Bodega La Peninsular

Fan fan fan pero que muy fan de La Peninsular!!!
Estar con unas flautas, al son de Lole y Manuel con unas bombas especiadas en su punto justo y de buena consistencia, (para que andarse con tonterías), pone los pelos como escarpias!
El personal es atentisimo, el local, autentico y la comida, abundante y sabrosa.
Me faltó probar el bocadillo de cochinillo y los jueves de concierto flamenco en el bunker de la guerra civil, asi que. toca volver y a disfrutarlo!

Solid 3.5. Definitely overhyped on the ‘other’ website that says in Top 100, but the potato croquette, chorizo, deep fried squid were tasty but bravas fries, razor clams n escargots just ok.
Great red sangria for sure.
A bit into the side streets off the main road.
Good service n excellent English.
Casual bar feel.

Si buscais un buen local en la Barceloneta donde os ofrezcan buenas tapas, cañitas y vinicos a buen precio, este es sin duda La Penínsular.
El lugar es muy auténtico, con entrada por las dos calles que ocupa el local, con un pequeño comedor con varias mesas y una barra grande de esas que apetece sentarse alli a zampar mientras charlas y disfrutas del movimiento de detrás de la barra.
Tienen una parte de abajo para grupos que recomiendan usar fuera de la temporada de verano, porque sino te asas de calor.
Recomiendo el arroz negro, buenisimo!

Bodega reformada con mucho gusto donde comer buenas tapas de calidad sin pagar precios desorbitados. El local es agradable y aunque se trate de una bodega de la Barceloneta, se ve muy moderna y limpia. Dispone de una jude-​box auténtica :)
En la planta de abajo encuentras lo que fue un búnker de la guerra civil, siendo hoy en día un espacio acogedor donde tomar y picar algo. Sé que hacen catas de vinos también.
El personal es profesional y muy atento. Si estás por la Barceloneta dale una oportunidad y seguro que no te defraudará.

Un bar incluido en la ruta de la tapa por la Barceloneta de Moritz.
Su tapa, la «tortilla de camarones».

Excelentes croquetas. Calidad, vale lo que se paga. Marisco fresco y bien ejecutado, nada de fritanga, caña bien tirada y vermut muy rico. bueno para los cazadores de bravas

El sitio es genial, adornado en plan bodega. El personal muy agradable y con buenas tapas calidad-​precio. El vino muy bueno pero sobre todo el vermout. Las bravas estan muy picantes y sabrosas! Y los morros increibles. Asi que no esperes a probar el vermouuut mmmmmm

No podría definir mejor La Peninsular de como ya lo ha hecho Edu.
Particular local al más puro estilo entre cañí y andaluz, una mezcla explosiva a la que si le unes un trato genial por parte del personal, unas cañas bien tiradas –que fue lo único que probé, en esa ocasión, pues estábamos de paso adentrándonos en nuestra particular ruta– a precios de escándalo para los tiempos que corren y unas tapas que pintaban de maravilla tras la barra, puede ser una mezcla de alto voltaje.
El local me gustó bastante, pues tiene diferentes toques y estilos, como su particular homenaje a la patria con banderas de España y la cabeza de toro predominando en la misma, o como los bidones que puedes observar en lo alto de la larga barra con los diferentes exquisitos caldos que ofrecen, así como los cuadros de la sala colindante o la decoración retro vintage que también puedes encontrar por el local, como la radio de la cual os adjunto fotografía.
Los dueños, originarios de Cornellà de Llobregat, como bien me explicó quién allí me llevó, no podían ser de otra manera que majísimos, muy amables y simpáticos en todo momento.
He de decir, que he de volver para probar alguna de sus especialidades de las que tanto he oído hablar, ¡ya tengo ganas de volver, para echar unas rises más en el pintoresco lugar!

Exaltación de la cultura cañí en la Barceloneta: toros, banderas de Ejpaññia, cañitas, tinto de verano, callos…
Los propietarios del «La llibertària» i «El colibrí» del Raval han probado suerte con este pulido local escondido en una callecita de la península independiente. Su recetario se basa en la zona de origen de sus encargados, Cornellà de Llobregat, de una fortísima influencia de inmigración andaluza y extremeña. De ahí que sus especialidades sean: oreja, morro frito (sin duda, el mejor que he probado en mi vida), croquetas de jamón, tortilla de patatas… pero claro, también hay espacio para la fusión con las cosas locales: patatas all-​i-​oli, vermut de Reus, caracoles, clara de cerveza (con limón y de marca Moritz).
Tranquilos, que por la sublimación de lo patrio, no se trata de nada rancio, está todo muy limpito, los chavales son supermajos y no está masificado (todavía). Precios de p.m. para tiempos de crisis. ¡Arriba el colesterol!