A’Conchiña

Sito en la calle Benidorm, por el barrio de Ciudad Lineal, este bar ofrece comida y bebida a cascaporro, sin necesidad de dejarse el bolsillo en ello. De hecho la tapa que te plantan cuando pides un par de cervezas, es un plato de barras que parecen una ración, hasta llegas a decir que tu no has pedido la de bravas, jaja. Raciones abundantes y variadas que te dejarán llenísimo, buen vino de Ribera a 2,5 €. En fin que sales comido.
El sitio se peta literalmente, casi imposible coger una mesa libre. Excelente garito.

Descubrí este establecimiento hace unos años y cada vez que voy me gusta mas. Es el típico lugar de los que nos gustan en España, en el que te puedes hinchar a comer sin arruinarte. Te pides una bebida y te empiezan a sacar tapas, pero no es que te saquen un plato de tapas no, es un chorreo constante. Las bravas están buenisimas, en realidad todo lo que ponen. Así que si quieres atiborrarte y no vaciarte mucho el bolsillo tienes que ir.

Yo lo he conocido por cercanía a mi trabajo, da igual el día de la semana que vas… Siempre está lleno… Y cuidado como tengas ganas de tomar unas cañas, o unos vinos, las tapas son tan abundantes que sales cenado.

Lo conocí en el bravaton ultimo, pero debo reconocer que no me gusto, aunque estaba a tope.
Las bravas no fueron de las mejores que he comido.

Lo primero que te recibe al llegar a este bar es una bofetada a fritanga, por lo que si lo tuyo no es ese ambiente de tasca mejor que te mantengas alejado de aquí. En nuestro caso como había demasiada gente en el local nos salimos para poder tomarnos las bravas con la tapa que nos habían dado.
La tapa que nos pusieron para acompañar la bebida fue una especie de carne fría y seca en un pan más seco aún, y como es lógico, eso al comértelo se convertía en una pelota indigestible que no tiré de milagro. En cambio las patatas bravas creo que hicieron que la cosa mejorara y se resarciera de cierta forma.
Leyendo los comentarios creo que me perdí algo o estuve en una realidad paralela, pero mi visión de este sitio fue así.

Aunque es famoso por lo bien que se tapea, quiero destacar que la parte de restaurante tampoco te deja indiferente. Tienen un pequeño salón que no está comunicado por el bar (el camarero pasa por la calle para servir), pero muy acogedor y te sientes como en casa. ¡Ojo!, si te da alergia el Atlético de Madrid no te lo recomiendo, pero yo soy madridista y se lo perdono de todas-​todas.
Para mí un gran plan de sábado es quedar allí a comer con los amigos, cervecita previa con unas bravas, una ración de pulpo a la gallega y un buen chuletón de buey, que acompañan de patatas, pimientos rojo y verde, y que salvo que seas un super comilón, mi consejo es pedir 2 chuletones para cada 3 personas.
Luego te dejan en la mesa las botellas con los licores, y también te puedes tomar con total tranquilidad un «digestivo» para pasar una buena sobremesa echándote unas risas con tus amigos o viendo el partidito que ponen en la tele.
Una buena comilona a un precio asequible. Hoy bravas, pulpo y chuletón par dos. Madrecita qué bueno y qué «jartá» a comer.

Las patatas bravas son una delicia. Lo mejor el trato de bar de barrio de toda la vida, te quieren y se hacen querer… Y eso que son del Atleti!

Leo por otros comentarios que lo guay de este sitio además de las bravas es que ponen tapas con las bebidas y se cumple eso de «con dos cañas sales cenado»
Pues bien, a nosotros no nos pusieron tapa cuando estuvimos, pedimos bravas (bien, salsa a cascoporro y rica) y unas croquetas (que tardaron la vida en servir y bueno, meh), y por tapa no salió nada.
Ni fueron majos ni lo contrario, así que o yo estuve en otro sitio del que todo el mundo habla o no les hace falta fidelizar a más gente porque ya tienen el bar lleno cada día.

Le pondría tres estrellas y media, porque creo que no se merece las cuatro. ¡O al menos no se las mereció el día que yo lo visité! Este bar, que tiene pinta de ser un mítico de la zona, es conocido por servir ingentes cantidades de tapa a base del cerveceo propio. Vamos, que si vas con un poco de gusa y con ganas de cañear, a la mínima te sales cenado.
Las bravas estaban buenas, y como las comparaciones son odiosas, diré que soy más de las del Docamar, su eterno competidor. Haber estado allí pocos minutos antes quizá me predispuso a que me gustaran más las primeras, claramente superiores a nivel patata, mucho más crujiente por fuera y rica por dentro. Estas bravas estaban ricas, pero no sé: yo creo que el frito no llegaba a estar tan conseguido como me hubiera gustado.
Con la ración de bravas también nos cayó una tapa. Y vi tapas de todas las formas y colores, pero la verdad es que la nuestra era un poco regulera: eran como pinchos de carne, y la verdad es que la carne estaba fría. ¡Tan fría que estaba un poco tiesa!

Da igual que sea martes o que sea sábado, este lugar siempre te lo vas a encontrar lleno de seres vivos dándole a la caña y a la tapa.
Si las bravas del Docamar tienen una fama de años, no te pierdas las de aquí, por favor, tienes que probarlas sí o sí. De hecho creo que deberían producir su salsa brava de forma «casero — industrial» y venderla.
Para mí es de estos sitios en los que, como cuando vivía en Colmenar Viejo, decíamos «vamos a comer en vaso» porque con unas cañas ya sales comido o cenado.
Los camareros son amables y rápidos y es que con tanto ajetreo no podía ser de otra forma, y me gusta mucho el ambientillo que tiene siempre, de bar de barrio de toda la vida.
Debería existir un A’Conchiña en cada barrio de Madrid, he dicho ;)

Excelente lugar! Muy buen ambiente, aunque siempre lleno. La comida espectacular y la atención de primera. Prueba el pincho de hamburguesa! Y las bravas ni hablar de lo buenas q son!

Si no es el bar al que más veces he ido poco le falta. Para tomar algo tranquilamente es perfecto, y como previo a la fiesta también está muy bien ya que los precios de todo son bastante normalitos.
Siempre hay ambiente (a veces incluso demasiado, hasta los topes!) y los camareros son encantadores.
Ah! Si vais no os olvidéis de probar el queroseno, nadie sabe exactamente lo que lleva pero… buenísimo!

¿Mucho mono de fritanga? ¡ay amigo, corre para la Conchiña!
Este local de barrio, en una esquina y pequeñito, suele estar a reventar ya sea fin de semana o no por una sencilla razón: tapas generosas que acompañan a las cañas y camareros que van con bandejas paseando más comida (gratis) por si no era suficiente.
La comida no es la quinta esencia pero las bravas están buenas, así como el fritangueo en general. Por si te has quedado con ganas o te aburres, también tienen cuenquecitos con pipas.
Creo recordar que las cañas son a 1,40 €, se tiran bien y te atienden camareros simpáticos, ¿qué más se puede pedir?

Estuvimos en Julio en Madrid pasando un fin de semana y, a la caza de tapeo, encontré este establecimiento muy bien valorado por internet. Apartado, no te lo encuentras si no lo buscas, la primera impresión es la de un bar más. Unas pocas mesas y la gente apostada en la barra. Era un domingo por la noche y, luego, descubrimos que era el último día antes de comenzar sus vacaciones. Por las fechas, imagino que tuvimos la suerte de que no estuviera tan tan lleno como explicaban los comentarios. Pedimos dos cañas (1,40 € cada una, creo que la más barata que tomé en todo el fin de semana). De pie, en la barra, como toca. Junto a la primera ronda un plato de bravas bien colmado. Calidad normal (creo recordar que eran congeladas) pero con una salsa exquisita. (Quede claro que estamos hablando de un bar-​taberna de barrio en el que la comida que paso a valorar te la regalan con la bebida, que a muchos, muchas veces, se les olvida). Antes de estar diez minutos, la primera sorpresa: un camarero con una bandeja de horno saliendo de la cocina y paseándose por la barra y las mesas ofreciendo montados calientes a todo el que quisiera (de forma gratuíta, off course!!). Para entonces yo ya llevaba la segunda cerveza, y cada vez que levantaba la mano para pedir una, una ración venía acompañándola (croquetas, muslitos de cangrejo, una montaña de pescaíto frito, costillas… con altibajos, todo sea dicho) sin contar los montados que cada 10 – 15 minutos sacan a pasear. La faena se acumula y los camareros, muy eficientes y serviciales se afanan a darte lo que te pueda apetecer. Repito: era el último turno antes de las vacaciones, lo que a todos nos hace ser más amables y, para lo que leí y nos comentó el propietario, era un día tranquilo, por lo que pudimos entablar varias conversaciones con los camareros, siempre muy agradables. La conclusión: que con una cerveza puedes inflarte a comer. Yo acabé con 7 u 8. Mi pareja con 3 o 4. Un detalle fue que al pedir una de las últimas rondas el camarero nos preguntó qué queríamos. Antes habían sacado una bandeja de montaditos de lomo con queso azul fundido. Mi pareja la rechazó, pensando que era otra cosa. Cuando se lo comentamos se fue corriendo a la cocina a buscarnos uno. Genial. Me gustaría volver a comer o cenar un día, ví salir una fuente de marisco (creo que en la carta eran 12 €) en la que no podía caber nada más. Al final, la cuenta no llegó a 15 € y comimos como para dos días. Para colmo, al pedir la cuenta, el dueño (lamento no recordar el nombre) nos invitó a la última. Como le dije al despedirnos, desde que volví a Valencia no he parado de recomendarlo y cada vez que alguien me dice que visitará Madrid «le obligo» a visitarlo. Además, son colchoneros por lo que este año lo estarán pasando en grande. Deseando tener una excusa para visitar Madrid para colarme en A’Conchiña. ES-​PEC-​TA-​CU-​LAR

El bar por definición, tiene todo lo que quiere un cliente para el que sería su bar preferido

Muy buen sitio para tomar cañas y unas tapas que las acompañen.
Como puntos negativos, se quedaron sin botellines, que no es un problema, pero que un bar un viernes por la noche se quede sin botellines… Es como el corte inglés sin productos el día de las rebajas…
Otra cosa que no nos gusto es que que nos pusieron 5 raciones de bravas seguidas, (muy buenas) y 3 de empanadillas (congeladas) mientras había otra gente a la que les sacaban más variedad.
No obstante muy buen sitio para unas cañas.

Buen bar para tapeo. He ido esta tarde. 4 botellines y 4 ruedas: 14 euros, incluyendo tapa de bravas, de croquetas y empanadillas, de boquerones, de calamares, de costillas, canapé de lomo con tomate y canapé de lomo de Sajonia… Los camareros super amables, y aunq no hemos hemos pedido raciones, he visto que están muy bien de precio. Genial!

Genial para tapear, aperitivos como una racion, empiezan con bravas que superan a las de Docamar y Sapama. Siguen com gambas gabardina, tortilla de patata, etc. Mientra tanto pasan bandejas con mas pinchos. Trato fenomenal, por eso esta siempre lleno.

A’Conchiña es de los bares de La Elipa que más merecen la pena, si no el que más. Y no soy la única que lo piensa, porque la única pega que le veo es que siempre está petado. Las raciones son muy muy buenas, pero es que no hace falta ni pedirlas, porque con la caña ya te ponen un plato generoso: el primero suele ser de bravas, que por mucho que digan que las mejores de esta zona están en Docamar o en Sapama, estas las superan (al menos para mí) y también ponen gambas con gabardina, calamares… de todo lo que se os ocurra (paella bien rica los fines de semana). Pero es que además de que con cada ronda no falta la tapa, continuamente están pasando bandejas de canapés de lo más variados y apetitosos; vamos, que con tres rondas comes bien y la calidad de las tapas es muy alta. Además tienen un salón contiguo para celebraciones, pero hay que reservarlo con tiempo porque también está muy solicitado: tanta gente no puede estar equivocada!

¡¡¡Otra ronda jefe!!!
Descubrimiento espectacular. Otro bar que se suma a la colección del tapeo Leones.
Este bar pequeñito y coqueto sito a dos pasos (tres si tienes las piernas pequeñas) de la calle Alcala y del metro Quintana, tiene siempre aforo completo gracias a la cuantiosa e ingente tapa o aperitivo que te sirven para acompañar esa cervecita fresquita. Ojo, no sólo es cantidad, no está carente de calidad. Ok! La tapa es más generosa que costosa. Ni es original, ni ganará una estrella michelín. Son tapas grasientas, trigliceridas y ricas en colesterol. Pero oye que ricas sientan, que de bien que saben, que placer es deglutirlas, como se van directamente al flotador o cartuchera. Y no sólo es la que te ponen cuando avanzas de ronda, sino que de vez en cuando, sacan directamente de cocina y pasean una bandeja de canapes, en este caso fueron un par de chorizo/​chistorra entre la multitud quienes se lanzan como buitres leonados sobre la carroña fresca.
Las tapas van rotando con velocidad y diligencia, desde unas patatas bravas bien ricas, recién hechas, con una salsa picantona del infierno, una tortilla de patata entera para los muchos que eramos (con cebolla eso sí), unas gambas a la gabardina deliciosisimas, canapé de lomo con salsa de cabrales, torreznos, palitos empanados.
Además, el bar de doña Conchiña tiene otra ventaja competitiva con otros bares de tapas. Grifo de Mahou verde clásica y un precio de caña acorde y de mercado. Tirado, vaya. 1,30 la caña, 2,50 el doble que no es doble, es jarrita de medio litro, que si la cerveza te llena o eres punki te pueden sustituir por calimocho.
Apunten! Sitio espectacular para comer y beber barato en un ambiente inmejorable aunque un poco saturado. Pasense que están que lo regalan. ¡¡Otra ronda jefe!

¡Nos gustan estos bares y no lo podemos negar!
Sí, sí, A’Conchiña es otro de esos sitios donde por 3 cañas comes… y bien. Es sorprendente la cantidad de tapas que ponen con cada consumición, y lo bueno que tiene que es además de estar muy buenas (no es nada fuera de lo normal, pero todo está riquísimo y con la cervecita entra que no veas) te sale más barato que en otros sitios, porque la caña tiene precio normal. Lo sé…os preguntáis que cómo es posible que negocios así saquen beneficios. Pues el único truco es que siempre está lleno: si ofreces a la clientela un precio asequible y un buen picoteo te sale rentable, nunca tienes el local vacío, y este sitio es la viva prueba de ello.
Los días de fútbol está hasta arriba (si juega el Atlético de Madrid ni os cuento), así que si ya normalmente es complicado hacerse hueco, esos días…en fin, es cosa vuestra lanzaros a una misión casi imposible.