Es unos de los múltiples bares que hay en el barrio de Gracia. Tienen diferentes cocteles y cervezas, incluso tienen una pequeña carta de platos. Su decoración es genial, muy vintage; el local tiene los tubos por fuera(me recuerda a una fábrica), y los muebles me recuerdan a los de casa de la abuela. Al fondo del bar se encuentra un proyector dónde transmiten partidos de fútbol y cuando no, hay reproduciendo películas clásicas en blanco y negro. Lo mejor el servicio del camarero mexicano, es un genio!
Patricia M.
Tu valoración: 4 Barcelona
Últimamente Le Standard huele a queso, hasta que no llevas 5 minutos dentro no puedes dejar de pensar en que las cámareras están hechas de queso o que tienen un queso muerto en el almacén. A parte de eso, está fantástico, suele haber sitio incluso un viernes por la noche pero tampoco está muerto. Las camareras no es que sean ultra profesionales pero dicharacheras lo son un rato. Es el típico bar de a bajo de tu casa que podría salir en una serie tipo Friends o How I met your mother.
Álex R.
Tu valoración: 4 Barcelona
Hay bares en los que no tienes que pasar demasiado tiempo para saber que tienen algo especial. Desde fuera ya se ve que Le Standard es un lugar con una personalidad muy pronunciada, alternativo y con un punto underground, gracias a los muebles que parecen recogidos de la calle, y a las baldosas blancas de la pared. Es un local iluminado con velitas, lo cual le quita un aire que podría tener de cierta agresividad(la música agitada puede contribuir a ello) y lo convierte en un entorno más romántico y acogedor. La verdad es que me quedé impresionado muy rápidamente por el local. Tiene encanto y estilo, y además la camarera hablaba con un marcado acento francés, lo cual resulta siempre algo delicioso y cautivador. No solamente se dedican a servir bebidas, sino que exponen fotografías y organizan concursos en los que puede participar cualquier cliente como expositor, o como jurado. Este tipo de iniciativas demuestran la importancia que le dan a la cultura, y las ganas de explotar todas las potencialidades que ofrece un bar, a nivel social y de comunidad, más allá de ser un mero dispensador de bebidas.