Sidecar

Local de culto en Barcelona. Ambientazo y diversión asegurados.

Nothing too special, but a solid option nonetheless for a place to dance that’s open till 6am.
It was 10 euros to get in after 3am with a drink, but maybe it’s cheaper if you have the mental capacity to plan the post-​3am part of your night before it actually arrives. I don’t know.

Nunca antes había estado en este local y resulta que es bastante conocido!
Se encuentra situado en Plaza Real, en la que se ubica su terracita. Puedes tomarte tu copa fuera o dentro del bar. Los camareros fueron amables hasta la hora de echarnos. Por lo visto tenían bastante prisa por cerrar. Las bebidas están bien de precio.
Hay unas escaleras que bajan a la sala de conciertos, pero no bajé a verla. Queda pendiente porque he leído buenos comentarios!

Side Car should just really be unlatched the main car altogether. Let me just say: house music should die. This DJ, sure beat it half way there.
I really also don’t love being trampled on, watching couples straight, gay, unsure what, almost fornicate in front of me. I understand that Barcelona is down with the double kiss but attempting to stick your tongue down my throat Mr. Local Is also unacceptable.
Smelly. Loud. Awful. Xsmall Vneck t shirts and rolled up capris. No thanks.

El Sidecar arranca con unas escaleras que llevan al inframundo, a un pequeño infierno de música y diversión. Desde mi punto de vista, es algo caro para entrar, pero después de todo es uno de los lugares de referencia de Barcelona, así que se suelta a gusto la pasta. Siempre que he ido ha sido para asistir a fiestas concretas, por lo qu no sé cómo funciona, digámoslo así, «de normal». A la que suelo asistir con periodicidad es a la que organiza el Plástico, un bar de Barcelona que redefinió la noche barcelonesa hace cosa de dos años y que desgraciadamente tuvo que cerrar. Por suerte sus ecos sobreviven en la fiesta que organizan eventualmente. El Sidecar es el incomparable marco que la aloja.
Esa es mi recomendación, que descubráis el Sidecar vía Plástico. Mataréis dos pájaros de un tiro.

Adoro el Sidecar, y aunque se llene hasta los topes me gusta ir. Su secreto, la música que suena, la clientela y la caspita del local, hasta eso mola. Vamos por partes, la música, puede variar según el Dj (también hacen conciertos y fiestas temáticas) pero se mueve entre un pop electrónico a un rock alternativo, y aquí escuchas los ya clásicos Nirvana, como gente muy consolidada como los Placebo o grupos que acaban de sacar su primer disco. La clientela de todo, y según la temporada mucho turista, pero gente más o menos del rollo. Lo peor, las colas de los lavabos, pero en fin.

Siempre que he ido a Sidecar ha sido para ver un directo. Me gustan los lugares pequeños para conciertos (siempre que se sepa de antemano que la sensación no será extremadamente agobiante en la pista, es decir, siempre que el grupo no mueva grandes masas).
Y me gusta porque el sonido es bueno y porque parece que los que hasta allí hemos llegado hubiéramos quedado antes para contratar los servicios de una banda, que durante una hora parece nuestra.
Además de los conciertos, en lo que a dj’s se refiere tiene una programación bastante variopinta. Sidecar es de esa clase de garitos que procura dar guerra todos los días de la semana.

Que decir de un sitio de donde me han echado mas de una y mas de dos veces…
Bueno, que si me siguen largando es porque sigo yendo… y por algo es.
Sidecar es un clásico de la noche barcelonesa. Puede que no forme parte de la élite, que no este en ese grupo de 3, 4 locales atemporales que lo petaban y seguirán petándolo toda la vida, pero es, al menos para mi, uno de los mejores antros de esa segunda línea de parrandeo. Quiero decir, cuando ves que no vas a poder entrar en X local masificado, una de las primeras alternativas será, sin duda, Sidecar.
La música que pinchan depende del día, pero el ambiente… el ambiente siempre esta allí y es bueno, de lo mejor. La gente se aprieta y disfruta haciendo corrillos, relacionándose con más facilidad (quizá por la proximidad… en serio, puedes llegar a estar MUY apretado…) que en otras discotecas y tratando de evitar que le saquen del local (bueno, nose, a mi me pasa).
Sea como sea, el buen ambiente y el buen rollo reinan por doquier.
Puntos negros: uno, únicamente. Beber allí es muy caro. El truconsejo de Bernat: al pedir una cerveza, amablemente tantea la posibilidad de que te rellenen el cuello de la botella con algo de tequila. Suelen hacerlo y te llevaras un chupito by the face.

El Sidecar es un todo en uno: es un bar de la Plaça Reial, en el que puedes tomarte unas copas dentro o en la terraza e incluso puedes ver algunas de las proyecciones de cortos que hacen de vez en cuando. Pero si bajas al piso sótano también es una discoteca ideal para celebrar conciertos de pequeño formato, de grupos emergentes o sesiones de Dj’s.
El local semi-​adoquinado recuerda a los garitos del Manchester de los 70, en el que se gestaron grupos cómo Joy Division o los Sex Pistols bajo el auspicio de La Factoría. De ahí que el Sidecar se llame «Sidecar Factory Club».
Es un local perfecto para tomar algo, dejarse liar y acabar a las tantas de la madrugada. Eso si, en verano ahí abajo te mueres de calor.

Esta es de las discotecas que me gustan a mi. Según el día que vayas, escucharás un tipo de música u otro. Yo he ido los sábados que te ponen música indie pop y rock, y los lunes, donde si te gusta el rock de los 70−80−90 puedes asegurartae una noche de bailoteo máximo con triple salto y doble tirabuzón.
No se pasan con el precio de las bebidas, cosa que se agradece en el centro de Barcelona. Es muy pequeño, parece un subterraneo nublado… sólo le faltan las estalactitas!

Hace poco tuve un lunes negro; todo me había salido mal, así que decidí rematar la jugada de bailoteo y evitar pensar que el día siguiente se planteaba todavía peor. Enganché a una amiga en paro (la entrada al Sidecar los lunes son 5 euritos, se lo podía permitir) y acabamos dándolo todo en la sesión de Rrrrrocky Mondays de los lunes. La noche nos cundió de lo lindo y a las 5 de la madrugada cerrábamos el Sidecar habiendo dejado el listón bien alto. Todos los lunes deberían acabar así. Lo peor vino el martes, aquel martes fue aún más negro que el lunes… pero ¡que me quiten lo bailao!

Esta esquina de la Plaza Real es una zona telúricamente destinada a noches endemoniadas. Seguramente durante el Neolítico, en estas mismas coordenadas, se realizaban extraños bailes libidinosos al ritmo de palos y piedras. Luego se convirtió en una barra americana en la que los marineros del puerto encontraban calor, en todos los posibles sentidos subjetivos del término: alcohol, música, chicas, compadreo en general y gresca. Y hoy es el mítico Sidecar, sala de conciertos Indie-​Pop célebre y muy amiga de las actuaciones sorpresa. El ambiente es de esos de ir con ropa muy fina, para caber entre la gente, o mejor, sin ropa.

Si una noche te decides por salir al Sidecar, te puedes encontrar con una sala de conciertos, una sala de discotequeo o una ‘fiesta especial’ tipo RRRoky Mondays, Fantastic Tuesdays o Plastico Party. Como norma general, escucharás música indie-​rock aunque dependiendo del día puede tirar más hacia los DJ sets electrónicos o más hacia el punk-​garage de los 70. Por eso te recomiendo que te mires el programa antes de ir para evitar encontrarte con una sorpresa.
Para mis gustos musicales, el Sidecar no me ha fallado nunca. Fui hace muy poco al concierto de THEE VICARS y estuvo guapísimo. Además era una fiesta Jägermeister y nos daban chupitos gratis sin parar. Entrar te puede costar desde 5 euros con consumición hasta más de 10 sin copa si hay un concierto determinado. Por eso insisto en que te mires la web antes de ir. Si no vas demasiado tarde, verás que hay mesas en la calle donde se está de lujo tomándote una caipiriña antes de bajar a bailar. El problemilla que tiene este local son las dimensiones. No se si es tu caso, pero a mi me gusta tener mi espacio para bailar y en el Sidecar te tendrás que quedar bastante atrás, cerca del guardarropía, si quieres bailar a tus anchas. Y si tienes que ir al servicio, ves al de arriba porque pasar por la pista de baile se puede convertir en toda una odisea y eso que estamos hablando de una sala pequeña, subterránea, pero siempre a tope de gente cool (y lo digo en el buen sentido de la palabra).

Ese día lunes andaba de bares con un amigo que sacó a pasear a dos turistas americanas que se estaban hospedando en su casa. Primero fuimos a un par de bares para encender motores. A las 02:15 entramos al Sidecar. Había que ser puntual ya que las entradas gratis son válidas hasta las 02:30. Más tarde me enteré que uno de los bares visitados siempre tiene los tickets gratis para la fiesta de los lunes.
Para entrar en la discoteca tuvimos que bajar al subterráneo. Era noche de Rock and roll! Hacía tiempo que no veía tanta gente vestida de negro con pelo largo liso, como anticipando la revoleada de cabellera que luego lucirían.
A veces hay bandas en vivo pero esa noche eran dos djs. A la media hora el lugar ya estaba lleno, como de costumbre, y grupos como Metálica se encargaron de animar a la peña. Fue curioso descubrir que la mayoría de las chicas eran turistas que ni idea tenían del tipo de fiesta. Pero no les costó aclimatarse y terminaron compartiendo con los más fanáticos del local.
Para mi desgracia las americanas no tenían mucho carisma y su aburrimiento se hizo patente pasada una hora. Al final quedamos solos con mi amigo revoleando las cabezas para olvidar.