Ateneu Barcelonès

Solo para socios… vale la pena venir a relajarse en el jardin, tomar un café, leer un libro o el periodico. El silencio es lo mejor. La biblioteca es digna de una visita y la agenda de actos tambien es un lujo. Musica, conferencias, etc.

¡Genial! De esos lugares que valoras cada vez más, presente pero apartado, ruidoso pero tranquilo. Institución histórica (150 años no se cumplen cada día) no sólo de la ciudad sino de toda Cataluña. Como dijo Josep Pla, «sensación agradable de tener un refugio».
Cuando subes las escaleras, ya notas el olor a años, a cultura, a reuniones secretas, a establishment, a poder, a historia… Los nombres que han pasado por aquí no darían para esta crítica, y esto tampoco es un resumen de su historia, pero os recomiendo mirar su web.
Sí que es verdad que en la biblioteca (fantástica) no te acostumbran a dejar entrar –ya me parece bien– pero a la cafetería, a las salas de conversación (hay alguna que te aporta un plus a tus palabras, clásica, profunda ella misma, bonita) y al jardín interior, he entrado más de una vez, y de dos y de tres. A veces, para una rueda de prensa, a veces para hacer una entrevista, a veces para leer, a veces para mirar… El jardín es un rincón para estarse.
Alberga todo tipo de conferencias y ciclos, además de l’Escola d’Escriptura, que ofrece múltiples cursos para aprendices o para enseñados, talleres, charlas, etc.

Es un valuarte de la ciudad. Un edificio antiquísimo pero totalmente reformado que cuenta con slas de conversación y espacios para reuniones y salas de estudio. Además alberga a instituciones como el Colegio de Escritores de Cataluña.
Con una programación anual de más de 500 actos de todos los ámbitos de la cultura y del debate intelectual ofrece una gran posibilidad de expandir nuestro conocimiento y capacidad de debate.
La cuota que se pide mensual es de 27 € y encima se puede desgravar un 40% de la cuota abonada en la declaración de la renta.
Quién dice que la cultura no ayuda a las finanzas?

Aunque en su web hablen del bar y el maravilloso jardín romántico como lugares de uso exclusivo de los socios del Ateneo, la verdad es que se puede intentar entrar sin que nadie te diga nada. Otra cosa es la biblioteca, que es totalmente fascinante y a la que, después de inmiscuirme varios días en mis tiempos universitarios, acabaron pidiéndome el carnet y ya no pude volver a entrar. Durante el verano parece que abren un poco el cupo y permiten realizar comidas y cenas en el jardín en el horario del Ateneo, para grupos de entre 6 y 20 personas, con previa reserva, y siempre y cuando el 50% de sus asistentes sean socios de la entidad. Un lugar histórico exclusivo, que deja en las puertas a mucha gente interesada.