Es un sitio alejado del casco urbano del pueblo en el que se puede desconectar, ir a ver los patos, cisnes y tortugas que pueblan su pequeño estanque, sentarse a leer un libro a la sombra de los arboles, acudir a la ermita en alguna de las romerias que se realizan de vez en cuando o disfrutar de un plácido domingo con la familia y amigos en alguna de las mesas y bancos que hay en la amplia zona de merendero a la sombra. También es lugar de encuentro de aficionados al ciclismo y al footing por la gran cantidad de caminos y rutas que lo rodean.