La anécdota va así: Un día caminando feliz me di cuenta que le faltaba un pivote del cronómetro a mi Omega (tranquilos, es una herencia familiar) y bien sacalepunta se me hizo fácil pasar a la Omega de Mazaryk a que me cotizaran la diminuta pieza. El petulante clerk subió, bajo, y me dijo: «Claro que si le…