Caro, malo y súper súper turístico. Lo han elegido mis amigos, mala suerte no haber leído la reseñas en Unilocal antes. No vayáis a este sitio, por esa calle y las perpendiculares hay sitios 1000 veces mejores. Decir que son las peores patatas bravas que probado en mi vida, y mira que es difícil, no es un plato muy difícil que se diga. Las croquetas congeladas por el centro y frías. No tengo mucho más que añadir. No vuelvo ni aunque me paguen la cena.
Toni C.
Tu valoración: 3 Valencia
Situado en una de las calles de mayor afluencia de visitantes extranjeros de Madrid en busca de comidas o cenas, El Olibo es un local estrecho y largo en el que poder tomar unas cervezas, un refresco y cenar principalmente de tapas. Con cada consumición añaden unas aceitunas normalmente, cosa que se agradece ya que no ocurre en todas partes. Respecto a la comida, pude probar especialmente sus bravas, y la verdad es que dejan un sabor agridulce. Primeramente porque las patatas están cortadas en trozos especialmente grandes, que quizás es seña de identidad de la casa, pero lo cierto es que consiguen que el corazón de la patata no llegue a cocinarse y resulten al comerlas cuasi como unas patatas cocidas, algo que estropea un plato tan tradicional como este. Por otro lado, la salsa parecía casera, hecha con productos de calidad, pero lamentablemente apenas picaba, así que llamarla brava sería faltar un poco a la verdad. En el local, además, televisan partidos de fútbol incluso de otras ligas, no solamente de la española. Cosa a tener en cuenta por si se piensa acudir un día y uno se lo encuentra lleno de forofos animando con efusividad a sus equipos.
Jia I.
Tu valoración: 2 Toronto, Canada
stumbled upon this place because i was looking for some paella. the host/waiter is energetic and entertaining but… that’s about it. food was okay, sangria was weak. patio cost a bit more — 10% or so. i think all over madrid the restaurants do this. nothing else interesting… wont go again.
Óscar H.
Tu valoración: 2 Madrid
El Olibo es otro de los bares pseudo tasca que hay en la calle Cádiz. La verdad es que a esta calle la tengo aborrecida y crucificada, y no es solamente por sus locales, que por cierto ya no queda ninguno de los antiguos, sino por la elevada concentración de guiris bebidos y no ruidosos que la frecuentan. Normalmente todos los locales están hasta arriba de gente y la calle intransitable por las terrazas. No todo es malo en esta mini calle, hay algún local en el que merece la pena dejarse caer pero este no es el caso. Siempre que se mezclan guiris + frecuentado + cerveza barata = el resultado es mala calidad en el servicio y en las raciones.
Diego M.
Tu valoración: 4 Madrid
Es uno de esos establecimientos de ‘la puerta de atrás’ de Sol, una zona más que recomendable para hacer un descanso en un día de compras o pateo por el centro, es decir, repostar, llenar el estómago, refrescar la garganta y seguir tu camino. Eso sí, depende de qué día y a qué hora puedes encontrarte con todos los sitios llenos, y no precisamente de madrileños, sino más bien de esos estudiantes Erasmus que tantos beneficios reportan a la hostelería y los locales de noche o turistas extranjeros, más calmados pero igualmente ávidos de gastronomía y caldos españoles. Particularmente, no me extraña, puesto que El Olibo y sus vecinos conforman un grupo de bares de tapas estupendos, donde por muy poco dinero puedes salir muy bien comido. Haciendo un símil musical, si los bares de La Latina son los Beatles del tapeo, los de la zona de detrás de sol podrían ser perfectamente los Rolling Stones, dos de los grandes. En particular, del Olibo me gustan las tostas, grandes y variadas. También tienen pizzas, ensaladas y tapas, por lo que se come bastante bien y en un ambiente agradable. Lo peor es que la parte interior del local es pequeña y en la terraza sólo tiene 4 ó 5 mesas, aunque bien es cierto que por esta zona es todo del estilo.
José Luis T.
Tu valoración: 3 Madrid
Antaño su gran beneficio era que mantenía un horario similar al de sus locales competidores y por desgaste siempre captaba algún cliente. Sobre todo a la hora de comer, lo más digerible es el queso tanto de aperitivo y como si se piensa en ración. La amabilidad de los camareros no era suficiente para regresar. A pesar de todo, lo frecuenté mucho, sobre todo entresemana cuando me veía con uno de mis grupos de amigos/as. Una de las que no fallan al encuentro nunca insistía mucho en que lo pisáramos apelando su preferencia por el queso a la carne, y destacando el carácter económico del lugar. En realidad el camarero le hacía ojitos cada vez que íbamos, cuando nuestra amiga se cansó de los piropos murió el sitio, y con él la relación calidad precio de su queso a la que tanto apelaba para convencernos. Pero recientemente resucitó, acudí y presentaban mayor variedad en raciones, mejor cocinadas y hasta distintos tipos de pizzas.