenando. Y además, mesas hay unas cuantas entre la sala principal dónde está la barra, la sala latetal y el salón de la planta de arriba.

Ayer cené aquí con unos cuantos compañeros del trabajo tras haber probado en los alrededores otras alternativas en el pasado y haber salido ligeramente escaldados. Lo primero que nos llamó la atención fue el tamaño y la cantidad de material en una tosta que vimos en las mesas que están al lado de la barra, y entonces todo nos pareció muy bien porque supimos que era buen lugar.
La mesa estaba preparada porque habíamos reservado; al verla no me gustó el sitio dentro del salón ni la disposición, pero era evidente por la envergadura de otro par de mesas con decenas de sillas cada una que nos habían tenido que encajar como pudieron y, encima, resultó que solo quedó en una impresión porque estuvimos muy bien sentados y con poca incomodidad.
Habíamos solicitado el menú degustación, que por un precio medio-​alto incluye varios entrantes, un plato principal, el postre, el café y la bebida. De esta nos aconsejaron un vino que no sé si sería bueno o no, pero sabía como si lo fuera. De entrantes pusieron un jamón bastante decente, un micuit de pato con reducción de Pedro Ximénez que fue la estrella de la noche, unas croquetas de cangrejo y gamba que estaban espectaculares, unas ensaladas de tomate raf con cebolla y ventresca de atún y unas gambas blancas a la plancha, todo ello en cantidad más que suficiente para las personas que éramos. De verdad, era cantidad más que suficiente, a ratos no sabíamos cómo terminar las cosas y aún nos quedaba el segundo plato.
De plato principal tenían varias opciones, pero las elegidas fueron cogote de merluza, chuleta (grande) de ternera, chipirones en cama de cebolla caramelizada y solomillo con salsa de foie y patata asada. Los dos primeros no levantaron demasiada expectación y los solomillos venían a unos puntos que no eran exactamente los pedidos, pero a mí los chipirones me gustaron mucho y la cebolla caramelizada también tenía un punto de mantequilla que me volvió completamente loco. La verdad es que no puedo estar más contento de mi elección.
De los postres solo elegimos dos variedades: la tarta de queso y fresa (con generoso pegote de nata incluido) que era aparentemente industrial pero estaba muy buena, y un carpaccio de piña con zumo de pomelo, licor de anís y canela que… A ver, a mí la piña natural no me gusta nada y pedir una pizza hawaiiana me parece un sacrilegio, pero esto sabía a auténtica gloria en mi boca y la única pega que puedo ponerle es que las leyes físicas de la dinámica de fluidos hacían que la canela se acumulase en determinados puntos y fuera un poco fuerte en algunos bocados, pero por lo demás, espectacular.
En cuanto a los cafés, muy normales pero decentes, y los chupitos a los que nos invitaron después muy bien, más grandes que el chupito habitual, y la media botella de vino que nos pusieron sin cobrárnosla también muy bien, y la persona que nos atendió tenía muchas tablas y era muy agradable y… Ya paro: a mí este sitio me pareció la bomba y es lo menos parecido a una trampa de turistas que he conocido en esa calle a pesar de que tiene otro competidor firme un poco más arriba que también me gusta bastante.

had a great night on Saturday gone with 25 people at our table. We did book and we were treated with such car and good service that we loved it. The good was amazing, several tapas to start, the langustines were amazing and the pâté OMG is all I can say, its the best I’ve ever had. my steak was great, too rare for my friend so I gave we traded, it was actually blue. The dessert also fantastic and the wine flowed. Then we went downstairs and had too many gin and tonics and the whole experience was outstanding. Love the place, will be back.

Word was getting around to the Spaniards that I hadn’t had good food experiences here except on my first visit. During a lunch break, we visited this restaurant, a student’s favorite place. He directed us to the queso de cabra con cebolla and the solomillo de ternera brasa, and everyone ordered the broken eggs dish.
We started with several dishes of peppers, potatoes, and sausage. We stabbed them in various arrangements with our toothpicks. It was so bloody good! Then our ternera tosta arrived. The tosta was topped with a pounded thin steak topped with vinaigrette. Then the queso tosta arrived. It must have had the same vinaigrette or the onions were cooked until sweetness came out. Both were great. And, of course, I do enjoy my broken eggs.
A fine meal among friends!

Thanks to O2’s move to non-​rapey 3G charges in Europe, we found this place on the Unilocal app when looking for somewhere to settle up for an afternoon of drinks and tapas. This place delivered.
Experience told us we wanted to be off the main streets to avoid the tourist traps, but friends said they’d come meet us at one of the most popular squares in Madrid. Tiempo was our happy medium.
They plied us with cheap Mahou, free-​poured the spirit and mixers to lethal volumes and were quick to top our tapas when needed. Sat in the sun on the first afternoon of our trip, we felt like the cats who got the cream. Well, the jambon iberica in actuality.

No es un lugar tranquilo para cenar, pero vivaz, y muy sabroso.

Quartier Sol, non loin de la fameuse Puerta del Sol ! Il y a du monde en permanence, c’est une partie de le ville qui bouge, très central, avec sans étonnement beaucoup de touristes mais qui a gardé son coté espagnol festif, ouvert, décalé…
C’est donc dans une petite rue adjacente à Sol, que l’on trouve En Busca del Tiempo. La rue est en pente et étroite, et plusieurs bars, restau, se partagent les petits bouts de terrasse ! En Busca del Tiempo possède quelques tables en extérieur pour lesquelles ils faut se battre, mais aussi un grand intérieur avec étage ! On y mange de la cuisine typiquement espagnol, et de bons «jamones ibericos», mais si je décide de poster un avis aujourd’hui sur ce lieu, c’est surtout pour sa viande !!
Elle se commande au demi kilo ou au kilo, ils vous l’apportent crue sur une planche avec frites et salades pour tout le monde, et vous pouvez ainsi la faire cuire à votre convenance ! J’ai rarement mangé une viande aussi tendre et gouteuse ! Et le prix est très abordable ! Un moment de convivialité assuré, entre amis ou en famille, je né me lasse pas de retourner dîner là bas à chacun de mes séjours madrilènes !
A savoir: On peut réserver une table uniquement pour manger à l’étage, en intérieur, la salle n’est pas très grande mais agréable.
Aux dernières nouvelles, c’est encore le cas… Tous les jours sans exception, de 18h à 20h, c’est happy hours !!! Sur tout (sauf champagne ahah)!!! Soda, coktails, bouteilles de vin, pichet de sangria… 2 pour le prix d’1 !
De bonnes soirées en perspective…

Lo conozco bien y desde hace tiempo porque uno de mis mejores amigos vivió en él durante muchos años, al tener la casa encima. Tenía un doctorado en el bar y casi participación de socio. Todos los camareros eran muy especiales y muy atentos. Desde Euriko a Julio pasando por el ruso.
El sitio merece la pena sobre todo por el lugar donde se encuentra tiene unos precios increiblemente baratos. 3,50 o 3,70 la jarra de cerveza, 2 € y pico el doble, además de una extraña hora feliz que si ibas antes de las 20 (creo), con un doble o jarra te ponían otro por la patilla. Resultado, que siempre acababamos saliendo a gatas y perdiendo el tiempo que habiamos ido a buscar. Además, dado el trato preferencial siempre te sacaban unas tapas, algo extraordinario en la zona. Que si un plato de jamón (rico rico) con colines, que si un poco de embutido, que si unas patatuelas.
Todo ha cambiado recientemente. En primavera de este año hicieron reformas, remodelando la fachada. De unas amplios ventanales con lo que te daba lo mismo estar dentro que en la terraza porque veías a la gente pasar. Uno de los grandes atractivos del bar era ese. Echar la tarde viendo pasar a las guiris (a lo Alfredo Landa sueeeecas!!!). Tabicaron la entrada del bar, con lo que sólo queda el salón de la planta baja con algo de vistas. Además, cambiaron a todos los camareros con un estricto criterio de camareros majos por tont@ a las 3 que no se enteran de por donde llueve. Se paso de un trato agradable y ameno, casi familiar, a uno estricto y para-​militar. También cambiaron las sillas y mesas de la terraza. Antaño nos dejaban unir las mesas y las sillas montando autenticos berenjenales por la turba de licoretas que nos juntabamos fuera. Con la nueva dirección, no se pueden unir mesas, no se puede compartir la cerveza de la Happy hour, ya no hay aperitivo a acompañar la cerveza…
Las tostas, como han dicho son baratas (de 3,50 a 5) y muy ricas. especialmente ricas la de brandada de bacalao, la de bacalao sobre tomate, la de jamón y la de FOIE con mermelada… Y el resto de raciones guarda la proporción, los huevos rotos. En la planta de arriba tienen servicio de restaurante y se puede degustar un estupendo chuleton a la piedra por el módico precio de 17 € pax. Que a mi me de pena la deriva del negocio, porque le cogí cariño, no es obice para negar lo evidente. En fin… cualquier tiempo pasado fue mejor «en busca del tiempo». No obstante, sigue siendo un lugar recomendable para tomar algo si te encuentras por Sol.

La zona de Huertas y los aledaños de la Puerta del Sol, son peligrosos. La afluencia de turistas ha hecho que salgan a la calle todo tipo de personas dispuestas a invitarte a copas, chupitos, raciones o a ofrecerte cualquier cosa por tal de que entres a su local. Yo siempre la evito, porque me pongo muy nervioso con este tipo de marketing.
Sin embargo, un día coincidió que estábamos por allí. Y teníamos un hambre que nos veíamos capaces de devorarnos los unos a los otros. Alguno de mis acompañantes dijo «en esta calle hay un restaurante que se llama „la noséqué“ que me han dicho que está muy bien». Y allá que nos fuimos.
Incapaces de encontrar el restaurante de marras, nos sentamos en este con más miedo que vergüenza, y pensando que nos iban a meter la gran clavada. Pues no, en absoluto, no fue tan caro como parecía. De hecho, estuvo bastante bien de precio: tomamos dos tintos cada uno y una tosta y nos quedamos bastante saciados.
Las tostas son lo mejor del local (tras la decoración, que mola muchísimo). Cuestan entre 3 y 5 euros, dependiendo de los ingredientes, y están muy ricas. Vimos que tenían otras raciones pero solo buscábamos matar un poco el gusanillo, así que probablemente volvamos a ver qué más nos pueden ofrecer, que el sitio nos gustó bastante.

Yo también me topé con este sitio de casualidad y desde entonces siempre acudo a él por la misma razón: sus huevos rotos con patatas y choricitos a la sidra! una sartenaza abundante por 7 euros que da de comer a 3 personas.
Su mayor virtud: su ubicación y el trato a los clientes. Callejeando poquito por Sol puedes disfrutar de unas cañas y buena comida a buen precio.

Su descubrimiento fue una casualidad muy grata, unas cañas después de las compras por el centro, se convirtieron gracias a su hora feliz (de L-​J 18 – 20) en enredarse hasta las tantas en su terracita. Cuando el camarero vino con 8 cañas en lugar de las 4 que habíamos pedido, comprendimos que habíamos encontrado el tiempo que habiamos perdido en compras. Era mortal de necesidad echar un ojo a la carta y nos apetecieron sus tostas, sobre todo por su precio. Una vez contamos las que había en la bandeja, comprendimos que no era necesario el dos por uno en la comida, pues tenían el tamaño de una tabla de planchar. Las siguientes veces que he ido, pese a ser sábado y no haber dos por uno, siempre he salido con muy buena sensación, nunca les falta una tapita de ibéricos y su ensalada de frutos secos está especial…

Antes que entrase la ley que prohíbe fumar también en los lugares de ocio, presentaba una sala para no fumadores, que buscaban con ansia los alérgicos al cigarrillo. Una vez entrada en vigor, no ha perdido su encanto, a las horas menos transitadas presentan ofertas de 2×1 en tintos de verano y cerveza. Si se acude con hambre, ofrecen tostas y raciones calientes y frías.
Sabrosas variedades. De entre todas destacaría el foi, el solomillo y el bacalao. Bar restaurante que saca de cualquier apuro a aquellos que se reúnan en los bares con el claro objetivo de consumir, conversar y sentirse plenamente satisfechos sin hacerse un roto en el bolsillo. Local que se adapta a cualquier plan para la tarde — noche, para los aperitivos iniciales, las primeras copas o la consumición de de despedida. Dispone de terraza, a la que le han agregado la seta para dar calor, y ganarse a los fumadores.

La comida es variada, elaborada y muy rica. Además, por las mañanas es posible tomar tostas con el café. Especialmente recomendada la de Queso con Sobrasada. En invierno, además, en el piso de arriba (donde está el comedor) ponen la chimenea. ¡Qué gozada!