Choco

We went here December 30, 2015 and enjoyed it thoroughly. We arrived to find a clean, white minimalist interior in a relatively small space. White tables, chairs and walls with some wine glasses on a shelf at one end. We had a choice between a 12 course or a 14 (I think) menu. Daunting! How could anyone eat that much at 21:00?
But each of the 12 courses (we wouldn’t have dreamed of selecting 14) was perfectly prepared, timed and measured. They also matched local wines that we found so unique and fresh that we must buy some for home.
I won’t go into details of the food as it would be difficult to describe the chefs artistry but I was amazed that he combined fish and pork in several dishes with a delightful effect. Something I found very unique.
It was also a wonderful change to the classical Spanish food which can get a bit heavy after a week. This restaurant is worth every effort to visit!

Un estrella Michelín en Córdoba que ha nacido entre los fogones del restaurante familiar que linda puerta con puerta. La historia de este lugar es curiosa puesto que el barrio en el que está enclavado fue núcleo duro de la drogadicción ochentera y a pesar de que de eso ya no queda ni rastro, evidentemente, el barrio recuperado del todo no está. Pero, ay, hete aquí que aparece el Choco proporcionando comida de dioses en un barrio castigado y obrero #benditosea el respeto a las raíces.
Nosotros tomamos el menú llamado raíces que, como todos los menús degustación de los restaurantes de autor, consta de varios entrantes, primeros, segundos, terceros, postres, resopó y desayunomeriendacena. No es barato, eso hay que tenerlo claro pero sí es accesible para darse un buen caprichazo y disfrutar de algo que, siendo habitual y cotidiano, puede convertirse en una experiencia sensorial muy diferente y placentera.
No quiero hablar de los platos porque eso hay que probarlo.

One of my favorite restaurants of all times!!! This is hands down the best place I have enjoyed food and wine to the max!
The place is absolutely fantastic! Cozy! Very few tables. Set menu with several courses. Each one brought in so beautifully and artfully presented! It stimulates all your senses!!! Wines are amazing and so beautifully paired!
It’s a Michelin star restaurant which def deserves more than 1 star!!!
I would fly to this place just to eat here!!!

Es el restaurante insignia de Córdoba por el momento. No se come, disfrutas del arte culinario de Don Kisko.

El que tiene el renombre y la Estrella Michelín es el de al lado, el Restaurante. Pero el Bar Choco, el original y primigenio, tiene poco que envidiarle dentro de su categoría.
En pleno barrio de la Fuensanta, el Bar Choco está regentado por el padre de Kisko García (propietario del único restaurante con 1 estrella Michelín en Córdoba) y además de la tradición, se nota la mano de esta nueva generación en varias de sus propuestas.
Nos sentamos en la terraza, buscando la sombra porque el sol apretaba y mientras nos servían las cervezas que habíamos pedido acompañadas de un pinchito de chorizo frito (¡y que vivan las tapas de toda la vida!) le dimos un repaso a la carta. Buena variedad de platos y tapas. Fuera de carta nos cuentan que ese día tienen sardinas en vinagre (como los boquerones en vinagre, pero en sardinas) ¡Eso tiene buena pinta!
Pedimos:
— Media de las sardinas en vinagre que nos habían llamado la atención. Muy carnosas. De sabor suave y bien aliñadas. ¡Teníamos que haber pedido la ración entera!
— Media de salmorejo de pimientos asados. Muy, muy rico. Acompañado de un hilito de aceite de oliva virgen, unas lascas de jamón y otras de sal. Para comer con cuchara y rebañar el plato. Ya habíamos probado una versión de este salmorejo de Kisko García en el Mercado Victoria, pero nos convenció más en esta ocasión, quizá la textura o la presentación lo hacían más apetitoso en esta ocasión…
— Entera de tataki de atún. Correcta la cantidad y también de sabor, pero no destaca por nada en especial.
— Entera de empanadillas de verduras con curry. No son unas empanadillas al uso, sino más bien una samosas (empanadilla triangualares, con una masa muy fina y crujiente del estilo de la pasta filo). El relleno incluía patatas, guisantes y otras verduritas cortadas en pequeños trocitos, con un suave toque de curry. Acompañando una mayonesa de curry, que además de las empanadillas daban ganas de mojar pan, regañás y lo que se pusiera a tiro.
En cuanto al precio, acorde con lo que comes. Quizá sea algo más caro que el típico bar de Córdoba, pero no fue precisamente una comida a base de freidora.

El Choco es especial, no sólo el restaurante y su cocina, sino también el entorno.
Es como que no te lo esperas.
El sitio parece que está encajado entre bloques de los años setenta y un aparcamiento desordenado.
El restaurante por dentro es sencillo, colores claros, decoración mínima y muchos y cuidados detalles.
Tomamos el menú Raices, que la verdad es que constaba de mil platos… Un montón. Por orden de impacto, porque todo estaba bueno, el atún que quiso ser cerdo (y para mí lo consiguió), seguido del perol cordobés, del cochinillo asado, y la ensalada de algas, …, había algunos platos más, pero estos fueron los que más me gustarón.
Antes de empezar a comer unos pusieron con la bebida unos encurtidos de la casa y una manteca colorá (que estaba buenísima), además de un aceite que era de Cabra.
La verdad es que me fui satisfecho e impresionado. Y aunque quizá mi economía no me permite ir con asiduidad, si puede ser un local para momentos muy especiales.