Windsor

Really good food and an excellent wine list, I have stayed in Barcelona many times and I have tried quite a few hotels and restaurants but this is the best.

In Barcelona but wishing you were in New York or San Francisco? This is the place for you. Nice service, nice food, by far the most expensive we have encountered in Barcelona — and little local flavor. Friends recommended it and my spouse really wanted to try it. It was fine but a dumb way to spend an evening in Barcelona. If you are here for two weeks and get homesick in the middle and feel like you are not spending enough, come here. Food is first-​rate, service is nice.

Hacía tiempo que no comía tan bien. Tomamos un degustación sorpresa el cual hace honor a su nombre en positivo.
La terraza espectacular.
El servicio de sala atento y profesional como en pocos sitios en Barcelona.
El relación calidad /​precio excelente para el nivel de la cocina y sala.
No le puedo poner un «pero»

El pasado sábado día 27, después de un día caluroso que hace que eches de menos el elegante invierno. Mis hermanos, padres y mi querida mujer, montamos una improvisada cena. Todos teníamos ganas de un viaje gastronómico, para ello se barajaron varios restaurantes y contra todo pronóstico, por la unanimidad que hubo, el sitio elegido fue el Windsor.
Local que había estado en una ocasión, pero esta era la primera desde que comento en Unilocal.
El Windsor es un restaurante clásico de Barcelona, y que recientemente han habilitado su patio interior en una preciosa terraza. A pesar de las altas temperaturas reservamos en la misma, aún a sabiendas del riesgo que eso conllevaba.
Mesa reservada a las 20:30, pronto, para ir con calma, sin agobios. El Windsor da la bienvenida al comensal de manera monumental. Todo elegantísimo, cuidando todos los detalles, refinado y señorial cual sinfonía de Vivaldi. La iluminación perfecta y su decoración exquisita.
Afortunadamente el Windsor ha renovado algo su carta, alejándose para bien de esos clásicos que se han quedado estancados en su propuesta gastronómica. Han añadido una carta de tapas o platillos y varios formatos de menús degustación. Nosotros optamos por compartir tapas y después un segundo para cada uno. Por tanto la velada aconteció con los siguientes platos:
Croquetas de carn d olla, sublimes, hechas como toda la vida, muy sabrosas; seguimos con los mejores buñuelos de bacalao de Barcelona, hechos al momento, rebozado de infarto, sabrosos, una maravilla, no he probado unos iguales, mi estómago me dio una patadita de alegría y todo; seguimos con unos maravillosos tacos de atún, crudos, ligeramente aliñados, una maravilla, pura mantequilla; continuamos con unas excelentes vieras con cítricos, de diez, en ese momento no me equivocaría si afirmara que todos los comensales llorábamos por dentro de felicidad; proseguimos con unos callos fabulosos, de receta más moderna que la clásica, pero en cualquier caso, lo dicho, fabulosos; anchoas del cantábrico de diez, como siempre, por su intensio sabor me recordaba a las Lolin.
Como plato principal acontecieron lo siguientes platos. Hablaré, si me permiten, del mío en primer lugar, ya que los otros sólo los probé brevemente.
Steak Tartare, acompañado de unas tostadas de cinco cereales y de patatas fritas. Impresionante, años atrás lo pedí y me sorprendió. A día de hoy y sin atisbo de dudas el mejor de Barcelona. Buenísimo, una maravilla, de diez. Quizá las patatas podrían mejorarlas algo más. Carne de una calidad sin parangón y por supuesto cortado a cuchillo. Probé también el rodaballo con verduritas, fresco, muy bien cocinado, pieza generosa. Y puede también probar un estupendo arroz de gambitas, una maravilla, gran sabor, intenso, perfecta la cocción.
Bañamos los primeros con un Albariño Santos Benito, buenísimo, intenso. Y los segundos por un Ribera del Duero, tinto PSCI-​Pingus de de 2.009, espectacular, ligero, suave, con un toque a madera. Dos botellas de cada.
Omitimos postres, tomamos cafés y tres gin-​tonics de Martin Millers perfectamente servidos.
Precio: 85 – 95 euros por persona.
A destacar.
Restaurante de gran nivel. La calidad de sus productos es sencillamente excelente. Gran cocina y gran chef. Servicio clásico, el que se espera de un restaurante de esas características, exquisito en el trato, atento, eficaz, con conocimientos de todo lo que se ofrece en la carta. La carta de vinos es muy extensa, con muchísimas referencias, es interesante dejarse aconsejar por su profesional sommelier. Ahora bien, sus precios son excesivamente caros, téngalo en cuenta. El comedor interior es muy bonito y amplio. La elegancia como he comentado es la nota predominante, restaurante de diez.
Para terminar mi mujer y mis hermanos nos desplazamos a la cocteleria Dry Martini, para tomar el último gin-​tonic de la noche, la elegida fue una refrescante Tanquerey Ten, muy bien servido como siempre. Lo degustamos con la satisfacción de haber disfrutado de una gran velada gastronómica y con la paz y tranquilidad que aporta el aire acondicionado.
Señores y señoras, no lo duden, en cuanto pueden vayan al Windsor y disfrutarán.

Seguramente la mejor sala de la ciudad en un típico piso del Eixample de Barcelona. Excelente cocina catalana puesta al día: cocina tradicional hecha con técnicas modernas. Una excelente bodega. Precios poco solidarios, aunque a mediodía hay un menú a 29 euros (sin bebidas) que merece la pena probar.

Short on local ambiance but long on sophisticated dishes, for English-​speaking visitors, Windsor offers an indulgent treat. The Time Out guide book nailed it when they mentioned that English banker frequent the place. We had just rolled into town that night so we went with it anyway, based on the emphasis on creative cuisine and proximity to our hotel. We loved our meals (chilled ox heart soup — really — and foie gras/​duck appetizer, then lamb, fish for mains) but rued our seating. We were in clear ear shot of a NJ banker and his wife, regaling colleagues of their hyper-​mundane «expat» stories. The wait staff and particularly the sommelier were really outstanding. He gently guided us to a Mauro, an interesting alternative to our standard Riojas.
Would still eat here again, apart from the fact that there are dozens of great places yet to explore that would deliver an authentic Spanish/​Catalan feel.

El Windsor es un restaurante clásico en Barcelona, de ambiente elegante, techos altos y mucha luz. He visitado este local dos veces: la primera acudí por una reunión de trabajo y realizamos un almuerzo ligero, pero me quedé con las ganas de hacer el menú degustación (hay uno por unos 40 € y otro por unos 65 €), así que repetí. La experiencia valió la pena, no es un restaurante económico pero se agradece encontrar un lugar tranquilo, espacioso, en el que no parece que estés inmerso en la conversación de la mesa de al lado y en el que el trato de los camareros es de lo más profesional. Me llamó la atención la presencia de productos locales de gran calidad: los platos con legumbres están riquísimos.