Es un típico sitio para almorzar, que en las tardes ofrece una oferta interesante de sánguches y cervezas artesanales para disfrutar. El menú sale aproximadamete 3800 e incluye ensalada, sopa, plato de fondo y postre, la comida no es mala pero tampoco espectacular, encontré que de todo lo que comí el plato de fondo era el mejor, un zapallo italiano relleno con arroz o ensalada. Lo bueno y bonito es que saben que el tiempo apremia entonces la atencion es bastante rápida y se esmeran por hacerlo bien. Además reciben cheque restaurant, un agrado en medio de un barrio que no tiene una oferta muy variada en cuanto a comida.