#JuevesdeReseña Diría que desde que tengo 18 años, madrecita no ha llovido, voy a Cercedilla. Unas veces nos acercábamos en tren a hacer alguna ruta montañera chula y otras nos encantaba quedarnos a dormir en verano en uno de sus albergues juveniles que, al menos en aquella época…agueeeeeeeeela, tenía incluso piscina! Un día descubrimos que había unas piscinas naturales así como medio escondidas y probamos y oh! nos encantaron: D Casi nunca he estado en fin de semana y me imagino que se llenarán, pero, si haces como yo que la mayoría de las veces voy entre semana, en plan escapada de la ciudad, de algún que otro agobio o del calorazo de Madrid, son perfectas. No son como las de Rascafría, en plan más naturales, pero desde luego cuando llegas es como encontrar un oasis. Me encanta el paisaje y es que soy una enamorada de la montaña. Tienes mucho sitio para colocar tus bártulos pero tampoco te hace falta mucha cosa: unos cascos para escuchar música, un libro o tu tablet, la toalla y poco más porque si por ejemplo quieres comer algo, hay un bar dentro y tienen casi de todo. También disponen de una zona de vestuarios para poder cambiarte tranquilamente. Donde ahora vivo no tengo pisci pero muchos amigos sí, en las urbanizaciones, y la verdad es que prefiero coger el coche y pasar la tarde entre arbolitos y montañas.