One of the first things you should get straight at Bar Fidel is that this is *not* a Spanish business; it’s a Catalan one. The owner will hit you over the head with this fact. I know it’s a big deal and I know people have bad days but this gentleman was in a mood if ever one was. On one hand, I was happy with the non-touristy, local experience I was getting. On the other one, I found myself longing for a touch of tourist consideration. Even though Catalan is the word of the day at Bar Fidel, you won’t get(too many) bad looks by speaking in Spanish. Try to avoid speaking in English. Also, avoid ordering sangria. Not only is it not an option, it makes the owner not want to suffer fools and to complain about people coming to his city and wanting such ‘pedestrian’ libations. Get your wine and keep it moving. You’re at a local’s pub, so keep it simple: salad, sandwich, wine, and/or beer. These are your choices… and I had all four. Were I to come back, I would settle on a liquid diet. My crab salad had much too much mayonnaise(you know how I feel about mayonnaise) for my tastes and my salmon baguette — while an interesting mix of fish, dill and roquefort cheese — was, ultimately, too pedestrian for a dinner item(although as a lunch item and paired with a beer, it would have been a good fit). The onus was on me to do more research. I didn’t. I thought I did but I didn’t. My ill preparation, however, was compounded by the awkward atmosphere I felt from the owner. I always advocate going off the beaten path and trying to get a more local feel of a city. If I were to come back here, though, I would make sure I did it with a local… who spoke fluent Catalan.
Ruben B.
Tu valoración: 5 Barcelona
Avui hem decidit fer un clàssic del raval. Com sempre que hi vas al arribar et fan esperar una estona, aquest lloc sempre està de gom a gom però els seus entrepans valen la espera. La decoració està cuidada i tenen làmpades del petit princep. Ens demanem dos clàssics recomanats per la cambrera, el fidel i el quadrofenia. El fidel porta pernil canari, formatge de tranxete, orenga i pollastre, està molt bo, de fet porta el nom del bar i és el protagonista. El quadrofenia m’ha semblat brutal, porta pollastre, ceba, formatge brie, paté i herbes. tot amb un pà cruixent. Sencillament increíble. Molt bon lloc, bons entrepans i bona atenció.
Sofía B.
Tu valoración: 5 Madrid
Ventajas que tiene ir de turisteo por Barna con alguien que ya vive allí: pues muchas, pero entre ellas se encuentra conocer sitios que de otra forma te habrían pasado desapercibidos y quedarte prendada para siempre. Los bocadillos del Fidel a primera vista pueden parecer unos bocadillos corrientes… hasta que los pruebas. Calientes, crujientes, deliciosos, increíbles. El que yo elegí, después de mucho meditarlo, tenía foie y ¡madre mía! Prometo que me cambió la vida. Como comentario, informar de que la camarera que nos atendió se dirigió a nosotras todo el rato en catalán. Para mí no es ninguna molestia aunque no lo hable, pero si eres sensible a estas cosas quedas advertido. Aunque perderse un buen bocadillo por esa tontería no tiene perdón.
Antonio L.
Tu valoración: 5 Hainesport, Estados Unidos
Los bocadillos están increíbles! En pan lo sirven caliente, pasado por una especie de sandwichera que le da un delicioso toque crujiente. Muy recomendable el de lomo con cebolla, crema y pepinillo, con sabor dulzón pero la vez que ligero. Sin duda volveré a repetir sitio. Además, el servicio es muy amable y el cocinero un bromista y un crack. Abierto de lunes a sábado
Philippe M. F.
Tu valoración: 5 Barcelona, Spain
Only ever had the sandwiches here but they are fantastic. The bread is perfectly crisp and the combinations are creative and work very well. For example the chicken, duck mousse and camembert sandwich is a highlight. Addictive!
Doro T.
Tu valoración: 5 L'Eixample, Barcelona
Imprescindible hacer una paradita en esta gruta en el centro de Barcelona. Desde hace años que para nosotros son los mejores bocadillos de la ciudad. ¡Sin duda alguna! Están hechos con mimo, poco a poco, con materiales naturales y de excelente calidad. ¿El resultado? El pan cruje entre los dientes y los ingredientes se deshacen dentro de la boca. El bocadillo mejora a casa bocado y te comerías toda la carta. Otra de las razones para esperar un ratito en la barra para sentarse en una mesa es el precio. Entre 6 – 8 € por persona. ¡Perfecto! El servicio es el mejor, como siempre. A pesar de haber muchas mesas y que a veces las camareras vayan un poco estresadas, cuando te atienden lo hacen con una profesionalidad supina. No dudéis en ir y disfrutar del Trifásico, el Victoria, el Incondicional Roq… Cualquiera os deleitará.
Laura S.
Tu valoración: 4 Barcelona
Excelente, buen trato los bocatas espectaculares variedad para elegir… Lo recomendado las patatas bravas únicas!!, a no perdérselas!!! Por medio día se puede ir con niños apenas hay gente por la noche hay q tener paciencia igual solo hemos esperado 20 minutos.
Eva R.
Tu valoración: 4 Barcelona
Discreto desde el exterior, ni te imaginas que este sitio pueda tener de los mejores bocadillos de barcelona. Las apariencias engañan y el Bar FIdel corrobora eso de que los sitios más simples suelen tener la mejor comida. Fue un auténtico suplicio elegir entre sus ¡más de 60 bocadillos diferentes! Aquí se adaptan a todos los gustos: vegetarianos, carnívoros, amantes de las conservas, el queso… hay de todo pero recomiendo salirse de lo habitual y pedir un bocadillo diferente. Las mezclas que parecen raras son las mejores. Tienen tantos bocadillos que en su carta los clasifican en bocadillos gourmet, como el de tres quesos o el de salmón ahumado con crema de roquefort: los bocadillos«gambusinos», como por ejemplo el de atún, cebolla y queso fundido; bocadillos de carne, como el de lomo con mayonesa y salsa perrins. Y para los vegetarianos también hay unas cuantas variedades deliciosas, como el bocadillo de roquefort, camembert e higos secos. Y si te quedas con hambre puedes elegir entre sus buenísimas tapitas: croquetas caseras, tortilla, tabulé, empedrado de bacalao con alubias… O unas patatas bravas muy originales, que merece la pena probar. ¡Un sitio para volver muchas veces!
Elena M.
Tu valoración: 4 Madrid
¿Cómo no ir al Fidel cuando tu hermana vive encima? La tercera vez de visita y era ya una parada obligatoria. Al principio me tiraba mucho para atrás que me dijeran que era relativamente caro y tardaban mil años en atenderte. Por eso elegí bien venir en verano y entre semana. La carta es muy extensa y tardas en decidirte, pero bueno como no puedo tomar leche, pues me pierdo todos aquellos que tiene queso y la cosa se hace más pequeña. Me pedí un Victoria de Lomo, una cosa riquísma la verdad, con salsa Perrins, pepinillos, cebolla y mayonesa. Algo delicioso, pero… por dios que pequeños son!!! En cuanto al precio, pues sí, caros, pero un poco más elaborados que la mayoría de los bocatas comunes y eso pues hace que sean más caros y se entiende. Lo que me ponía nerviosa es que tardasen tanto en tomar nota y traerlo, más que nada porque queríamos ir al cine de verano y no llegamos a pillar amacas :(
Estela C.
Tu valoración: 4 Barcelona
Este bar es el típico bareto ravalero al que no entraría por iniciativa propia lo que viene siendo«nimuerta». Entre otras cosas porque está en una esquinica de la calle Joaquín Costa y mi escaso sentido de la orientación y las muchas leyendas que alimenta el Raval no me permiten alejarme de mis rutas preestablecidas en el Google Maps. De hecho, entramos en el Fidel por la recomendación de la amiga de una amiga. Mucho mejor, mi amiga lo había buscado sienes y sienes de veces infructuosamente… curioso porque cuando fuimos fue meter«Fidel» en el buscador de Unilocal,el «cómo llego a este sitio»(que a mí me parece el mejor invento desde la rueda) y ¡voilá! la bolita verde indicaba que estaba a escasos pasos… sería eso o las cervecitas que nos habíamos tomado antes que igual nos dieron cierta preclaridad… quién sabe. La cuestión es que una vez allí me reafirmé en mi idea. Es un bareto de los de toda la vida, vamos que no aparecerá nunca en una revista de tendencias… ni falta que le hace. Es pequeño, ruidoso, está petado… pero tiene una fama que le precede y que suscribo porque es bien merecida: hacen unos bocadillos increíblemente buenos. Nos sentaron en una mesa, nos dejaron la carta, grasienta, trotada, manoseada, pero la lista de bocadillos que figuraba en ella ya dejaba clarito que aquello iba a ser una cena de leyenda. Y efectivamente. Los bocadillos de este lugar son maravillosos, de los mejores de Barcelona: el pan es de leña, con la harina que te cae en los pantalones según vas mordiendo, y las mezclas son originales y potentes. Yo me comí uno de queso brie con fuá con el que todavía se me hace la boca agua. No he comido nada igual en esta ciudad, en serio. Lo sencillo elevado a la máxima expresión y de la mejor de las maneras. Si buscas un buen bocata, busca bien el Fidel y aquí lo encontrarás. Palabra.
Agustín P.
Tu valoración: 3 Barcelona
En Barcelona es costumbre tomar cañas y que no te pongan nada que llevarte a la boca. Si estás por el Raval y de repente sientes que estás hambriento el primer lugar que te viene a la mente es el Fidel, famoso por sus originales bocadillos elaborados artesanalmente. El local es un poco oscuro y suele estar lleno, por eso si vas con prisa te recomiendo paciencia porque tardan un rato en ofrecerte una mesa. Dispones de 60 opciones de bocadillos divididos en 7 categorías(gambusinos, gourmet, de queso, de lomo con especies al horno, jamón canario ahumado, salchichas cocidas al vino o pollo.) Además también sirven once variedades de ensaladas, pasta y una ensaladilla rusa de las mejores que he probado, y eso que no lleva aceitunas. Siempre que vuelvo al Fidel tardo un rato en elegir, voy al servicio y cuando vuelvo, mis amigos ya han decidido por mi: combinado de pollo con queso de fundir y pimientos del piquillo
Alicia Á.
Tu valoración: 4 Barcelona
Casi siempre tienen un personal joven que atiende las mesas con simpatía. Unas veces de manera más pausada que otras, pero con simpatía. En el Fidel sirven algunos de los mejores bocadillos de la ciudad. Ensaladas y bocatas de mezclas sugerentes y sabrosas. Presentación muy cuidada. Menú del día que ronda los 8 euros. El bar Fidel es ideal para hacer una parada en día de estudio o de trabajo y después volver a la tarea sin que a uno le pesen estómago y párpados por guisos elaborados a conciencia.
Abel F.
Tu valoración: 5 Barcelona
Ruta de bocatas por el Raval! Hay una especie de constante, inalterable como la ley de la gravedad, que se manifiesta en casi todos bares de bocatas del Raval, y es que son tardones a más no poder. Pero puede que en ningún otro sitio esté tan justificado como en el Fidel, porque(almenos de noche) siempre está lleno hasta la bandera. Puede que tardes en poder sentarte; que tardes en pedir –en parte porque la carta es muy extensa y, joder, todo tiene buena pinta. Para aligerar, yo siempre pido algo que lleve roquefort– y que tardes en ver llegar tu bocata. Para que luego te lo comas en un pis pas y tengas que pedir otro, porque están de muerte. Al mediodía, el ambiente es más relajado.
Borja B.
Tu valoración: 5 Barcelona
Según mi gusto y criterio, los mejores bocadillos de la ciudad, en calidad pero también en variedad. En este local de éxito se puede comer los bocatas convencionales, aunque aquí son minoría y merece la pena perder unos minutos buceando en su extensa carta, con una cincuentena de variedades, la mayoría con tres o más ingredientes. ¿Mi favorito? El Incondicional, con queso Brie, espárragos trigueros y pechuga de pollo, aunque la promiscuidad entre bocadillos es inevitable con tanto y tan bueno. Además, cuentan con una docena de ensaladas –algunas de ellas nada obvias– también muy recomendables. Siguiendo con favoritos, en este campo está la Egipcia, a base de lentejas, menta, tomate, cebolla, unas gotas de limón y véte a saber qué más, puesto que la intento reproducir en casa y no hay manera… Entresemana y en horario de mediodía sirven una fórmula también muy recomendable, un plato del día con una copiosa ensalada, a menudo con base de pasta por menos de 8 euros. ¡Y es que encima los precios son muy competitivos! Por todo ello, no es raro que a menudo esté bastante lleno, aunque merece la pena esperar. Para poner una pega, aunque sea ridícula, en la mayoría del local no hay cobertura de teléfono móvil. O quizás es una virtud, puesto que, para comer, la tranquilidad siempre es buena compañera.