Un sitio muy muy bonito y que te invita a hacer una sobremesa larga. Lo llevan los dueños, un matrimonio muy majo, el es el chef y ella está en la sala. Y hacen una ensalada de mango y una zamburiñasExquisitas!Merece la pena visitarlo
el restaurante no es muy grande, pero cuentan con una terraza cubierta con gran capacidad. Además tiene un jardin donde pueden jugar los niños. Tienen carne y pescado bastante bueno.
Fuimos con un bebé de casi un año y con dos niñas y la camarera nos llamó la atención por el tono en el que hablaban los niños, cuando éstos se comportaron en todo momento y no se levantaron de sus sitios. Si vais con niños elegir otro lugar. Denigrante ese detalle que nos marcó la comida.