Me lo recomendó una amiga cuando le dije que quería comprarle a mi sobrino un cuento de Chéjov, ‘Kashtanka’, en una edición ilustrada de la editorial Gadir. Me dijo que no me flipase tanto y que probase aquí algo más ‘asequible’. El caso es que me dio la impresión de que la mayoría de los libros eran para menores de diez años, así que no compré nada. Me quedaba una baza y pensé en los juguetes: es inútil. Por muy guapos e instructivos que sean, poco pueden hacer contra una PSP. Qué pena. Se hunde el corcho con la juventud hoy día: no es culpa de la tienda, ni mucho menos, ya que creo que una labor como la que hace Verónica(es la dueña) es encomiable, digna de elogio, y lo más importante, necesaria para salvar a algún tierno infante de la quema digital que se nos avecina.
Miguel Ángel M.
Tu valoración: 4 Madrid
Es una de esas librerías para niños con aires modernos, de esas que cuidan el entorno y el atrezzo para que el lugar se pueda desarrollar, además de vendiendo libros para los enanos, con cursillos, actividades, festivas, lecturas y otras cosas lúdicas pero educativas para ellos. El sitio es bien bonito, un planta baja diáfana(se ve bien desde la calle) y amplia para que las criaturas se expandan rodeadas de literatura.
Diego M.
Tu valoración: 5 Madrid
Se me había olvidado lo que era comprarle un regalo a un niño. Cuando yo era pequeño bastaba con un balón, un muñeco G.I. Joe, un Micro Machine o un Playmobil. Hasta que uno no se ve en esa tesitura no sabe lo difícil que es ahora acertar. En esas estaba, buscando un regalo para un compromiso cuando, a punto de desistir y dando una vuelta, me encontré con El Hada Trabalenguas. Vaya con la tienda, un lugar lleno de encanto que tenía muchísimos juegos educativos, libros, juguetes, etc. Me asesoraron e hice mi compra, pero quería seguir indagando. El sitio superó mis expectativas, era también como una especie de ludoteca con sus mesitas y sillas, organizan cuentacuentos, cumpleaños, talleres para bebés y actividades musicales. Además, y esto si que me dejó anonanado, ¡hay talleres de chino para niños! Eso sí que no me lo hubiera imaginado nunca.