La vida me ha enseñado que después de una decepción amorosa, tienes que ir a Garibaldi. Llegamos en la madrugada y muchos de los salones estaban cerrados, chafa. Pero encontramos esta joya que no das dos pesos por ella.Es un minibar, mesas adentro y afuera. Obvio el ambiente está mejor afuera. Las micheladas…