Sí, es verdad, soy una adicta al queso. Lo reconozco. Si tuviera que prescindir de algo de mi alimentación, sería lo último en desaparecer, si no que le pregunten a mi médico… Hacía tiempo que había probado los deliciosos quesos de esta quesería de Almedíjar, pero siempre por transferencia, nunca habíamos encontrado ocasión de ir a la quesería en sí, y eso que a por agua solíamos ir antes a la zona con frecuencia. El pasado domingo aprovechamos que estábamos allí y que nos habían dicho que abrían hasta las 14 ¡¡y no nos lo pensamos! Lo primero que me llamó la atención, además de lo pintoresco del rincón, fue el embriagador olor a quesos que inundó mis sentidos nada más cruzar la puerta. ¡¡Estaba en el paraíso! Es un acogedor lugar con una mesa central llena de los quesos de la zona: Peña blanca, Espadán, Extramuros, Tronchón, Majadales… Unos de oveja, otros de cabra, unos suaves, otros curados… ¡¡y todos lo puedes probar! Estuvimos casi media hora sólo para decidirnos. Cuando ya creías que uno era el mejor, probabas otro que te quitaba el sentido. Claro está, nos llevamos tres. Y porque había más gente esperando que si no, abrimos un vino allí mismo y le hacemos la cata a todos. La tiendecita además tiene vino artesanal y variadas mermeladas caseras. La atención es muy agradable y la mujer encantadora. Los precios no es que sean baratos precisamente, pero por unos quesos caseros de calidad bien vale la pena el esfuerzo, aunque sea de vez en cuando. Os recomiendo la visita a Almedíjar, en plena Sierra de Espadán: tiene paellero, merendero con mesas junto a la fuente, preciosas vistas, mucho árbol(hay una preciosa zona de alcornoques hacia arriba)… ¡¡y una quesería estupenda!