El Boxeador

Nos llamó la atención el abarrote del lugar en día jueves y en horas cercanas a la medianoche, ubicado el local en un barrio no especialmente céntrico tampoco, no en uno que reciba clientela de paso desde diferentes puntos de tránsito más populares. Sin embargo, no nos cabe duda del éxito de la taberna de nombre Vidales Licores y que es todo un templo al legendario púgil, deportiva y socialmente, conocido finalmente como Mohammed Ali.
Vigilando el tiraje de cañas al mejor estilo madrileño, el rostro del boxeador se extiende por las paredes de la pequeña pero entrañable tasca en sus citas más memorables, en sus carteles más pintones, presentando su rostro más atemorizante. Las paredes acristaladas de Vidales Licores (su nombre y el cartel de su fachada nos invita a pensar en una antigua bodega) presentan al lugar como ideal para los aperitivo de cualquier día de la semana, con el personal derramándose por su puerta, o para excepciones ociosas, tan excepcionales como la foto de Mike Tyson en uno de sus muros consagrados masivamente a otro peleón menos aficionado a la degustación de orejas. Tened en cuenta que una pizarra tras la barra de la llamativa bodega advierte de su traslado inminente al número 86 de la calle Andrés Mellado.