Bar familiar típico, pero con una carta curiosa y amplia para lo que suele ser un bar de pueblo. En pleno centro de Almargen y con una plaza estupenda delante para niños y mayores, se encuentra este bar que no lleva mucho abierto pero que ha ido de menos a más, hasta convertirse en un sitio habitual si estas en el pueblo. La carta bien apañada en todos los sentidos, precios reducidos y calidad buena. El sitio en si no es muy grande pero con el velador exterior se compensa un poco. El servicio es familiar y lo más ágil que pueden. Cerveza Cruzcampo como referencia pero sino tienen otras marcas también. Recomiendo el Twister de langostinos, la tosta de sobrasada, cheddar y parmesano crujiente; fideos con gambas y alioli y la carrilla.