El humo de mi cigarrillo escapaba de mis labios. Los que son en realidad ausentes, no volverán ni llamándolos.La gente me sonreía al pasar; se me veía una cándida mirada, similar a la de un niño que está a punto de conocer a su ídolo, o en mi caso, esperar a mi amada, mi jardín de la inspiración.Me senté y…