Bolero Meatballs

Fui con amigos, prontito porque sabíamos que el sitio es pequeño y queríamos tener mesa. Haz pocas cosas y hazlas bien: esa es la idea de Bolero Meatballs, nos pedimos unos combos, con el bocadillo de albóndigas, patatas y bebida.
Las mías eran las orientales y me hicieron emitir gruñiditos de gusto de lo ricas que estaban.
Tremendo, para repetir y probarlas todas.

Tú le dices a alguien de Madrid «¡Vamos a comer un bocata de albóndigas!» y o bien se cree que te has equivocado y querías decir «calamares» o bien se piensa que estás de broma. Esto es así porque lo he vivido yo.
En general, esa reacción es buena porque significa que lo que vas a comer es original, y en particular, en este caso, además ha sido motivo de risas posteriores a engullir un pedazo de cielo con comentarios del tipo «¡Y tú que no te lo creías!».
Pues eso, original pero además riquísimo, genial de precio y de llenar bastante pero no salir rodando (perfecto, vamos).
Ideal para comer temprano por el centro, nosotros llegamos a las 13.35, justo después de que abrieran, y obviamente no había nadie más que la camarera, pero cuando nos marchamos una hora y media más tarde el local estaba hasta arriba, porque es pequeñito y la gente sabe lo que es bueno.
Yo probé el bocata de albóndigas de pollo porque me sentía poco aventurera así que tendré que volver para probar el resto.
No puedo esperar.

I loved this place! I met the owners who were awesome and I was proud of them in all they accomplished in opening this place up.
I had the four variety meatballs with rice with a sauce similar to Filipino Kare Kare. I love it. Next time I’m back I’m coming here. Highly recommend this place.

Maravilloso lugar.
Ya había oído maravillas de este sitio y tenía ganas de probarlo. Las albóndigas veganas están para chuparse los dedos, hechas de quinoa, tofú y especias ricas, tienen un punto picante maravilloso. Pedimos las raciones con arroz y patatas de guarnición y salen ganando las patatas con diferencia.
En pleno centro de Madrid, a dos pasos de Callao y con una mini terracita, no podeis dejar de pasaros, es visita obligatoria! La chica es ENCANTADORA, muy atenta y agradable.

Llevábamos tiempo queriendo ir a éste lugar, pues mi amiga le había echado el ojo y la verdad es que era un concepto diferente de restaurante.
No sé porque al entrar me sorprendió que no hubiera más que una barra con sillas. El concepto es de comida rápida. Comida rápida de albóndigas!!!
Y efectivamente ese es el rollo. Restaurante en plan americano, donde te sirven diferentes tipos de albóndigas, orientales, picantes, de pollo, veganas, cerdo,… en envases de comida rápida o en un bocadillo con queso.
Probamos todas! Y te puedo decir que no sé con cual quedarme
Quizás me quedo con el bocata de queso y albóndigas que me recuerdan a los que me hago yo cuando me han sobrado y me saben a capricho de cielo!
Un local pequeñito, pero acogedor. Las dueñas-​camareras encantadoras y atentas. Y además tiene una terraza en un pequeño callejón donde disfrutar la tranquilidad y estando en pleno centro de Madrid

Ahora que está tan de moda la comida callejera y todo eso, tengo que decir que, al fin, he encontrado EL SITIO de este tipo de comida. Sencillamente me ha encantado. Fui con expectativas medias, después de haber intentado visitarlo cienes y cienes de veces pero por circunstancias nunca pudo ser.
Me pedí un plato con cada una de las albóndigas de la carta, para probarlo todo (aunque lo que he visto por ahí de sus bocadillos me ha vuelto loquérrimo). El caso es que no sabría ni con cual quedarme, ¡hasta la variedad vegana estaba de muerte! Eso sí, lo del picante no es para tanto y sólo le da un saborcillo mu rico ;)
Lo mejor de todo es que, por 7 euros, puedes comer bien, relajado en su terraza y te quedas como un reloj, sin llenarte, pero bueno, street food total. Yo me he enamorado y sólo puedo pensar en volver. ¿Quién se apunta?

Pequeño pero matón. Las «meatballs» veganas están riquísimas, y es uno de los pocos sitios en Madrid donde pueden encontrarse unas decentes! Tienen mini-​terraza, pero más te vale lanzarte si encuentras una mesa libre! Fácil cenar bien por menos de 10 €, con cierta calidad. El local es mono pero el servicio (influido también por la cantidad de gente que suele haber siempre) es un poco lento.
Lo más importante, agradezco que haya locales bonitos en mi barrio, al sur de Gran Vía, que ya está bien de todo en Malasaña :-)

Hacia tiempo que no me iba de un establecimiento tan contento y agusto como esta noche tras cenar en Bolero Meatballs. El trato de las camareras se podría calificar como magnifico, agradable o perfecto; y la comida sensacional, no me ha defraudado en nada tras leer decenas de comentarios positivos antes de ir. Aparte, he ido con mi perrete y ha sido genial, una albóndiga como premio para el y un boll de agua fresca. Sinceramente, es un sitio al que volveré y recomendaré.

Ahora que ya he probado tengo ganas de repetir. Ya tenía yo ganas de comer unas albondigas aquí. He oído hablar tanto y me parecía algo tan original… He de decir que cuando dimos con el local nos decepcionó un poco. Es un sitio muy pequeño con dos mesas fuera y las opciones son limitadas. Pero para qué más? Bien mirado tienen una oferta muy concreta y suficiente. Probamos todas las albondigas que tienen fijas en carta en diferentes versiones: tapa, bocata y ración. Mis preferidas fueron las picantes y las orientales y en bocata. Así que ya tengo plan para la próxima. Los camareros son muy majos y mira que con esto de probarlas todas fue un poco lío. Pero la camarera tan maja buscando las opciones conmigo.
Y aunque el gran atractivo son las albondigas, no os podéis ir sin probar el postre. Son postres caseros. Nosotros esta vez probamos sólo el brownie y menudo acierto! Creo que tienen más, pero vi el brownie y ya no pensé en nada más.
De precio está súper ajustado.
En resumen, que y sea para comer allí o llevármelo al trabajo, volveré por calidad, precio y la atención del personal.

ahhh meatballs! sooo delicious you are. They do meatballs on tapas (so meatballs, your sauce, and toothpicks) or meatballs on a bun. Fries and pasta are extra.
Funny how I found this place because my flatmate and I wanted a coffee! (which they do, and it’s delicious)
coffee and meatballs? SURE! The meatballs are large and meaty, I craved them for the next two days.
This place is so busy during the weekends, it sucks! In fact a little frustrating, because there is one girl taking orders, preparing the food, making coffee, pouring the beer, and taking payments. And one chef who cooks all the food and the sauce. So it’s 1 star off, because I really hate dealing with messed up orders, demanding customers AND the stressed-​out girl.
The chef is super nice though! I like him.

Get the las orientales, spicy Thai peanut sauce, so good! Super awesome brownie dessert!

Nunca pensé que pudiera apreciar tanto un lugar con un nombre semejante, que puede producir más de un infarto a cualquier castizo que se pasee por la zona. Por si fuera poco, para los políglotas y amantes de los dobles sentidos, en el interior figura un letrero enorme con la premisa «Eat my balls» que no por saber que aquí la estrella son las albóndigas, me resulta menos desconcertante.
Pero me gusta el local, es modernillo si, y con buena música; en un arranque de súbito gafaplastismo le veo un toque Wong Kar Wai muy molón. Ellas son modernas y también simpáticas. Las albóndigas orientales son brutales. He vencido algún prejuicio al tomarlas en bocadillo, para mi era inconcebible que unas albóndigas no se tomaran en plato hondo y que no fuera la receta de la abuela con ajo y perejil. Ahora los bocadillos me los tomaría a pares y no se me ocurre otro lugar en la ciudad en el que pueda encontrar lo mismo.
Este sitio es original, es adictivo, a veces me produce flashbacks repentinos, y me desubica totalmente en pleno centro de Madrid. Me encanta.

Por fin he probado las albóndigas que tanto tiempo llevaba con ganas y curiosidad de probar. Me han gustado pero no me han vuelto loca. Yo probé las de cerdo orientales, a ver están bastante buenas pero para mi gusto les faltaba jugosidad y luego te repiten muchísimo durante todo el día. Lo cual es una faena si tienes que trabajar. Pero en general me ha parecido un sitio majo donde tomar algo rápido en la zona de Ópera-​Callao y huir un poco de los sitios petados que hay por allí.
Quería haber probado las de tomate y parmesano, pero aunque en la pizarra ponía que tenían acompañamiento de pasta me dijeron que no, espero poder disfrutarlas pronto y que no repitan tanto como las orientales.

Tanta fama conlleva una gran responsabilidad y muchas (muy) buenas críticas implica su visita obligada. Los albóndigas están de moda y prueba de ello este pequeño local de corte moderno enclavado al lado del gran Musashi, en la céntrica calle de las Conchas. Un par de mesas fueras y una «barrita» pequeña dentro para alojar al personal, donde se es atendido por dos personas, una de ellas al mando de la cocina y otra de la barra con el expositor de postres y menús. Como comenta Fer A. me pareció un euro más caro de los que debería ser. Pero entiendo que pongan ese precio. La comida y la atención es buena y hay clientes. Si hay clientes, quiere decir que todo va bien.
No hablaré de las albóndigas, porque no diré nada que se haya dicho. Sólo dejaré una pequeña reseña de mi visita que deslució la comida, porque tanto la albóndiga vegana como la oriental estaba muy, pero que muy muy muy buenas. El problema fue el pan, estaba quemado por las puntas. Un error puntual, sí, pero que, como comento anteriormente, desluce el resto.
Volveré, claro que volveré, porque lo esencial que es la comida, es bastante buena.

Antes de probar este lugar sabía que le acabaría poniendo 5 estrellas en una review, simplemente por todo lo que había leído ya sobre él y por la pinta que tenía todas las veces que había pasado por delante sin entrar. Y efectivamente, aquí estamos después de pasar por fin el domingo a la hora de comer.
Era bastante tarde y nos apetecía comer una tapa así que cuando vimos que había hueco dentro no lo dudamos y entramos a probar las famosas albóndigas. Ese día tenían además una promoción especial por una de esas rutas de tapas que organiza Mahou, con tapa + botellín por 2.40 €. La tapa de Bolero era el «pelotón iberíco», una albóndiga de cerdo con jamón y tomate. Por supuesto nos pedimos una de ésas y también una tapa de la oriental (súper recomendada) y la vegana (de tofu, quinoa, cebolla). Las tapas consisten en una albóndiga (son grandes) con un pan como de mini-​hamburguesa súper consistente y rico, por 1.5 €, que me parece básicamente regalado. También tienen otros formatos más grandes: ración de 4, bocadillo grande, bocadillo pequeño, que vienen con guarnición. Pero la verdad es que el formato tapa es perfecto para probar todos los sabores.
En cuanto al sabor, pues lo que probamos estaba todo de muerte. A mí la que más me gustó fue la vegana, lleva la misma salsa que la oriental y tiene un punto picante. Me encantó la textura que le daba la quinoa. La verdad es que el sitio con la decoración y el tipo de comida me recordó a algunos sitios de comida rápida súper buena que hay por Londres y que poco a poco empiezan a hacerse populares en Madrid.
Las chicas que atienden y que llevan el negocio son un encanto, creo que una de ellas estaba antes en Nakeima, así que eso os da una idea del nivelazo que se maneja en la cocina. Si a eso le sumamos lo riquísimo que estaba todo y los precios al lado de Ópera, este lugar es un must absoluto. ¡Espero volver muchas más veces para seguir probando sabores!

Tenía ganas de venir a probar las albódigas de Bolero y me han sorprendido sus elaboraciones gratamente.
Las chicas súper majas nos explicaron que llevaba cada una y nos decantamos por probar un poco de todo y ver cual nos gustaba mas, así que un par de raciones variadas con unas cañas. Por mi parte coincido con muchos en que las orientales son una perdición divina y que son un MUST!
Una pena que sea tan pequeñito, pero siempre puedes pedirte un bocata de albóndigas y llevártelo a algún parque cercano como el de la Plaza de Oriente a disfrutarlo con el solecillo.

Hacía mucho que tenía el Bolero en favoritos y estaba cogiendo polvo ya. Asi que, no pude decir que no a la propuesta de Fer A. y fuimos un día diario. Como dice él 3,5 estrellas. Pero voy a ser generoso, que estoy de resaca y le pongo las 4, ya volveré y hablaremos.
Vistas las reseñas de Lolo y Elena, tenía claro que iba a pedir las albóndigas orientales. No soy fan incondicional del cilantro en exceso y el jenjibre, pero reconozco que tienen su gracia. Así que, eso hice, pedí el bocadillo grande de orientales con patatas. El bocadillo tardó un poco en salir, nada del otro jueves, y la miniespera mereció la pena. Cuando ví el tamaño de semejante misil rezumante de queso se me hizo la boca agua. Y las patatas tenían un pintaza enorme.
Al lío, sinceramente, no soy fan de comer albóndigas fuera de casa. No creo que sea el único al que sólo le gustan las de su madre y es que ni las que hago yo me quedan igual que las de mi madre. Qué se le va a hacer!!! Pero las del Bolero están buenas, la carne está bien apretada, no es nada esponjosa y son bastante sabrosas. Me costó acabar el bocadillo, me pasa por hambrón. Además de las albóndigas, dentro del pan tostado había queso fundido ÑAM Las patatas también estaban buenas.
La próxima vez que vaya probaré las de la Abuela, a ver que tal.
Eso sí, yo le daría un toque más cañí el negocio y lo llamaría «Albóndigas Bolero», pero pata gustos, colores xD

Sí, sí, sí. Definitivamente sí.
Cuando un día mi pareja me preguntó, algo desganado y esperando poca contestación por mi parte, dónde podíamos ir a cenar que estuviera bien y no fuese caro (dos básicos imprescindibles), yo contesté un sobrado: «conozco un sitio que te va a gustar»
Y al Bolero Meatballs que fuimos.
Pedimos un par de menús para llevar (bocadillos de albóndigas con guarnición y bebida) y nos fuimos al apartamento que teníamos a cenar tranquilos.
Cuál fue su sorpresa cuando, con el primer bocado, abrió los ojos como platos dando a entender que no solo le estaba gustando sino que, además, le había sorprendido gratamente. Los bocadillos están riquísimos, con la salsa justa para no hacer de aquello un circo romano y con la ternura de la carne en su punto. Además, con un precio muy bueno y un servicio, aunque algo lento, dedicado y majo.
En definitiva, sé perfectamente que desde ese día me quiere más.

He probado dos variedades de albóndigas, las de la abuela y las orientales. Muy ricas las dos, aunque si te gusta el sabor tradicional te recomendaríà la primera, y si quieres algo totalmente distinto las orientales. El bocadillo muy rico, si no tienes mucha hambre con un bocadillo pequeño que trae 3, con patatas es mas que suficiente. Tendré que venir mas veces a probar las otras.

Probar las pelotas del Bolero… ¡qué sensación! Siempre me gusta acercarme a sitios nuevos y me gustan los que están especializados en una sola cosa, porque así no me tengo que comer la bola pensando qué pedir. De hecho, para no quedarme sin probar todas las pelotillas que tienen aquí, me decidí por un bocadillo de las Parm&Chick y 2 ejemplares de cada una de las otras dos. El bocata estaba bueno, con el quesito derretido, pero debo decir que las patatas no. Deben cambiar esto por pelotas, porque estropean el conjunto. De las albóndigas, me gustaron las que más, las de la abuela, las otras dos me parecieron demasiado picantes para mi gusto. A ver, unas están avisadas que son así, pero de las de parmesano y pollo no me lo esperaba, también es cierto que yo tengo intolerancia al picante 100% así que a lo mejor a ti no te pican.
Bueno, no vamos a hacer una pelota de ese hecho, porque el local mono, las chicas que lo llevan majas, los precios bien y sacan ediciones especiales limitadas con otros sabores de albóndigas, por lo que le daré otra oportunidad un día de esos que vaya rodando por allí.
B.S.O, recomendada para este comentario:

Me habían hablado muy bien de este sitio y tenía ganas de pasarme, así que lo hice un día para comer. Quizás fui con muchas expectativas de tantos comentarios buenos en general, pero la verdad es que tampoco llegaron a impresionarme tanto.
Están buenas, me gustaron, son albondigas caseras en un pan que resiste bien, me parecieron que están ricas, sobre todo las de la abuela que son las que más me gustaron.
De precio no está mal y puedes pagar con tarjeta, además las chicas son muy amables.
El brownie está bueno, con trocitos de oreo.

Llevaba la tira viendo no solo comentarios, pero también fotografías de este simpático negocio que, a mi juicio, tiene el mejor nombre sobre la faz de esta ciudad que es Madrid. «Bolero» (con el añadido de «Meatballs», para que no haya confusiones) se llama este lugar de albóndigas. Bolas de carne al fin y al cabo. ¿No es maravilloso? Elegante, relacionado con el negocio y deliciosamente tradicional al tiempo que hipster. Parecía imposible, pero estas chicas lo han conseguido.
Entré un día a la hora de comer, después de intentarlo un par de veces hasta darme cuenta de que cierra los martes. Con eso en mente, me acerqué otro día aleatorio, y ahí lo encontré, delante de mí. El sitio es enano, enano literal, pero tiene mucho encanto: una barra por si quieres comer en plan rápido, que dobla su espacio con una barrita justo en frente pegada a la pared y una mesita con sombrilla a modo de terraza. Es evidente que el fuerte de este negocio es el take away, la comida para llevar, pero que sepas que si quieres disfrutarlo allí mismo, puedes.
Dos guapísimas chicas me explicaron un poco cómo va el tema: tienes diferentes tipos de albóndigas (de la abuela, orientales, parm & chick –de pollo– y veganas) y todo lo que tienes que hacer es elegir cómo las quieres (en ración o en bocadillo grande o pequeño) y disfrutarlas. Yo no podía decidirme, así que me hice dos bocadillos, uno con las orientales y otro con las de la abuela. Me ofrecieron (varias veces) acompañarlo todo de una salsa extrapicante que tienen, pero yo soy de los que se lían y me veía bebiéndome la salsa, así que decidí dejarlo pasar. A la próxima, eso sí, pienso probar. Pedí todo con una Coca-​Cola (es grande, ¡bien!) y esperé un ratín hasta que lo prepararon.
Cuando le hinqué el diente al manjar, no me lo podía creer. Están INCREÍBLES. Pero rollo deliciosas, siendo mis favoritas las orientales, que no sé que es lo que llevan dentro (creo que frutos secos) pero es que están de morirse. El pan era tremendo, no se destruía por nada del mundo pese a estar soportando el calorcito y el jugo de las albóndigas; y todo venía acompañado con unas patatas que hacen ellos, con especias, que aunque estaban ricas no llegaban al nivelón de las albóndigas. Pero es que claro, esas albóndigas eran para flipar en colores. En serio.
Mi recomendación es que las probéis todas, que es lo que quiero hacer yo, pero de momento me quedo con las orientales. Tienen además un buen surtido de postres caseros, que no pude probar porque me había puesto literalmente como el tenazas. Os puedo asegurar que con dos bocadillos pequeños salís rodando (y me imagino que, con el grande, te quedas de vicio).
Es escandalosamente barato, cogen tarjeta, las chicas de la barra son simpáticas, no está en Malasaña (para mí un plus, que ya es hora de que la gente se quite de la cabeza que los negocios molones solo están en Malasaña) y encima tienen una música buenísima puesta mientras comes. En serio, id. Id antes de que se ponga mucho de moda y no haya manera de conseguir uno de sus bocatas sin hacer una cola de dos horas. ¡¡¡Corred, insensatos!!!

Que ricas ;) Me comería un montón de orientales!!!
Ayer enseñé a unos amigos este local que se está haciendo super conocido. El concepto en sí es la caña y la verdad que no había nada parecido en estos momentos, además creo que está en una zona estupenda para ser centro de atención tanto por gente de la ciudad como por turistas.
El local es pequeño y con una miniterraza, pero ayer eran las 8 o así y no había casi nadie así que pillamos terraza y quisimos probar varias propuestas. Tienes menú de tapa, ración, bocadillo y luego puedes hacerlo menú incluyendo la guarnición que en su caso elegimos patatas. Cogimos un bocadillo de albóndigas de la abuela que están muy buenas, una tapa de una que es de pollo con parmesano que me dijeron que estaba bien pero tampoco algo maravilloso y las orientales que son las mejores para mí. Nos faltó probar una picante y otra especial que va cambiando según el día.
Las orientales son estupendas porque tienen un toque picante y luego el sabor del cacahuete mola mucho. Todo eso junto a las 3 bebidas fueron unos 23 euros aprox por lo que de media son unos 7 – 8 euros.
Luego también tienes postres caseros para tomarte con un café o un té y puedes llevarte todos los platos para comer en casa o en cualquier parque o plaza cercana. A mí me parece que es un sitio divertido al que llevar a alguien y los camareros son bastante majos y atentos.
Eso sí, las cosas tardan en salir, hay que tener paciencia y mucho más cuando hay gente porque son sólo 2 personas trabajando. Ahhh y algunos amigos me han dicho que mejor cogerse el bocadillo en versión grande, porque sino te quedas con un poquito de hambre si sólo comes uno ;)