El Bund

Fuimos a comer un menú degustacion y la verdad que me esperaba más por los buenos comentarios que tiene el sitio. La comida es bastante normalita y un poco caro para lo que es.
El restaurante está situado en un chalet muy chulo por la zona de Arturo Soria y la decoración está bastante cuidada. En cuanto al servicio bastante sin más tirando a regular.
Es un restaurante chino de moda pero que la verdad no repetiría.

¿Sabéis que tienen un menú de más de 1000 €? Para los que no conocemos millones de sitios en Madrid, el Bund fue todo un descubrimiento. Llegas y te encuentras un super chalet en una calle muy tranquila de Arturo Soria y, desde el minuto uno, sabíamos que estábamos en un sitio especial.
Muy bien atendidos y dirigidos desde que cruzamos la puerta, dejamos atrás la espectacular terraza porque acabamos siendo más de los que indicamos en la reserva. Pero no hubo problema, nos sentaron en una mesa redonda dentro y estuvimos super agusto.
El ambiente, muy tranquilo y agradable y había varios orientales y varios pijillos también, por qué no decirlo.
Elegimos el menú de 30 € y yo pensé: «verás, nos van a traer muchos platitos y pasaremos hambre». ZAS. ¡Casi no podíamos respirar cuando terminamos! Estaba todo muy muy rico.
Muy bien medidos los tiempos entre platos y la atención del servicio.
Le pongo un 4 sobre 5 porque el pescado fue difícil de repartir (tenía muchísimas espinas y nosotros no teníamos gracia ninguna para desmontar aquello) y el postre era bastante normalillo.
Yo lo recomendaría para alguna ocasión especial. :)

My friend and I are Chinese tourists from London. although this place is a little far away from central Madrid, but the dishes are worth it! We sit outside under the sunshine and the environment is so comfortable. We are so satisfied with both the surroundings and food after several days out chinese food! so happy!

Delicious home made dim sum! It’s just a little bit too pricey and the wait for the food to come out is too long… But the taste, it’s definitely not a dissapointment.

We had a set menu for two people and a cup of tea which costed us 70 euros… The decoration was amazing and surprised me a little bit. The food is absolutely great but the amount is not enough. Btw, I am a Chinese.

Comida de domingo en el BUND. Nos apetecía comida oriental, y puesto que de este restaurante chino todo el mundo habla maravillas, nos decidimos a visitarlo. Reservamos en la terraza, un acierto porque el restaurante ocupa un enorme chalet de Arturo Soria, y tiene varias terrazas convenientemente acondicionadas en las que da la sombra y se come muy agradablemente. El restaurante casi lleno, alguna mesa de orientales, pero la inmensa mayoría mesas grandes de familias del barrio, muchas de ellas con críos. Dos adultos y una peque. Nos ponen un aperitivo de vainas chinas y empezamos a estudiar la carta. Digo estudiar porque se trata de una carta de platos inmensa, de unas 10 hojas, en la que es complicado encontrar lo que quieres porque los platos están un poco desordenados (nos tiramos un buen rato hasta que encontramos donde estaban los dim-​sum). Pedimos:
— Berenjena a la sichuanesa, que consiste en tiras de berenjena asada con pimienta de Sichuan, que vienen frías tipo ensalada de pimientos, muy sabrosas, aunque les sobra un dedo de aceite que queda en el cuenco cuando te las comes.
— Unos jiaozi (los «dumpling» chinos) de cordero y otros de gambas. Los de cordero muy buenos. Los de gambas, aunque no estaban mal de sabor, nos gustaron menos porque estaban un poco apelmazados y eran incómodos de comer pues se acababa desprendiendo el relleno de la masa.
— Pollo a la naranja, el pollo tierno, pero con una salsa de naranja glutinosa que no nos gustó nada: un plato prescindible.
— Arroz frito de la casa, con verduras y huevo, presentado sobre una especie de crêpe, estaba bueno sin más.
— Y por último pasta cortada a mano, que fue lo mejor de la comida. Tiras de pasta gruesa salteada al wok con soja y verduras, francamente rica.
De postre un sorbete de mandarina bastante bueno (sin nada de leche) y dos tés. Carta de vinos con referencias bien escogidas, a precios moderados. Escogimos un vino blanco verdejo «ecológico» de Ricardo Sanz, denominado Las Olas, que resultó un acompañamiento excelente para este tipo de comida. Servicio muy amable y correcto, serviciales y atentos a rellenar la copa. Pagamos 78,30 €. Creo que un precio un poco elevado para lo consumido, aunque es cierto que no es frecuente encontrar en Madrid una terraza tan agradable. Creo que la experiencia no fue redonda porque no acertamos del todo al pedir, algunos platos estaban extraordinarios y otros no tanto. Aun así, volveremos a probar más cosas, aunque agradeceríamos una simplificación y reorganización de la carta para no perdernos.

Demasiados comentarios positivos para lo que creo que es
Más un local de moda que un restaurante de auténtica comida china (pensaba encontrar chinos comiendo, pero…)
Caro para lo que comes
Servicio regular, sin lujos
No creo que repita

Situado en uno de los mejores barrios de la capital, el lugar da la bienvenida con una decoración espectacular que invita a la relajación. La carta contiene platos suculentos de alta calidad y preparados por expertos en la materia. Los precios son moderados, tirando a caros, pero la calidad y cantidad de las raciones lo compensa.
En definitiva, un lugar agradable, con buena comida y mejor ambiente, muy recomendado para descubrir y para repetir.

Cuando veo que estoy demasiado sobrecargada de tanto pincho de tortilla y bocata de calamares en Madrid empiezo a pensar en el lejano Oriente… y la verdad es que el Bund es uno de los primeros sitios que se me vienen a la cabeza para quitarme el «mono asiático».
No vayáis a pensar que este es un restaurante chino cualquiera (ni que es va a ser tan barato como el «Chino de Plaza de España») e id con la mente totalmente abierta y concienciados de que vais a comer comida china de verdad. Lo vais a notar al instante, sin necesidad de que hayáis estado en China ¡hacedme caso!
En este caso no voy a hablar de local sino de LA CASA. Sí, porque el Bund es una señora casa preciosa, con muchísimo encanto y llena de piezas con estilo traídas del gran gigante asiático. Además, cuentan con mesas redondas con la pieza central giratoria para que la comida llegue a todos los rincones, emulando a los auténticos restaurantes chinos.
Si la casa no te ha cautivado, lo cual ya me resultaría complicado, la terraza lo va a hacer si vas en verano. Es absolutamente encantadora, con dos ambientes separados por un muro que podrías encontrar fácilmente en los Jardines de Yuyuan de Shanghai. Es perfecta para las noches calurosas de verano madrileñas.
Sobre el servicio (100% chino, como su dueña) no tengo más que halagos. Las tres veces que he estado por allí me han parecido súper amables y serviciales.
¿Qué puedo decir de la comida? la variedad es ciertamente desconcertante pero yo no dejaría de probar los Shaomai cantoneses, los Jiaozis a la plancha y el Pollo cantonés con mucho cilantro (mi preferido). Os puedo jurar y perjurar que esta comida sabe a china de China y muchos sabrán a lo que me estoy refiriendo.
Además, hay varios puntazos más a su favor: una carta de gin tonics bastante espectacular y otra de tés orientales que son difíciles de ver en otros restaurantes en Madrid.
Por último, saben moverse en redes sociales y hacer eventos molones, así que ¡mejor estar atento!

El mejor restaurante chino de Madrid. Comida de buena calidad, decoración oriental elegante, una extensa carta y buenos vinos. Y lo mejor, el precio! Habitualmente salimos a unos 15 – 20 Euros/​persona. Tened en cuenta que no se trata de comida china barata sino lo que realmente se come el los buenos restaurantes chinos de Shanghai.

Este restarurante intenta ser auténtico y casi lo consigue. Ahora bien… también se puede morir de éxito. Tras dos visitas a éste lugar y tener la impresión de calidad y buen servicio… En las siguientes visitas he obtenido impresiones muy contradictorias… Se me ha tratado despectivamente, se me ha engañado en la reserva (reservé explícitamente una mesa, se me aseguró que así sería y cuando llegamos… sobre la hora de reserva, tuvimos que esperar 50 minutos añadidos, de pié, en la zona de espera, sin nadie que nos atendiese, todo eran prisas, la mesa concreta reservada y confirmada por el jefe de sala no era ésa sino otra absolutamente distinta y de total disgusto para nosotros, todo eran dificultades y donde dije digo… digo diego… Todo cambiado).
El jefe de sala me trató con muchísima prepotencia y me llegó a decir que ésto es lo que había y si no me gustaba ahí estaba la puerta… El servicio (dado el overbooking en exceso de reservas sin mesa asignada y confirmada…), lento, muy lento, se nos arrojaron los cubiertos sobre la mesa, se nos sirvió platito a platito y con mala calidad humana, muy desde un punto de autosuficiencia y desprecio… etc.
En definitiva, yo creí que había encontrado un lugar estupendo (que no está nada mal), pero, ahora que parece que tienen mucha clientela y éxito… Es una verdadera muestra de altanería y prepotencia. Un desprecio al cliente, un mal servicio por parte de los responsables y… si no te gusta: «Esto es lo que hay… ahí tienes la puerta… que vamos de sobráos».
Una verdadera lástima… pues no estaba nada mal en un principio.
Lo dicho: «De éxito… también se puede morir».
Yo, por mi parte, no volveré. Seguiré buscando la autenticidad oriental, el trato respetuoso, nobleza, reconocimiento de los posibles errores y el abandono del trato «pelota» a los que aparentan ser adinerados… (que, por cierto, yo me puedo permitir y me permito comer en los mejores restaurantes del mundo… pero no voy dándome el pote).
Resumen: Seguramente muchas personas tendrán una buena impresión… yo también la tuve. Ahora y después del vejatorio trato y del intento de contentarme «regalándome un dim-​sum que alguien no quiso y que sobraba en la cocina (frío y espachurrado…), pues que me esperen sentados».
Una verguenza y una denigración de la auténtica ética hostelera profesional.
R.I.P.

Este restaurante recrea una casa tradicional china, con una decoracion elegante y ecletica del shangai de los años 20, y nos porpone un recorrido por toda su gastronomia.
De aqui podemos destacar el Dim sum de carne picada especiado con jengibre, las jiaozi de marisco, la ensalada agridulce de mape (Castaña de agua), la raiz de loto salteada con cebollino o la vieira gigante con salsa de ostras.
Nos recomiendan beber te verde antes de empezar a comer, siguiendo la tradicion china.
Ademas aqui organizan unos estupendos cursos de cocina, para todo aquel que esté interesado.

Me encanta que me lleven por sorpresa a restaurantes que no conozco. Esa sensación de «¿me gustará?» me recuerda a cuando era pequeña y probaba sabores nuevos. Esa primera vez de algo original para mí, y que he encontrado de nuevo.
Parece que un restaurante chino no nos puede sorprender, y aparece El Bund.
Reza su slogan «Comida Tradicional China», y verdaderamente se trata de la comida que yo no habría imaginado en mi vida. No sabría decir en qué consistían más de la mitad de los platos de la carta, pero los dim-​sum y jiaozi que me sirvieron como entrantes me cautivaron. Recién hechos por un cocinero especializado en este tipo de «empanadillas» chinas, son los mejores que me he comido en mi vida.
Los tallarines caseros y el cucurucho de pollo son espectaculares.
Y por si se me olvidaba, el sitio es precioso, y ya estoy deseando que llegue el verano para cenar en su fabulosa terraza.
El precio no es para ir todos los días, pero como la calidad es excepcional, me volveré a dar un capricho en breve.
Por cierto, me he apuntado a finales de marzo a un curso de elaboración de jiaozi que organizan ellos mismos.