El Social

Lo primero que tengo que dicirles de este restaurante es que tiene dos entradas: una de las entradas da a la calle peatonal de Lutxana y la otra, a Hurtado de Amezaga. La advertencia no es baladí si tenemos en cuenta que es un buen lugar para una cita. Allí concerté yo una hace un tiempo «» en la mesa de la entrada” y el resultado fue un doble plantón.
Hoy, después de bastante tiempo, he vuelto a comer su menú y he salido encantada. Pese a la crisis ni ha bajado la calidad de sus platos ni ha subido alarmantemente el precio.
No es un restaurante que quiera pasar por antiguo, sino que lo es verdaderamente. A mí me gustan sus amplias mesas de madera, su alto techo, su mostrador gris y blanco, su perchero rojo, sus grandes ventanales… En verano, cuando hace calor, como hoy, se agradece el airecillo que corre entre sus dos entradas… siempre preferible al aire acondicionado.