Da Nicola

Desde que era un tierno adolescente cuando algunas veces me trajeron a este restaurante era para descubrirme al auténtico italiano en todas sus esencias. Con el tiempo he descubierto que en lo que a italianos se refiere hay varios niveles: el nivel 0 es obviamente Ginnos o Pizza Jardín; Da Nicola es, ciertamente, un nivel más avanzado, aunque está muy lejos de un italiano de verdad como por ejemplo mi bastión en Madrid, Don Giovanni. Creo de hecho que los restaurantes extranjeros deberían tener una calificación de autenticidad atribuida por un organismo internacional, la OGU (Organización de Gastronomías Unidas) o algo así.
El caso es que se llame Da Nicola, Il Peperino o Rigoletto si la Carbonara lleva nata no es italiano, esa es la regla de oro y aquí proponen una falsa carbonara. Sin embargo, sin ser la quintaesencia de la Toscana, Da Nicola tiene puntos satisfactorios, al margen de las reminiscencias del pasado que me recuerden momentos bucólicos en familia. Los sirvientes son muy atentos y cordiales; siempre, antes de traer el primer plato, te invitan a mojar pan de chapata en un bol con aceite de oliva aromatizado a las hierbas que viene estupendo para ir abriendo boca; y cuando te traen la pasta igualmente lo acompañan con un recipiente con queso parmesano rallado para que te sirvas a voluntad, gesto que yo aprecio mucho porque suelo ponerme unas dos toneladas; mi conducta tal vez es un poco aberrante y excesiva pero para una carbonara con nata tampoco nos vamos a poner estupendos. Yo el parmesano me lo comería a cucharadas…
En fin, pastas y pizzas correctas con salsas tal vez un poco mejorables, comida abundante en general. Tengo grandísimos recuerdos del carpaccio por otra parte. Un nivel de autenticidad 2,5 sobre 5 bastante conseguido.

Junto a su competidor La Nicoletta, está este restaurante italiano algo escondido, puesto que está bajando unas escaleras en la calle Orense.
Esta localización hace que sea un poco sombrío y que el local no sea más allá que una entreplanta decorada en tonos rojos y con aires italianos.
La comida es bastante auténtica y de una calidad superior a la de las franquicias de la zona.
Cuentan con un menú del día de lunes a viernes que abarata bastante el precio porque pedir de carta sale algo caro.

Llevo más de veinte años llendo a este sitio y es, de todo madrid, mi italiano favorito. Puede que no sea el mejor, de acuerdo, pero no puedo ser objetivo, han sido muchas cenas geniales, con gente estupenda de todos los pelajes, y risas hasta la hora de cerrar (ahí probé mi primer lambrusco, dicho sea de paso).
La atención es excelente y la carta una gozada. Suelen ir añadiendo platos en el menú semanal para sondear los gustos de la gente y así, poco a poco, van renovando. Mis favoritos son, como entrante, la ensalada de pétalos de bacalao con patatas revolconas y reducción de módena, y de segundo la carne roja a la plancha con sal gruesa, normalmente acompañada con ensalada o patatas panaderas. Ahora mismo no está en la carta pero cuando hacen verduras a la parrilla simplemente –lo-​bordan
SI os va lo clásico, las pastas son de primera, tienen unos carpaccios muy buenos y las pizzas, además de excelentes, tienen un tamaño idóneo para una persona.
Hay un detalle que me parece una delicia: al sentarte te sirven (salvo que no lo quieras, claro) un cestito de pan chapata para disfrutar de un platito de aceite aromatizado. Ideal para ir abriendo boca.
Para mi desgracia, también renuevan la carta de postres y hace tiempo que MÍ POSTRE, los profiteroles con crema de chocolate, se vieron descabalgados por unos profiteroles con crema, que no están nada mal pero ¡ay! no son lo mismo, esa crema de chocolate con un puntito de licor era un modo perfecto de cerrar la noche.
COmo remate, la carta tiene una versión para celiacos. No platos especiales sino los mismos de la carta básica, preparados para celiacos. No todos, pero si la mayoría. Y según un amigo, deliciosos, como los de la carta.
Así que si queréis una buena sesión de italiano, éste es vuestro restaurante. Hay otro da niccola en el centro, en la plaza de los Mostenses, al a vista de Gran Vía, con la misma carta, y un tercer restaurante llamado Carpaccio de Da Nicola, en Sor Ángela de la Cruz, con una carta distinta pero en el mismo estilo.

Me encanta el sitio!
Restaurante italiano pero con un toque ‘más distinguido’ que el resto de los italianos.

Tengo tres sobrinas celiacas y he venido varias veces a comer con ellas. Es uno de sus restaurantes favoritos, tanto este como su clon de la plaza de los Mostenses. Normal, porque aquí pueden comer pizza y otros platos que normalmente no pueden probar, gracias a que aquí disponen de menú sin gluten. Además, ponen esos platitos con aceite de oliva virgen, buenísimo, en el que puedes mojar pan, y ellas pueden mojar su pan sin gluten. El restaurante es grande y está siempre lleno de familias con niños, que aquí disfrutan como enanos. La comida está muy buena, pero para mí lo mejor es ver la sonrisa en la cara de estas niñas cuando comemos aquí.

Fui una vez a celebrar mi cumpleaños y la verdad es que quedé muy satisfecha. Aunque el local estaba rebosar (menudo éxito, ¡y eso que están en un sótano!) y es por algo: no es fácil comer comida italiana con un mínimo de calidad.
Las pizzas están muy buenas, así como sus ensaladas, aunque hacen algo que me sienta bastante mal: venderte el mismo lambrusco que hay en Mercadona por un precio muuucho mayor.
El tiramisú, pasable, pero es que soy muy especial en ese campo. ;)
Para pasar una noche agradable, pero no reseñable.

Da Nicola es uno de los mejores restaurantes italianos que hay por mi barrio. Aunque no es de los más baratos, la calidad compensa, y además tienen un menú de medio día que anda por los 12,50 €, que tampoco está mal. Siempre que he comido aquí ha sido para celebraciones o fechas especiales, y la verdad es que todas las veces hemos salido encantados. Suelo ir sin reserva, y a pesar de eso nunca he tenido problema (porque también suelo ir temprano). Sobre la comida, pues aunque sea italiano no es que hayamos ido precisamente a probar sus pizzas, ya que la carta ofrece algunos platos bastante suculentos. En mi top voy a instalar la hamburguesa de secreto ibérico y el codillo a la manera della mama. Sobre todo la hamburguesa, que fue el verdadero descubrimiento, y que no solo es una idea magnífica, sino que hecha carne es uno de los mejores platos que he probado en mucho tiempo.

A great place for pasta and Italian food. It is just the right combination of chic and sensible, you can enjoy a fancy meal without having to sell your house afterwards. The quality is quite good and I have not complaints about the service. Remember to ask for the house red wine, it’s your best option for the Mediterranean dishes.

La comida está buenísima.
EL sitio es pequeño para la cantidad de gente que hay por lo que tienes que armarte de paciencia ya que siempre está lleno, asi que mejor reservar antes de ir.
Lo mejor: nada más sentarte te ponen rebanadas de pan para que las comas con un aceite buenísimo.
El precio no es demasiado caro, uno 20 – 25 euros.

Esta pequeña franquicia de restaurantes italianos se caracteriza por una carta bastante completa –pizzas, pasta, carnes, ensaladas,…-, bastante calidad y buen gusto, y un servicio que deja poco que desear.
Quizás no sale tan económico como un Ginos, pero a cambio tenemos algunos platos únicos, y detalles como el aceite de hierbas, que está sencillamente delicioso.
Eso sí, el sitio no destaca demasiado, y hay que saber buscarlo –hay que bajar unas escaleras para verlo-​, y en AZCA han puesto un restaurante de nombre parecido pero más caro, así que hay que andar con ojo cuando se vaya con intención de entrar en este.