Donzoko

Uno de los restaurantes japoneses clásicos en Madrid que no está mal, pero tampoco es lo que era.
Tienen una carta amplia, con bastante sushi pero platos muy variados como donburis, entrantes y platos al centro de la mesa para compartir. El tataki de chicharro no está mal pero mejor no pedirlo porque es una especie de tartar, no tataki, y el pescado se pierde con los complementos.
Quizás lo más recomendable porque además es complicado de encontrar en otros sitios, es pedir shabu-​shabu o sukiyaki, dos platos japoneses en los que cocinamos carne y verduras y tofu en un líquido caliente que se coloca en el centro de la mesa.
Si pedimos sukiyaki, la carne que va incluida en el precio es de calidad normal. Si pedimos shabu-​shabu, la carne es lomo alto y está muy buena, pero es cara. Cada uno de estos platos sale a 50 euros y luego el plato extra de lomo alto para shabu-​shabu cuesta 30 euros más.
La tempura por ejemplo no me pareció demasiado conseguida pero el sushi sí estaba bueno y con buen pescado.

Es restaurante japonés es precioso. Desde la entrada se intenta reconstruir un restaurante tradicional. A entrar te encuentras con un suelo empedrado y una fuente de agua que da armonía y serenidad, y una puerta corredera con la que hay que tener cuidado, porque del mal uso está un pelin estropeada.
Dentro la carta se sale un poquito del típico restaurante japonés de sushi, y ofrece alguna especialidad nipona más, como takoyaki, sopa de miso, bentos… Aunque la verdad es que el precio es un poco más caro, la calidad merece la pena. Todo está preparado con mucho esmero y dedicación (al final lo pagas, claro).
Es un sitio tranquilo para comer, sin mucho ruido y tampoco especialmente concurrido, lo cual, a mi parecer es ideal.
Os lo recomiendo, os gustará.

Sábado por la noche, local a tope pero servicio atento y rápido, lo cual es importantísimo ;)
A pesar de que muchos comentan que el sushi es caro pero de calidad, he de decir que a mí me pareció un poco flojo. El pescado estaba muy rico y tenían variedad, pero el arroz no me terminó de gustar, ¿quizás demasiado pegajoso? Y un poco frío para mi gusto, la verdad. Al final en el sushi es tan importante el pescado como el arroz (hasta me atrevería a decir que el arroz es más importante, porque su preparación puede ser más complicada) y aquí el arroz me pareció mejorable, no malo, pero… mejorable.
Pedimos shabu-​shabu y aunque es un plato caro, lo cierto es que la calidad de la carne bien lo merecía. Viene con muchas verduras, tofu, setas y fideos (parecían tallarines más que udon, eso sí… ¡Hubiese preferido udon!) y un plato de carne fina y de calidad (se deshacía en la boca). Para dos personas. Muy rico.
No está mal, aunque quiero probar más cosas de la carta para terminar de opinar, porque en esta visita me pareció muy caro para lo que comimos… :)
Visitado en enero de 2015

En consonancia con otros comentarios que he leído aquí, pienso que en el Donzoko te tratan de pena.
El restaurante tiene un aire japonés algo anticuado y mugriento, un poco en la misma sintonía que los japoneses más antiguos de Madrid. Se nota el esfuerzo, pero no se consigue. Además, tiene esas sillas de corte castellano que ocupan mucho espacio y que pesan un quintal, con lo que, una vez te sientas, es mejor que no te muevas, si no quieres hacer efecto dominó y molestar al resto de los comensales: tus amigos y los de la mesa de al lado.
Cuando entramos, el restaurante estaba algo lleno y preguntamos si podíamos cenar: «¿ sin reserva? «nos preguntó con desprecio un orondo camarero. «Sí». Después de un buen rato y tres caras de asco nos hizo pasar a una sala que estaba vacía a un 70%, con lo que sitio sí que había y no se llenó en exceso mientras cenábamos, pero los asuntos de las reservas son complicados. Al camarero le faltó tirarnos los menús sobre la mesa, pero estábamos de buen humor y hambrientos, con lo que nos concentramos en la carta. Pedimos sopa, sushi y katsudon. La comida fue normal, parecida al de otros restaurantes que he probado y nada memorable. Memorable sí que fue nuestra lucha por conservar los platos que aún no habíamos acabado y que una camarera trataba de llevarse con bastante fuerza (era yo la que tiraba) en reiteradas ocasiones. La estocada final fue la cuenta, que nos pareció bastante cara ante la calidad de la comida y el horripilante trato recibido.
Lo que más me importa cuando voy a un restaurante es que lo que como esté rico. La decoración y la atención que recibo no pesan demasiado en mis conclusiones, a no ser que, de mala, no pueda pasar desapercibida. En el caso del Donzoko, la comida no estaba tan buena como para eclipsar el resto de condicionantes, por desgracia.

Fuimos 3 parejas a probar este japonés, tenía buenas críticas en help y Google, pero finalmente fue normalito.
Precios promedios para japoneses.
Presentación ok, calidad ok.

Aconsejados por un amigo el día de su cumpleaños nos aventuramos recorriendo Madrid para encontrar este restaurante japonés.
Nada mas entrar me enamoró el que la entrada fuera una puerta corredera, eso, con el suelo de pizarra y las banderillas, a lo «año nuevo chino» me metió mucho en el asunto.
Un restaurante medianamente grande (hay mas de lo que se ve a simple vista al entrar), con decoración en madera rollo japones, tanto que no tienes cubiertos en la mesa, sirviéndote de los típicos palillos chinos, aunque claro que puedes pedírselos al camarero.
Los platos variados, nos dejamos aconsejar por los Pro’s y elegimos de entrantes una ración de Sushi y una de Tempura (en la que para mi gusto habia poco langostino y mucha verdura, aunque muy rica) y para comer unos tipos de menús «degustación» que venían en cajas de madera negras con arroz, bambú, pollo empanado con salsa y fideos, Sashimi, etc…
Con lo que mas me quedo es con que había bastante cliente asiático y con la anécdota del día en la que uno de ellos no paró de mirarnos, pasando de sus acompañantes, hasta levantarse para enseñarnos como se coge y come el sushi con los palillos… un hombre variopinto pero muy entretenido.
Con todo esto y con la genial atención de los camareros puedo afirmar que volvere en un futuro, espero que no muy lejano.

Llegamos un poco antes de las 14:00 en un sábado, y apenas había gente.
El local me parece un poco anticuado y cutrecillo. Sin embargo cuenta con buena atención y el servicio es bastante rápido.
Pedimos un chirashizushi y un sake ligeramente caliente para acompañar.
Por cierto un sake demasiado caliente te quita el sabor además de que se evapore el alcohol, pero si está demasiado frío, a veces no percibes suficientemente el sabor (todo depende del tipo de sake).
Por lo tanto yo suelo pedir un sake «ligeramente caliente» como en esta ocasión, que según mi juicio es mejor acompañante del sushi.
No recuerdo exactamente pero el sushi puede costar unos 17 euros. Desde luego muy económico no lo es, pero al ver el sushi me dije. «¡¡he acertaooooo!!»
¡Hacía tiempo que no comía pescados tan frescos y de buena calidad! Vale la pena pagar un pelín más para obtener más calidad y agradar tu paladar, pues compensa.
Los pescados que llevaban eran muy variables también. En fin me puse muy contenta.
La única pega fue que el arroz del sushi me resultaba demasiado pegajoso, quizá se pasara con la cantidad de agua ya que luego hay que mezclarlo con el vinagre.
Pero sí, definitivamente vale la pena repetirlo o probar más comida allí.

Fue mi primer japonés hace media vida y en el que descubrí que la comida japonesa no me gustaba, solo para decidir posteriormente que me encanta; anoche íbamos a otro que estaba al lado y que estaba cerrado, así que entramos en este, por aquello de recordar la primera vez que nunca volverá. Para colocarnos en una mesa nos atendieron bastante rápido, tónica que no se repitió el resto del tiempo porque fueron lentos sin tener el restaurante lleno, especialmente a la hora de cobrarnos, así que decidimos levantarnos para irnos dejando allí el dinero y, justo en ese momento, acudió una persona rauda y veloz a comprobar delante de nosotros si habíamos pagado bien con una actitud no muy educada, sinceramente.
En cuanto a la comida, bastante estándar y no particularmente apetitosa; el variado de sushi muy similar al de todas partes y con el mismo adorno de plástico que te hace pensar si no lo habrán sacado de una bandeja que ya venía preparada y colocado en un plato; el katsu-​don (arroz, cerdo y huevo) bien, pero no tan bueno como el de otros sitios, y la sopa de miso con la que lo acompañan es algo floja.
Por todas estas razones, considero que el precio cobrado es un poco elevado, y aunque el local es bastante mono y está muy limpio, yo revisaría un poco los números de la carta, especialmente ahora que hay tanta competencia que lo está haciendo tan bien.

Supposedly genuine japanese food, but not so good value. We were two people, choosing mid-​range dishes, 1 beer each and one sake to share and still ended up at 60 €. The food was alright.

Vinimos aquí recomendados pro una japonesa. «Es muy tradicional, como lo que tenemos en casa», y yo que tenía ganas de conocerlo y de probarlo, ni me lo pensé dos veces.
Fantástico toque ese de acceder al local a través de una puerta corredera (y muy bien por anunciarlo, que no quiero saber la cantidad de gente que habrá terminado comiéndose la puerta a base de intentar abrirla hacia dentro o hacia afuera) y muy guay el pórtico y la fuente, que por cierto, no funciona y estropea un poco el conjunto.
El restaurante es enorme, y está dividido en tres salones. Así que, si has quedado con amigos, lo mejor es que llegues a la hora, o puedes volverte bobo buscándolos. Todo el personal es japonés, aunque habla perfectamente español. Eso sí, no esperes florituras: no son nada simpáticos. O por lo menos, nuestro camarero, se parecía más a la persona que gestiona la cuenta de Masa Enfurecida que a otra cosa.
Empezamos con una sopa miso para mí y un entrante de pulpo para mi acompañante. Los dos muy buenos. Esto es una constante en todos los platos: están muy ricos. Luego tomamos una selección de sushi y terminamos con unos Yakisoba. El camarero nos anunció que era poco, pero lo cierto es que ya era sábado de Semana Santa, y nos habíamos puesto ciegos a comida china en el Ni Hao por la mañana, así que no teníamos mucho hambre. Para finiquitar, un helado de sésamo a compartir y una frasca de Sake caliente para los dos. A mí el Sake no me gusta mucho, pero mi acompañante quería y la verdad es que al final no está tan malo. El helado de sésamo, eso sí, fenomenal: tiene un sabor muy especial y me resultó riquísimo.
Como ya he dicho, tampoco es que comiéramos a reventar, pero lo que sí nos reventaron fueron los ojos al ver la cuenta. Casi sesenta euros por todo lo que comimos más dos Asahi más una botella de agua. Un precio ciertamente subido que, la verdad, no me parece que ni el restaurante, ni la atención, ni el trato lo merezca. Hacer (muy) buen sushi no es óbice para cargar esos precios cuando luego resulta que en el salón donde come la gente la luz es blanca de fluorescente y las sillas son más incómodas que las de un colegio.

Excelente trato y relación calidad precio. Por 10 euros puedes comer con un Bento-​ume, y probar platos como el maguro-​natto, el toriwasa o yasai-​tame que se salen de lo habitual.

Un japones bastante amplio cerca del centro con comida bastante buena, aunque el teppanyaki es algo insulso. El sushi es bastante bueno, a precio típico de japonés, sus variados de sushi están en torno a 20 € pero merecen la pena. El Guy-​don es bastante bueno y lo acompañan de una sopa misho.

Como terapia una vez al mes me reúno con una amiga para cenar. En plan amigos. Sin velas, ni tocamientos impuros. Nada de manitas, ni miradas cargadas de deseo. Just Friends. Hablar, arreglar o destruir el mundo. Poner los puntos sobre las íes y las jotas y debatir sobre el bien, el mal, el exceso demográfico, la relación entre la subida del pan y Leire Pajín, amen de otros muchos excesos, faltas y carencias afectivas propias y ajenas. Como somos dos a los que nos gusta el sushi y el sashimi, algo no demasiado frecuente entre nuestros colegas y ayer tocaba cena trascendente, había que buscar un discreto restaurante en el que poder cenar y charlar y toco el Donzoco.
Cerca de Sol, en pleno barrio de las Huertas. Lo conocí hace años buscando los mejores y más selectos restaurantes japoneses. Como se conocen las cosas cuando ni tienes ni idea, ni gente conocida que te pueda recomendar. Se lo pregunte a Google. Este, en concreto, era –según leí– uno de los más antiguos en establecerse en Madrid. Y también según leí, es uno de los pocos que son japoneses-​japoneses. Todos los camareros japoneses, todos los cocineros japoneses, y además, suelen ir japoneses a comer. Ideal pues.
La entrada tiene el diseño de un pequeño portico empedrado y una fuente de agua como la de Kill Bill (que ahora por cierto está estropeada). Accedes a través de una puerta corredera, y te encuentras de repente un restaurante más grande de lo que parece. Alargado en forma de L que rodea a la cocina, con dos salones y unos separadores entre el pasillo de la cocina y los salones. No tienen tatamis para reservar. Las sillas no son demasiado cómodas, pero las mesas están lo suficientemente separadas para que ni oigas ni te escuchen tus vecinos. Discreto, intimo y muy silencioso. Un retazo de paz en medio del estruendoso mundo.
La carta es extensa, mezclando comida japonesa y china y sin irse demasiado de precio. 20 € cabeza, 25 con bebida. Si no eres un gran conocedor de las especialidades japonesas, o no tienes mucha predilección puedes optar por unas Bentos. Cajas compartimentadas con distintas variedades de comida que acompañan con un bol de arroz y una sopa de Miso. Para ponerte como las Grecas y amar locamente al pais Nipon. El sushi, sinceramente, ni es el mejor ni el más rico como en Yamate u otros con más fama, pero se deja engullir. El wasabi es quizas a mi parecer, más suave de lo habitual. La tempura está deliciosa, y el lomo increible. Los camareros son serviciales, sin agobiar y muy simpáticos.
Asi que, un japones más dentro del boom. Este además, de, por y para japoneses, con los precios de casi todos los japoneses, pero lo suficiente intimo para una velada o comida.

Very good place to eat good japanese food in Madrid. Bento ume is cheap (just 10 euro) and extremely delicious. Tea is good too, stuff is friendly and they have a wide variety of japanese dishes. I have eaten here dozen of times and it is one of my favourites japanese restaurants in this city. No need to book if you are plenty of time and do not mind to wait for a little.

Uno de los mejores restaurante Japoneses a los que he ido! Sushi fresco! Tempura, anguila a la plancha gran variedad de platos de calidad.
Precios similar al resto de restaurantes de este tipo. Yo recomiendo probar el menú de degustación, que permite probar un poco de todo a un precio razonable (aunque inicialmente ponen palillos, tienen también cubiertos para los que no somos muy habilidosos comiendo con los palillos).
Está situado en una callejuela del centro de Madrid (cerca del hotel Urban) y es un restaurante más bien pequeño. Todos los camareros son japoneses y la cocina es acristalada, lo que permite ver cómo cocinan.
Si te gusta la comida japonesa, tienes que probarlo!

Este es sin duda mi restaurante japonés favorito de madrid tanto por la calidad de su comida, como por el trato, la decoración del local y no está de más decirlo, el precio. Si lo comparamos con otro tipo de restaurantes quizás sea un poco caro, pero merece la pena darse un pequeño capricho de vez en cuando. Si vais os recomiendo que tomeis alguno de los platos combinados que ofrecen. Vais a tomar un poco de cada una de sus especialidades y sin gastar demasiado. Hay uno muy bueno por 18 euros y otro algo más completo por 25 que son muy recomendables. Si tomais postre os recomiendo la copa de la casa. Sublime.