El Quiosco de la Reina

Copazos a 6 €, tercios a 3 €, espetos, barbacoa con tapas a 2,50 € recién hechas y, lo mejor de todo, terraza en un parque sin ver coches ni calle.
Tiene el peligro de estar horas y horas sin darte cuenta, pero merece mucho la pena.

Es un buena terraza para cenar en verano, con carnes y pescados a la parrilla. El precio es bastante asequible, pero yo la única pega que le pongo, es que a veces los perros sueltos del parque se arriman a que les des de comer o se sirven ellos mismos, suele ser un incordio. Por lo demás es una buena terraza con parrilla.

Es un bar de terraza que se sitúa dentro del parque del Casino de la Reina.
La abundancia espacial arbolado y solar son sus puntos fuertes sin duda. En verano ponen mesas a la sombra o debajo de unas sombrillas, y en otras estaciones, al Sol.
Lo tengo tan cerca de casa que para mí es como bajar al portal para disfrutar del Sol y el ambiente.
Hace varios años instalaron una barbacoa y puedes disfrutar de carnes o embutidos a la parrilla a buen precio, aunque en los últimos años han subido un poco (de 1,5 euros a 2,0).
Mis favoritos son chorizo criollo y espeto de sardinas.
Los sábados y domingos tienen una oferta de cubos con una tapa de patatas bravas o alioli, o una paella a 6 euros
Durante la época de verano abren de martes a viernes y el resto sólo los domingos, es cuando el local se convierte en un verdadero oasis debido a la agobiante muchedumbre del castizo Rastro madrileño.
Cuando hay partidos de fútbol importante, de repente instalan una pantalla en la parte posterior, contigua a la Ronda de Toledo.
Ah! y la cerveza de barril es de Mahou y te la tiran muy bien.
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Es un sitio fantástico para tomarse unas cañas en verano. Eso sí, si ves una mesa libre, corre porque te la van a quitar.

EL 90% de las estrellas que se lleva este local son debido a su increíble localización. El Parque del Casino de la Reina es un lugar en Embajadores que merece la pena visitar. Un pequeño parque de barrio, en el que los vecinos de Lavapiés y de Embajadores pueden disfrutar de sombra y de fresquito entre su frondosa vegetación.
Perpetuamente lleno de niños y de perros, el sitio merece la pena visitarlo, sobre todo si vas con intenciones de sentarte en la terracita del Quiosco. Esto no es más que una construcción mínima en un lado del parque con una ajetreadísima terraza en la que cuesta encontrar sitio, pero en la que merece la pena hacer un parón para tomar un refrigerio.
Además de refrescos tienen una parrilla, en la que preparan algunas cositas a la brasa. Nada específicamente muy elaborado, pero todo lo que vi pasar tenía buena pinta.
Consejo: prepara los codos para luchar por una mesa y una silla, porque es la ley del más fuerte.