Vine por muchas recomendaciones de amigos y la verdad es que me decepcionó un poco, puede que me pusieran altas expectativas. Los perritos son normales, tampoco conozco ningún sitio que me hayan preparado este plato mal. Lo que menos me gustó fueron las patas, muy aceitosas y el olor a frito del sitio, sales con el aroma impregnado en la ropa. El sitio es austero, un par de mesas y la barra. La chica que nos atendió muy paciente y simpática. Y los precios muy asequibles. Si quieres pasar, recomiendo que lo hagas para llevar.
Lolo R.
Tu valoración: 4 Madrid
Llevan un tiempo en el ajo, pero de momento no ha pasado como con las hamburguesas: los perritos calientes parece que no van a terminar de alcanzar el estatus de «gourmet» por el momento. Esta cadena tiene varios establecimientos en Madrid, y el más nuevo está en la Corredera Alta de San Pablo, en un edificio recientemente reformado y en un local bastante raro para mi gusto. Increíblemente grande, cuando entras es inevitable sentir un poco la sensación de que el sitio está desangelado, y eso que se han molestado en poner algo de decoración: un carro de esos para hacer salchichas de forma móvil, un graffiti en la pared, un suelo que se te van los ojos… Pero al no haber ni una mesa ni una silla, parece un poco vacío. Bueno, ¡será cuestión de tiempo que lo llenen con algo! Ahora, con respecto a la manduca: no está mal. El precio está relativamente bien, y por seis euros tienes un par de perritos especiales con patatas fritas y refresco. Hablamos de comida rápida, así que tampoco es que vayas a comerte el perrito más rico de toda tu vida, pero se agradece la intención de ofrecer algo diferente: salsas, ingredientes y todo tipo de florituras harán que la simplicidad del pan y la salchicha te parezca una genialidad.