Fantástico local, amplio, cómodo, agradable. Buen servicio, atento y discreto. La selección de cervezas, la habitual de un público irlandés en España pero bien tiradas. Una carta variada con algunos platos reseñables como las hamburguesas.
Lleva toda la vida en el barrio y de nanos, por su fachada y su ventana con cristales biselados que no te permite ver del todo el interior desde la calle, jugábamos a que era un bar de espías or something like that… pero siempre hay una primera vez para (casi) todo. Así que cuando te atreves, compruebas que no…