En mis correteos infantiles por casa de mi abuela, escenificando alguna fantasía, choqué una vez con su mesita (el pasillo era estrecho y yo rollizo) y, con mi falta de reflejos, vi cómo la lámpara caía y su tulipa estallaba. Al otro lado de la cama, otra lámpara idéntica acababa de quedar viuda.Vuelve a mí el…