El Gran Kahuna

Ha cerrado y el local busca nuevo inquilino.

Caímos de rebote en este nuevo local de hamburguesa y mereció la pena el descubrimiento.
Del palo del resto de hamburgueserías de nuevo cuño. A saber: carne de calidad, panes de diferentes tipos y condimentos varios, como: rúcula, queso «provolone», tomate seco, mermeladas varias, etc. Pero el Gran Kahuna destaca por su increíble calidad precio. Y es que comerte una hamburguesa de estas por 7,5 euros no es posible en todos los sitios, lo más probable es que tengas que desemvolsar mínimo 10 euros.
Por encontrarle un fallo… con la hamburguesa no incluyen patatas. Y personalmente me parece un pecado. Por tanto, si quieres patatas con tu rica hamburguesa tendrás que pedir uno de los conos de patatas rústicas que ofrecen. Yo probé el de patatas con pollo y acerté. Creo que fueron 3,5 o 4 euros.
El día que fuimos llegamos el local y el servicio fue un poco caos, pero bueno. Llegamos 12 personas del tirón y es comprensible.

Llegamos a este local situado en una esquina estratégica del barrio de Malasaña y así a primera vista la fachada del local no es nada llamativa por nada, salvo por eso mismo, parece un poco anodina, nada de lo esperable ante tamaño nombre, El Gran Kahuna, mítica cadena de hamburgueserias que popularizó Tarantino en su no menos mítica Pulp Fiction.
Entramos y lo primero que vemos es un gran mural (se podria decir que lo único realmente grande allí) con la foto de Samuel L. Jackson apuntandote y al lado la pizarra con toda la lista de cucuruchos, bebidas, postres y por supuesto hamburguesas que alli se sirven.
Y no hay más, eso es lo que tienen, no les pidas nada fuera de carta porque ya se lian con lo que tienen asi que como para pedir algo más (o de menos, como fue mi caso).
Yo le pedi que quitasen el verde y el tomate de la mía (ya sabeis los que me conoceis como soy para esas cosas, misófito en estado puro) y se lo tuve que confirmar en la segunda vuelta. En eso se les ve que están en rodaje y que no tienen experiencia en el duro mundo de la hosteleria (estos no saben donde se han metido), eso si, mejor asegurarse que estuviera todo apuntado y correcto antes que hacerlo mal y enfadar a alguno de los 12 comensales que allí fuimos cual 12 apostoles de Unilocal,alabado sea el sr y el poder de las reseñas… amen.
Bueno, que se me va la olla, momento místico aparte, la realidad es que estabamos más apretados que los tornillos de un submarino, es un sitio pequeño para nada apropiado para reuniones de este calibre ni mucho menos para niños, está muy bien para ir con tu pareja a tomar algo, pero para grupos va a ser que no.
Pedimos la bebida, la traen y tras un rato excesivamente largo bajo mi punto de vista, empiezan a llegar las cajas verdes esas de poliexpan que se veian en los burguers de los años 80, pues esas mismas.
No deja de ser llamativo el envase, esperaba que el contenido me sorprendiese por algo en particular (tras el precipitado cambio de local del evento justo el dia de antes se nos dijo que habría una sorpresa y aún la estamos esperando).
La abro y aunque no estaba mal y olia realmente bien (casi lo mejor del conjunto), la verdad es que el sabor, sin ser malo ni convencional al estilo hamburguesa-​convencional-​de-​macro-​cadenas-​archiconocidas (no las voy a nombrar porque todos sabeis de qué establecimientos me refiero, bastante publicidad hacen ya) me resultó un pelin decepcionante, repito, no estaba nada mal pero me esperaba el punto un poco menos hecha y que se notase algo más de «hecho a mano», como la textura, no sé un pelin más y mejor.
Ahora bien si lo pones en su conjunto, en relación a la calidad-​precio, no desmerece para nada, un bien alto podriamos decir, el notable o el sobresaliente lo tienen a huevo si se lo curran un pelin más, me imagino que cuando cojan experiencia y si leen esto tomarán buena nota porque van por el buen camino, se nota que le ponen interes, es solo que les falta tiempo y coger más el ritmo.
El punto negativo de la noche y el principal motivo (aparte de las estrecheces) por el que no se llevan una estrella de más es que las patatas llegaron ya cuando teniamos las hamburguesas en la punta del dedo gordo del pie.
La verdad es que las que van con las tiras de pollo crujiente estaban realmente buenas (volaron), el rebozado tenia un punto especial citrico como a bienmesabe, un sabor original y muy rico que me gustó y que coordinaba perfectamente con las patatas gajo crujientes y nada grasientas que iban en los ya ancestrales cucuruchos de papel de cera.
Por el resto de comensales pude comprobar que la variedad de hamburguesas era correcta, las hay casi para todos los gustos, lo que se echa en falta quizás es poder elegir tamaños (me han dicho que hay gente que se las come de 500grs o más…).
Tienen que solucionar urgentemente lo de las patatas para que lleguen al mismo tiempo que las hamburguesas, a mi particularmente comermelas después de la carne no me hace ni la cuarta parte de gracia, lo suyo es al tiempo.
Por lo menos se veia que le ponian interes y eran simpáticos, no pagaban con nosotros el desbordamiento que les provocamos, ni su evidente falta de medios ni su falta de pericia en las lides del servicio.
En fin, un nuevo evento del Madrid Unilocal Burguer Tour cubierto con una nota media, que estuvo bien por lo concurrido y animado de la conversación (chistes macabros incluidos) y al que contribuyó decisivamente lo juntitos que estuvimos (no hay mal que por bien no venga).

No dejes que la realidad de los metros cuadrados arruine una buena reunión. Al más puro estilo última cena, allí nos plantamos 12 comensales y creo que superamos el aforo. Desbordadito estaba el pobre camarero, que no atinaba con la nota. Ya imaginábamos que no iba a dar ni una, cuando! oh milagro! salvó la situación.
Mi Sweet & Crispy Bacon estaba bastante rica. Lo más importante es que la carne era buena y estaba al punto tal como pedí, aunque eché de menos un poco más de mermelada de bacon. Las patatas con piel estaban bien ricas, y aunque llegaron tarde, las disfrutamos a tope. Es una lástima que no pudieran servir todas las hamburguesas a la vez, aunque también entiendo que era complicado.

Kahuna es un local discreto y agradable. Tan discreto que casi me lo paso, convencido de que me había equivocado de calle. La parte de arriba es un poco pequeña y siendo 11 personas ocupábamos la mitad, pero hay un salón abajo más amplio.
Nos atendieron con buen tono (sé que suena banal, pero hay sitios donde parece que te hagan un favor por atenderte) y un punto de improvisación. Sospecho que llevan poco tiempo en esto. Hubo un poco de caos al comienzo, quizás por eso, por ser muchos, y el encargado volvió unos minutos tras tomarnos la comanda para asegurarse de que no se había olvidado nada. y luego otra vez para los complementos (cucuruchos de patatas fritas o patatas con pollo)
Yo elegí la hamburguesa que da nombre al local, la Gran Kahuna. Buena, con un toque de piña que le va muy bien al bacon. La carne en sí, normalita, casera. La Kahuna es tirando a picante así que no probé de las de mis compañeros (el picante me hubiera anulado los sabores de las otras) pero en conjunto le doy un bien alto, es manejable, el pan es bueno y la lechuga no estorba. La pedí al punto pero yo diría que estaba un poco más hecha
Las patatas fritas, bien, sin más. Un poco más gruesas de corte de lo que me gustan, con lo que alguna me pareció tirando a poco hecha, pero eran ricas y nada grasientas.
En conjunto yo describiría esto como burguer de barrio, por encima de las cadenas tipo macdonalds, más artesano y sin pretensiones: un local de gama media. Es una buena opción para ir con unos amigos y cenar por un precio razonable (la kahune, la más cara, sale por 7,50)
Por lo que me comentaron otros comensales llevan poco tiempo en el lugar: si aguantan el tirón (hay mucha competencia, las hamburgueserías están en alza) y cogen experiencia el sitio irá a más.

Creo que nuestra mesa se les quedó grande desde el principio, principalmente porque el local es bastante pequeño y nada más sentarme ya se tuvo que mover la persona que tenía detrás porque no cabía en su silla; posteriormente cambiaron las sillas de posición y todo se arregló satisfactoriamente para ambas partes, pero la sensación de estrechez era evidente. Aparte de esto, el local está decorado con dibujos y motivos varios de películas de Tarantino, y presidido por una pizarra enorme donde te muestran su oferta de hamburguesas (creo que tienen seis diferentes) y patatas con distintos acompañamientos (pollo, langostinos…).
El servicio funciona un poco mal. Aparentemente hay una persona en la cocina y dos atendiendo, pero me da la sensación de que es su primer negocio porque no se apañaban muy bien tomando la nota y tuvieron que volver un par de veces a ver si nos salían las cuentas a todos.
En cuanto a la comida, yo pedí una hamburguesa Gran Kahuna (lechuga, bacon, carpaccio de piña y salsa dulce-​picante) y confieso que, aunque nos habían prometido que nos iban a sorprender, no me cambió la vida. Para empezar, sus precios son bajos pero también el tamaño de la hamburguesa en comparación con la de otros sitios: vienen en cajas estilo Burger King y el tamaño es similar al de las de dicha cadena. Por otro lado, pedí mi hamburguesa poco hecha y vino exactamente igual que la de mi señora, que era al punto; además, aunque anuncian que la carne es 100% vacuno artesano (entiendo que con esto quieren decir que las hacen a mano), no encontré que fuera una carne particularmente sabrosa o de buen sabor. Lo dicho, más Burger King que otra cosa para mi gusto.
Por otra parte, he de decir que el pan me gustó bastante y el bacon estaba mejor hecho que en la mayor parte de sitios de esta ciudad donde parece que lo fríen con aceite de motor. Sin embargo, la lechuga era lechuga romana bastante blanquita y escasa, ¡apenas la noté!
En cuanto a las patatas fritas, aunque también te dicen que las cortan a mano y tienen buena pinta, creo que estaban poco hechas porque el sabor no me pareció muy allá y algunas estaban bastante crudas. En cuanto al pollo que las acompañaba, tenía un toque de limón que queda muy bien en un chino pero no sé si aquí es lo deseable.
Lo que sí me gustó mucho fue todo lo relativo a las salsas, tanto a la que acompañaba a mi hamburguesa como las que tienen en botes para las patatas: ketchup, mostaza, mayonesa, alioli, queso, curry… ¡Y todas bastante aceptables!
De postre solo ofrecían tarta de queso, pero nadie la probó porque en la cena es mejor quedarse con un poco de hambre.
Ahora os voy a ser sincero. Bueno, lo he sido todo el rato, pero voy a serlo un poco más: me pareció, como ya he dicho antes, un Burger King o un McDonalds con una oferta menor y quizá un intento de calidad un poco superior, basada esta en lo artesano, pero que no se traduce realmente en el producto final, que es bastante normalillo. Además tienen una competencia muy seria en este mundo de la moderna hamburguesa a tiro de piedra y habrán de esforzarse mucho para igualarles. Aún así, les vi muy buena voluntad en todo lo que hacían y creo que están en periodo de rodaje, por lo que espero que les vaya muy bien y, además, están en una esquina estratégica del barrio para captar bastante clientela si se lo curran. Les deseo suerte y acierto.

Los que seáis refans de Tarantino sabréis que utiliza The Big Kahuna, una cadena de fast food de comida americana con toques hawaianos en muchas de sus películas. Así que, precisamente con esa idea imagino que se ha instalado este negocio aquí, con la idea de hacer realidad esta ficción cinematográfica. No solo en el local, sino también en el nombre de algunas de sus hamburguesas.
Así que ve preparado, porque encontrarás algunas cosas dignas de un fast food: las cajas amarillas de porexpan, los mantelillos de papel, las salsas en bote rellenable, los cucuruchos de patatas en pan de cera… Si bien todo eso puede parecer –de primeras– un poco cutre, yo creo que encaja fenomenal con la filosofía del lugar que Tarantino tenía en mente cuando inventó el Kahuna, así que no voy a decir nada (y qué demonios, ver una de esas cajitas amarillas de los ’80 me hizo bastante gracia).
Como todos sabéis que soy patillero (llevo patillas desde la Universidad, y no me las he afeitado nunca en doce años) yo me decanté por la Curro Jiménez, al punto. La hamburguesa estaba rica, tenía buen tamaño (teniendo en cuenta que cuesta 7,5 €) y la verdad es que estaba rica, si bien un poco más hecha de lo que a mí me hubiera gustado, pero nada insalvable. El pan, pan tradicional de hamburguesa, pero no se desmenuzó y estaba rico. Punto más.
Como éramos doce, la comanda fue un poco complicada y las hamburguesas salieron en dos tandas, también porque el local es chiquitito. Más que el hecho de que las hamburguesas salieran en dos tandas, me dolió que la hamburguesa me la tuviese que comer sin patatas. Sin embargo, cuando llegaron, he de reconocer que, al menos mis patatas, estaban impresionantes: eran caseras, con su poquito de piel y el pollo (pedí el cucurucho de patatas con pollo) estaba increíblemente rico, sabrosísimo y delicioso. Encima tenían una salsa de curry casera para acompañar que era pura delicia. Vamos, que solo por eso, se llevan una estrella más.

La visita a El Gran Kahuna fue totalmente improvisada tras la cancelación de la reserva que teníamos para la siguiente parada del Unilocal Burger Tour.
Cuando llegué ya vi que conocía el local, pero siempre lo había visto con negocios del tipo pizza para llevar.
Voy a intentar no llevarme porque la compañía era fabulosa y eso hace mucho.
Creo que se vieron bastante desbordados con nuestra mesa de 11 personas, el resto creo que eran todas de dos y coger la comanda a 11 personas no les resultó fácil, es más, nos la tuvieron que consultar en un par de ocasiones porque tenían un poco de lío.
El servicio no fue muy ágil que digamos, tanto con la bebida como con la comida.
La comida, cuando llegó llegó en dos tandas, finalmente unos cuantos tuvimos que empezar a comer antes que los pobres que todavía no tenían su hamburguesa, y las patatas llegaron cuando ya todos habíamos terminado las hamburguesas.
Las hamburguesas vienen en las típicas cajitas de hamburguesería de toda la vida las cuales llevaba años sin ver, aunque seguramente, dado el nombre del local, igual tendrían que venir en papel al estilo Burger King o McDonald’s para ser fieles a la Big Kahuna. Lo de las cajitas queda original pero la verdad es que no es muy cómodo.
La hamburguesa estaba buena, para muchos fallaría el pan clásico de hamburguesa, pero me llamó la atención que tenía más semillas de lo habitual, estaba bien, y estaba tostado, ¿por qué siguen sin tostarlo tantos sitios?
Yo me pedí una Sweet & Crispy Bacon la cual estaba perfecta, mermelada de bacon, bacon crujiente, cheddar, lechuga, tomate y cebolla fresca, todos los ingredientes estaban buenos, la carne la pedí al punto y estaba un pelín mas del punto, pero era sabrosa.
Las patatas no las probé pero la pinta era deliciosa, patatas caseras, con su trocito de piel, con su forma única, además tienes distintas opciones, puedes pedir un cucurucho de patatas fritas normales, pero también tienes combinados de patatas y batata, patatas y pollo, patatas y langostinos, patatas y pimientos del padrón y el cucurucho de coliflor y guindillas, cuanto menos llamativo.
En definitiva tendré que volver a ver si la experiencia mejora, no me quedé para nada con mal sabor de boca pero les vi un poco perdidos (también hay que decir que llevan menos de un mes abiertos).