Los que piensen que ir al Bingo es propio de la gente mayor… ehem, bueno, es posible que tengan toda la razón. Pero eso no quiere decir que no pueda ser divertido. Además, es un tipo diversión que saca lo mejor de la gente mayor, que les ayuda a afinar esos reflejos que después utilizan para saquear las meriendas gratis de los casals de jubilados. Pero bueno, a lo que vamos. Lo mejor es ir al Bingo una de las noches entre semana en las que no hay mucha gente. Entonces los premios no son tan cuantiosos, pero es más fácil que te toque algo. Las copas y las cervezas salen muy baratas. También hay que procurar ir los días que dan regalos a la salidad. Sí, sí, regalos. Los martes, jueves y sábados te dan algún obsequio si te quedas más de una hora. La primera vez que fuí salí vestido con un pijama nuevo, y mi novia se llevó una ensaladera para su madre. O sea, que vas un par de veces y te haces un ajuar. Y esto ya es lo máximo: si encima resulta que es el día de tu cumpleaños, te regalan una tarta y una copa de cava. Y ya has cantado bingo.